De nueva cuenta los panistas arremeten en el renglón energético en su afán por seguir despojando de su patrimonio a más de 110 millones de mexicanos. Ahora es por la vía del Senado de la República a donde enviaron otra propuesta de reformas que pretende eliminar al Estado de la rectoría que ejerce sobre la petroquímica básica y que es de su exclusivo manejo según se marca constitucionalmente. El documento que presentan busca modificar los artículos 27 y 28 de la Carta Magna con la finalidad de llevar hasta al terreno de la refinación la participación total de la iniciativa privada sin ninguna regulación por parte del Estado.
Un primer planteamiento, como para ir tentando el terreno antes de lanzarse de lleno, señala la posibilidad de otorgar permisos o concesiones a particulares a fin de que puedan invertir en áreas como la refinación del petróleo y el procesamiento de gas natural, así como otorgarles facultades para que almacenen y distribuyan los productos derivados de ambas materias. Ya en un segundo caso de plano se pretende eliminar a la petroquímica básica como actividad regulada por el Estado y dejar que sean los inversionistas privados quienes manejen a su gusto ese renglón.
Justifican sus pretensiones señalando que es muy bajo el monto que se asigna para la inversión en PEMEX y, por lo tanto, se vuelve muy difícil sacarla del letargo en el que se encuentra. Y es aquí en donde empiezan las interrogantes porque ¿no es acaso por toda esa carga impositiva, por el sangrado que realiza el gobierno federal sobre las arcas petrolera, que la paraestatal está en permanente amenaza de quiebra? ¿Acaso no estamos lo suficientemente informados sobre la forma indiscriminada como han abusado de los recursos, tanto petroleros como los que arrojan éstos, al grado de obtener ganancias supermillonarias que nunca llegan a la contabilidad de esa empresa que es la primera productora de millonarios del país? ¿No ya la distribución está en manos de la IP? ´¿Y las gasolineras, esas concesiones, qué son?
Habrá que prepararse para otro saqueo, para cambios de nombre a las actividades que han venido disminuyendo considerablemente el patrimonio nacional. Nuestro país ha sido, es y todavía seguirá siendo un cuerno en donde hay abundancia: hay petróleo, gas, minas de oro, plata, uranio, un envidiable número de kilómetros de litorales y de millones de hectáreas de tierra altamente productiva. Sólo que también es un imán para las ambiciones y la corrupción y, por ello, existe también en abundancia la miseria, la marginación, los engaños, las mentiras y el número de políticos a quienes no les ha importado ni un ápice el futuro de la Nación y menos aún conocen el significado de Patria. Habrá que prepararse
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