viernes, 15 de julio de 2011

Cumple un año sin aclararse la desaparición de 10 oaxaqueños

Familiares y amigos protestan frente al palacio de gobierno por falta de resultados

La procuraduría estatal arguye que las pesquisas están en manos de autoridades de Tamaulipas

Se han enviado muestras genéticas para compararlas con las obtenidas en fosas clandestinas

Oaxaca, Oax., 14 de julio. Familiares y amigos de 10 pobladores de San Pedro Pochutla, desaparecidos el 14 de julio de 2010 en Tamaulipas, marcharon hoy en esta capital e iniciaron una huelga de hambre frente al palacio de gobierno para demandar a las autoridades estatales que los localicen.

María Vizarratea Salinas dijo que entre las víctimas están sus hermanos Juan Carlos, Luis y Andrés, y su cuñado, Isauro Rojas, además de Fidel y Gregorio Hernández, Adelaido Espino, Antonio Feria, Nemorio Vizarretea y Benito Salinas.

Ellos integraban la Sociedad Cooperativa de Producción de Bienes y Servicios Zapotengo Pacheco, que ofrecía turismo ecológico en la laguna local desde hacía 10 años, con atractivos como cocodrilos en cautiverio.

María Vizarratea dijo que el último contacto que se tuvo con ellos fue la noche del 14 de julio de 2010 por un mensaje de teléfono celular enviado por Isauro Rojas, esposo de su hermana María de Jesús, sobre su llegada con bien a Matamoros, donde iban a comprar vehículos.

Como pasó el tiempo y dejaron de comunicarse, “mi hermana habló a su esposo y contestó un hombre con acento norteño: ‘Policía federal’. Pensó que se había equivocado y nuevamente marcó, pero la respuesta fue la misma”, asentó.

Explicó que sus parientes sólo llevaban el dinero necesario para adquirir dos camionetas para el centro ecoturístico. “En enero habían comprado unas y regresaron en julio (a Matamoros); además iban a comprar piezas de vehículos pesados porque mis hermanos también se dedican al acarreo de materiales de construcción”, señaló.

Rechazó que sus familiares tengan algún vínculo con la delincuencia. “En Pochutla y en Zapotengo los conocen y saben que son hombres trabajadores”, remarcó.
Destacó que la desaparición se ha convertido “en una pesadilla”, pues no sólo afecta la economía de sus hogares, sino a sus familias, en especial a sus hijos.

“Nos encontramos en la zozobra y la desesperación porque no hemos tenido noticias buenas ni malas. Nos encomendamos a Dios diariamente para que tarde o temprano regresen sanos y salvos”, dijo.

A pesar del hallazgo de más de 100 cadáveres en fosas clandestinas en el municipio de San Fernando, Tamaulipas, conservan la esperanza, pero ya entregaron muestras de ADN a las procuradurías General de la República y de Tamaulipas.

La protesta fue respaldada por Romualdo Francisco Wilfrido Mayrén Peláez, coordinador de la Comisión de Justicia y Paz de la Arquidiócesis de Antequera (Oaxaca), quien lamentó que a un año de la desaparición “sólo hay promesas, discursos y justificaciones, pero ningún indicio del paradero de estas personas.

“Hay un profesor (Carlos René Román) que desapareció hace dos meses y el gobierno estatal ofreció una recompensa de 500 mil pesos porque existe un sindicato poderoso detrás (la sección 22 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación). Aquí son 10 pobres y ni siquiera se les ha dado la atención que se merecen.”

Jesús López López, procurador de Justicia del estado, dijo que si bien la investigación está en manos de la Procuraduría tamaulipeca, “estamos coadyuvando para localizar a los extraviados”.

Comentó que las muestras de ADN de los 10 desaparecidos fueron enviadas para cotejarlas con las obtenidas en los más de 100 cuerpos localizados en fosas ilegales en San Fernando.

Las muestras genéticas también fueron enviadas a procuradurías de las demás entidades del país, concluyó.



Fuente: La Jornada