La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), el Comité de Derechos Humanos en Nuevo Laredo (CDHNL) y organizaciones civiles de Tamaulipas documentaron un caso que podría ser la primera ejecución extrajudicial de elementos del Ejército a un civil en el sexenio del Presidente Enrique Peña Nieto.
El pasado 18 de marzo Alfredo Ruiz Rojas, de 23 años, y un estudiante de 15 conocido como “Chano” perdieron la vida. Según la versión de las fuerzas castrenses, el joven murió en un enfrentamiento. Así lo difundió, provocando una reacción inmediata de sus conocidos y, por supuesto, de sus familias.
La Comisión Nacional de los Derechos Humanos CNDH –con ayuda de un médico legista– argumenta que el parte oficial rendido por personal de la Secretaria de la Defensa Nacional (Sedena) y de la Procuraduría General de Justicia de Tamaulipas no coincide con las heridas de los cuerpos y que se trató de “una detención arbitraria, tortura y posterior asesinato’’.
Las versiones de la prensa local indican que los cuerpos de los dos muchachos fueron hallados en el interior de un auto en un monte atrás de la colonia Valles Elizondo, en Nuevo Laredo.
Los testigos y familiares dicen que los dos jóvenes tuvieron una muerte horrible. Fueron sometidos a tortura y a interrogatorios crueles. Luego, a sangre fría, elementos del Ejército mexicano los asesinaron.
No conformes con lo anterior, fueron incriminados.
Amnistía Internacional llamó hoy a las autoridades “a garantizar la seguridad de los familiares de las víctimas, testigos y la organización local que está acompañando el caso. Así mismo la organización exige a las autoridades una investigación completa e imparcial sobre las muertes, que incluya una exhaustiva investigación sobre las denuncias de tortura y ejecución ilegal de Alfredo Ruiz y del adolescente que le acompañaba”.
De acuerdo con Raymundo Ramos Vázquez, presidente del Comité de Derechos Humanos de Nuevo Laredo, al revisar el cuerpo se descubrieron golpes en el rostro, en los genitales, espalda, glúteo y piernas de la víctima. Estas heridas le fueron infligidas antes de morir.
En un comunicado, el Comité de Derechos Humanos en Nuevo Laredo y la CNDH detallan:
"De la declaración de al menos dos testigos presenciales de estos hechos, se desprende que el Alfredo Ruiz Rojas, fue brutalmente torturado en diferentes partes del cuerpo y así lo constataron sus familiares al momento de acudir a su identificación en la funeraria, cuyas heridas no coinciden con el parte oficial rendido por personal de la Secretaria de la Defensa Nacional y de la Procuraduría General de Justicia de Tamaulipas, con relación a los hechos, que consta en la Averiguación Penal 0167/2013, integrada en la Agencia Segunda del Ministerio Público Investigador del Estado”.
En el mismo documento se señala que como evidencia del abuso de autoridad, los familiares Ruiz Rojas exhibieron imágenes de unos 20 casquillos de diferentes calibres que no fueron recolectados del lugar de los hechos y que se presume fueron disparados por los militares para simular un enfrentamiento, alterando así la escena del crimen.
Según un testigo del crimen -quien afirma también haber sido golpeado por los soldados-, los dos jóvenes estaban inconscientes por la golpiza propinada por elementos del Ejército cuando éstos les dispararon.
Esta persona narró también que los jóvenes viajaban a bordo de un automóvil Mustang rojo cuando fueron abordados por patrullas militares para una revisión. Pero en vez de ello fueron subidos a la unidad del Ejército, alrededor de cinco soldados les “sembraron” armas en su coche y los trasladaron al sitio donde aparecieron muertos.
Después de esto -dijo- los soldados se fueron y dejaron los cuerpo ahí.
“¿De quién nos vamos a cuidar entonces? Los soldados abusan de todo”, dijo el padre de una de las víctimas.
Los familiares y conocidos de los jóvenes aseguran que se trataba de personas trabajadoras y honradas, pero humildes. El mayor de ellos se dedicaba a la albañilería, plomería y también pintaba casas.
Y han pedido la presencia de personal especializado de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, para revisar el cuerpo, y dejar constancias gráficas de las lesiones por tortura e impacto de proyectil de arma de fuego.
Sobre este caso, Amnistia Internacional publicó este jueves 28 un comunicado en el que recalcan la solicitud de los familiares para que se realice “una investigación completa sobre indicios que podrían indicar que fueron torturados y ejecutados ilegalmente”.
Asimismo, el organismo se muestra preocupado por las posibles represalias que pudieran enfrentar los testigos y la familia de los jóvenes.
AI pidió a “a las procuradurías estatal y federal, así como a la CNDH a hacer públicos los resultados de sus investigaciones lo antes posible”.
COMUNICADO ÍNTEGRO:
Dos jóvenes posiblemente ejecutados por militares en Nuevo Laredo.
Miembros del ejército mexicano asesinaron a dos jóvenes en circunstancias poco claras en Nuevo Laredo. Familiares de las víctimas están pidiendo una investigación completa sobre indicios que podrían indicar que fueron torturados y ejecutados ilegalmente. Amnistía Internacional teme que sus familiares y los testigos puedan ser víctimas de represalias.
El pasado 18 de marzo, Alfredo Ruíz Rojas de 23 años y un adolescente que le acompañaba fueron muertos a disparos por integrantes del ejército mexicano cerca del fraccionamiento de Valles Elizondo, en las afueras de Nuevo Laredo. La Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) informó que las víctimas fallecieron en un tiroteo y que se habían descubierto armas en su vehículo. La Procuraduría General de Justicia (PGR) inició una averiguación con base en el reporte militar del incidente.
Más tarde ese día, un testigo informó al padre de Alfredo Ruíz que tanto su hijo como el adolescente habían sido ilegalmente ejecutados por militares tras haber sido torturados. El padre de Alfredo Ruíz visitó la localidad donde fueron ejecutados y habló con testigos que confirmaron la detención de las dos personas. Un testigo informó haber visto a militares en una terracería golpeando a las víctimas con armas y que después les dispararon. Según el testigo, los militares lo detuvieron, golpearon y antes de permitir que se fuera lo amenazaron de muerte si contaba lo que había visto.
Tras reconocer el cuerpo de su hijo en una morgue de la PGJE, su padre puso una denuncia ante el Comité de Derechos Humanos de Nuevo Laredo –una organización local- y ante la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), la familia afirmó que el cuerpo de Alfredo Ruíz mostraba evidencias de tortura. La CNDH visitó Nuevo Laredo para realizar una autopsia y para entrevistar a los testigos.
Amnistía Internacional llama a las autoridades a garantizar la seguridad de los familiares de las víctimas, testigos y la organización local que está acompañando el caso. Así mismo la organización exige a las autoridades una investigación completa e imparcial sobre las muertes, que incluya una exhaustiva investigación sobre las denuncias de tortura y ejecución ilegal de Alfredo Ruiz y del adolescente que le acompañaba.
Finalmente Amnistía Internacional pide a las procuradurías estatal y federal, así como a la CNDH a hacer públicos los resultados de sus investigaciones lo antes posible, y que estas instancias hagan todo lo necesario para que los responsables de violaciones a los derechos humanos sean llevados ante la justicia y procesados.
Fuente: Sin Embargo | Redacción