viernes, 14 de junio de 2013

Banquillo aterciopelado. Ajuar político de Granier. PAN: pleito por dineros. Chiapas de Azteca

Hasta ahora, el ex gobernador de Tabasco Andrés Granier ha transitado sobre rieles propicios en su visita a México para labores de presunto lavado de imagen (limpiar su nombre, dijo el químico que era una de sus metas en este viaje). Le han asistido caros y expertos abogados, ha concurrido voluntariamente ante la procuraduría de Jesús Murillo Karam para que allí se sirvieran desahogar las diligencias que estuviesen pendientes, y ahora se alista para tocar Villahermosa bajo protección de la Policía Federal, en una cobertura inusual que lo mismo servirá para garantizar que el requerido se presente ante las instancias locales que para cuidarlo de eventuales ataques físicos, e incluso para impedir que la procuraduría tabasqueña pretenda hacerse del ex mandatario al que la administración federal necesita en la capital del país para continuar con el proceso iniciado en la PGR.

Lo que hasta ahora ha sucedido en este extraño libreto tropical-chilango tiene visos de acuerdos múltiples (ayer mismo, mientras Granier terminaba de declarar en la Seido, el gobernador Arturo Núñez concurría a la Secretaría de Gobernación para ser recibido por Miguel Ángel Osorio Chong). El acusado de un criminal saqueo de recursos públicos en Tabasco se ha movido en el tramado legal e institucional con una fluidez propia de quien apenas hubiese cometido una falta administrativa, cumpliendo con pasos procesales que son el inicio de un largo litigio a cuyo final resolutivo las condiciones políticas podrían cambiar para el químico en problemas.

Incluso, ha tenido oportunidad de intentar añadir a su amplia colección indumentaria la pieza de víctima. Ha dicho que está amenazado de muerte por el narco, a causa de una manta que apareció tiempo atrás en Tabasco, y ha mencionado diversos malestares físicos. Él quisiera que todo esto terminara ya, pues considera que tiene derecho a un año sabático, convencido de que ya debe dejar todos estos ajetreos de la política. También ha hecho una profunda disertación respecto a las causas partidistas que le han llevado a un aterciopelado banquillo de acusados: el PRD siempre le quiere echar pleito al PRI y ésta es una ocasión más para demostrarlo. Así de sencillo.

La libertad bajo vigilancia de Granier tendrá hoy en Villahermosa un momento definitorio. Si regresa a la capital del país para continuar el proceso en libertad, parecerá que es cierto que Los Pinos lo protege, sobre todo en razón de lo que ha señalado varias veces el ex candidato presidencial Andrés Manuel López Obrador, el presunto apoyo con dinero público para la campaña del priísta mexiquense. El político del ajuar telefónicamente fabuloso no es bien visto en uno de los círculos cercanos a Peña Nieto, donde lo culpan de la derrota priísta y el arribo del lopezobradorismo y el sol azteca al poder tabasqueño. Habrá de verse cuáles son los compromisos que predominan en el ánimo federal a la hora de precisar las siguientes fases de la telenovela política en curso.

En otra pantalla, la dominada por el blanco y azul, continúa el melodrama entre calderonistas y gusmaderistas. Dado que el presidente del PAN quitó el control político y económico en el Senado a los personajes heredados por el felipismo (el primero, removiendo a Ernesto Cordero para dejar a Jorge Luis Preciado; el segundo, al quitar al equipo del ex secretario de Hacienda el manejo de los dineros disponibles para la bancada), veintidós de 38 de esos legisladores tratan de impulsar una nueva reglamentación partidista que les devuelva los privilegios perdidos. Javier Corral ha asegurado que el fondo del cínico asunto es el control de más de 200 millones de pesos, y ha pedido a Madero que ordene una auditoría sobre lo hecho por Cordero en el lapso en que tuvo el control económico. Enójense los panistas y díganse sus significativas verdades de cara a 14 elecciones estatales en puerta.

Astillas

No ha sido tratado con equidad el peculiar senador televisivo Luis Armando Melgar respecto al caso de su secretario particular, acusado de asesinar a su novia, Viridiana Flores. La primera oportunidad (desaprovechada) de que hubiera equilibrio informativo en ese caso se presentó cuando los padres de la joven difunta acusaron a quien fue director del Canal 40 y de la Fundación Azteca en Chiapas de proteger a su subordinado, el sinaloense Fernando Rosales Toledano, y facilitarle la huida. Viridiana había desaparecido en la madrugada del sábado recién pasado y encontrada muerta el miércoles por la mañana. En ese lapso, Rosales Toledano fue aprehendido como principal sospechoso, por señalamientos del padre de la asesinada, pero a los policías antisecuestro se les esfumó posteriormente, lo que hizo denunciar a Juan Carlos Flores Santiago la posibilidad del uso de influencias del jefe del presunto asesino, el senador verde Melgar, quien ejerce un gran poder en Chiapas como parte de una especie de concesión de esa entidad a los negocios del grupo de Televisión Azteca. La escasa difusión de estos hechos cedió paso ayer a la amplia reproducción de la postura del citado senador, luego de que su secretario particular fue aprehendido en Tapachula, felicitando a los agentes por esa detención y demandando justicia. Chiapas de Azteca... Ocho profesores, miembros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, murieron ayer mientras estaban en protesta contra la reforma educativa en una caseta de peaje en Michoacán. Como viene sucediendo cada vez con más frecuencia, el accidente fue causado por un vehículo pesado; esta vez, una pipa de doble remolque cargada de chapopote, la que según las primeras investigaciones habría fallado en su sistema de frenos. También fueron lesionados policías y militares que estaban en el lugar, y 10 vehículos resultaron dañados... Y, mientras Peña, Mancera y Eruviel sonríen durante la activación del primer tramo del Túnel Emisor Oriente, a pesar del retraso en las obras y en la elevación del costo programado, nomás en 12 mmdp, ¡feliz fin de semana!




Fuente: La Jornada | Julio Hernández López