sábado, 31 de marzo de 2012

Autoridades zapotecas exigen cancelar concesión a minera

Profepa pretende levantarle sanción por daños a manantiales de Calpulalpam, advierten

La historia de esas compañías por más de 200 años ha sido de muerte y destrucción, aseguran

Oaxaca, Oax. Autoridades municipales y agrarias de la comunidad zapoteca de Capulalpam de Méndez, ubicado en la región de la sierra Norte, demandaron a los gobiernos federal y estatal cancelar la concesión otorgada a la empresa canadiense Continuum Resources, que opera la mina de oro y plata La Natividad.

Explicaron que debido a los daños provocados a los manantiales de la localidad, en 2006 la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) clausuró la mina, pero alertaron que la dependencia pretende suspender la sanción.

Si la compañía continúa operando, se terminará el agua y la vida misma del poblado, tal como ha quedado demostrado en estudios elaborados por especialistas en la materia, advirtió el presidente municipal, Néstor Baltazar Hernández.

Durante una conferencia de prensa, en compañía del secretario del comisariado de bienes comunales, Rodolfo Hernández Cosmes, el munícipe sostuvo que si bien la mina comenzó a ser operada en el siglo XIX, el deterioro de los ecosistemas se ha incrementado en los años recientes por el depósito de los desechos en sus tierras.

Tal es la contaminación que se han perdido 13 manantiales, afirmó. Expuso que la compañía canadiense Continuum Resources explota la veta La Natividad por las más de 50 mil hectáreas concesionadas por el gobierno federal a partir de 2004.

Explicó que el pueblo zapoteca de Capulalpam de Méndez ha enfrentado desde 2002 una lucha desigual contra las pretensiones de dicha empresa de continuar con la explotación minera en sus territorios.

Baltazar Hernández destacó que los gobiernos federal y estatal, encargados de velar y proteger los derechos de los mexicanos y de las comunidades indígenas, han dado la espalda al pueblo zapoteca de Capulalpam de Méndez.

Por un lado, se quejó, la Pro- fepa niega información sobre un procedimiento administra- tivo contra la compañía canadiense con el propósito –asegura– de suspender la sanción en su contra, luego de que fue clausurada en 2006 por dañar los manantiales.

Por el otro lado, señaló el alcalde, la Procuraduría Agraria presiona al comisariado de bienes comunales para que acepte integrar sus tierras al programa de Fomento a la Inversión Pública y Privada (FIPP) y negocie con funcionarios de la compañía canadiense el uso de mayor extensión de terrenos.

Recordó que el 10 de abril de 2011 la Asamblea General de Comuneros de Capulalpam de Méndez rechazó la explotación de la mina, luego de conocer los resultados de estudios realizados por especialistas que concluyeron que existía un deterioro ecológico de los manantiales.

El secretario del comisariado de bienes comunales subrayó que con el reciente asesinato de Bernardo Vásquez Méndez, integrante del Consejo de Pueblos Unidos del Valle de Ocotlán, opositora a la mina La Trinidad de San José del Progreso, se repite la historia de muerte y destrucción causada por la ambición de las mineras de extraer los productos de la madre tierra a costa de todo, inclusive de las vidas humanas.

El asesinato de nuestro compañero nos obliga a no olvidar la historia de la minería en la sierra Juárez y en particular en Capulalpam de Méndez, pues ha sido una historia llena de muerte, contaminación y destrucción. Esa historia de explotación minera que vivimos por más de 200 años nos da la razón para decir ya basta, no a la minería, recalcó.

Ante esta situación, Hernández Cosmes demandó a los gobiernos federal y estatal la instalación inmediata de una mesa de trabajo para analizar los proyectos mineros y la cancelación de la mina La Natividad y de todas las concesiones mineras en la sierra Norte y en todo el estado.

Adelantó que el pueblo zapoteca de Capulalpam de Méndez desarrollará una campaña nacional e internacional en contra de la operación de la mina y de la compañía canadiense, por los efectos nocivos para el entorno ecológico.




Fuente: La Jornada