domingo, 4 de marzo de 2012

Aumentar la cuota al FMI, para promoción del gobierno: experto

Alarmante, si busca acceder a más créditos, dice De la Cruz

Descarta que esto garantice injerencia en decisiones del G-20

Si el objetivo del gobierno del presidente Felipe Calderón al incrementar 145 por ciento la cuota de México al Fondo Monetario Internacional (FMI) es acceder a eventuales créditos como medida precautoria, y no sólo tener mayor peso en el organismo, entonces existe una percepción de riesgo mayor de la que nos han dicho sobre la crisis mundial y las consecuencias que implicará para el país, advirtió José Luis de la Cruz, director del Centro de Investigación en Economía y Negocios (CIEN) del Tecnológico de Monterrey, campus estado de México.

El especialista calificó la medida de política de promoción del gobierno de Calderón para congraciarse con el FMI, y consideró que darle como cuota 14 mil millones de dólares en lugar de aplicarlos a la economía nacional afectada por la sequía, la pobreza y el desempleo implica un costo o pérdida de oportunidades muy grande para México.

Las directrices del FMI privilegian las decisiones de los países desarrollados, como Estados Unidos, Japón o la Unión Europea, y el aumento de cuotas de México no garantiza que éste incidirá en ellas, sobre todo porque carece de una estrategia y agenda internacionales de fondo para rediseñar el sistema económico financiero mundial o que reconfigure los desequilibrios de poder económico, así que sólo apuntalará las finanzas de la institución en lugar de invertir para resolver las necesidades primarias del país, comentó en entrevista.

Parece que las autoridades buscan, dijo, una mejor calificación tanto del FMI como de otros organismos internacionales y eso apunta, aunque no lo han destacado así, a garantizar nuevos créditos en caso de que la situación mundial empeore.

Además, llama la atención que frente a la cautela con la que se han manejado otros países emergentes, como Brasil y China, sobre las aportaciones a organismos financieros, y la exigencia que han hecho de que se transparente su aplicación en la resolución de la crisis europea, México actúe en otro sentido.

Contrasta también porque se trata de naciones que aun con la crisis han mostrado más crecimiento y desarrollo económicos que México, pues han apoyado su mercado interno y diversificado sus exportaciones, así que optar por aumentar la cuota al FMI cuando no está tan bien económicamente representa un lujo.

Agregó que la política de promoción también puede aplicarse a la presidencia que este año tiene México del Grupo de los 20 (G-20), cuya cumbre se realizará en julio próximo, pero que según De la Cruz tampoco implica que el país tenga injerencia en las decisiones que ahí se tomen.

Todas las reuniones necesitan un anfitrión y en este caso lo es México. Podría aprovechar ese papel si llevara una agenda fuerte, pero los encuentros preliminares en Los Cabos ya demuestran que difícilmente se van a alcanzar acuerdos, pues no hay liderazgos mundiales y cada potencia tiene su agenda, dijo.

La cumbre del G-20 se ha sobredimensionado, consideró, y al final será una reunión donde Calderón buscará dejar una imagen global, aunque se quiera vender la idea de que ahí se generarán decisiones que transformen la economía mundial, no tendrá mayor impacto.

Insistió en que si el Presidente busca transmitir una imagen bien posicionada del país con la agenda externa que hasta el momento no ha alcanzado en la agenda interna, porque la parte de seguridad está muy cuestionada, beneficia en primera instancia a su partido y también a él a nivel personal porque podría negociar una posición tras dejar el gobierno.




Fuente: La Jornada