domingo, 23 de junio de 2013

La entrega de la industria eléctrica, y la alternativa: Antonio Gershenson

Aunque el gobierno mete la pata en lo del petróleo en estos días, es momento de ocuparse de la industria eléctrica también.

Cada vez más se genera la electricidad por empresas privadas, sobre todo extranjeras. La más abundante es la que se vende a la Comisión Federal de Electricidad (CFE) a precios carísimos, y que se produce con gas natural.

También hay otras plantas. El autoabastecimiento real, que nunca se prohibió porque no va al servicio público, debe considerarse aparte. Pero hay empresas eléctricas que venden la electricidad a otras empresas privadas, directa o indirectamente

En la Constitución se dice:

Corresponde exclusivamente a la nación generar, conducir, transformar, distribuir y abastecer energía eléctrica que tenga por objeto la prestación de servicio público. En esta materia no se otorgarán concesiones a los particulares y la nación aprovechará los bienes y recursos naturales que se requieran para dichos fines.

En la CFE hay la manía de usar, en el Área de Control Central, plantas de gas natural, ciclo combinado, como se ha hecho en otros lados. Además de los problemas generales, están las pérdidas derivadas de la altura sobre el nivel del mar y la temperatura (por lo menos 30 por ciento de pérdida). Se trae electricidad de áreas lejanas, y eso nos da un sistema inestable, con riesgo permanente de colapso de voltaje en la zona.

Una de las alternativas al uso de gas en el Área de Control Central es utilizar plantas muy eficientes, con combustóleo desulfurado, con la caldera trabajando a más de 600 grados centígrados. Estas plantas no se han instalado en este país, pero sí en varios otros, con eficiencia de 40 por ciento y más.

Una segunda solución la constituyen plantas pequeñas, de unos 30 megavatios, conectadas a cada subestación y con un sistema de control. Éstas se pueden instalar más rápidamente y resolver muchos problemas.

Estas pequeñas plantas tienen ventajas si usamos motor diesel para impulsar el generador, porque se instalan más rápido, porque son más eficientes y porque podemos usar combustible diesel desulfurado en vez de gas natural. Una tercera solución, que puede tardar más pero tiene más alcance, es la construcción de un gran número de generadores de viento en La Ventosa, interconectados con las hidroeléctricas que ya existen, sobre todo en el río Grijalva.

Para evitar los problemas de falta de estabilidad que se han dado con las líneas de transmisión que vienen de lugares lejanos, es necesario usar líneas de transmisión de superalto voltaje, 800 kilovoltios, de corriente continua. Estas líneas no las hay en México, como algunos tipos mencionados de plantas, porque el sistema ha sido operado por funcionarios más interesados en las mordidas que en un mejor servicio.

Una alternativa adicional es la geotermia. En especial, en el noroeste sustituye al gas importado que los funcionarios tienen la manía y la corrupción de traerlo carísimo.

El Mar de Cortés tiene una serie de fallas geológicas que lo abarcan de norte a sur. La energía bajo el mar que esto implica es gigantesca.

En una tesis de maestría del Centro de Investigación Científica y Educación Superior de Ensenada dice:

Se observó una intensa actividad magmática debajo de las cuencas Salsipuedes Norte y Salsipuedes Sur.

Se emplean intercambiadores de calor. Existen en México en varios modelos. En el ciclo inferior, el vapor muy caliente sale de la zona geotérmica, se enfría al pasar por el intercambiador y vuelve a ser inyectado hacia abajo. Los gases corrosivos de los vapores nunca salen del ciclo.

El ciclo superior tiene siempre vapor limpio, porque no tienen contacto con los materiales corrosivos.

Partes expuestas a material caliente y altamente sensible deben emplear superaleaciones, que usan sobre todo níquel, cromo y titanio, con gran resistencia química y a las altas temperaturas. En México ya se producen estos materiales.

Debemos de considerar la generación de electricidad con estos nuevos equipos y materiales, y compararlos con los de la CFE.

La CFE suelta el vapor a los 150 grados aproximadamente, lo cual implica desperdicio de energía: para sus funcionarios, la electricidad ha sido lo único importante y no otras aplicaciones.

Las nuevas plantas deben aprovechar el vapor en otros usos. En especial en Baja California, que tiene climas áridos, y la orilla del mar cerca de los principales puntos con geotermia, el desalamiento del agua del mar, para obtener agua potable y para riego eficiente, es un uso fundamental.




Fuente: La Jornada