Resulta grato que la persistente resistencia del centenario Sindicato Mexicano de Electricistas lograra una victoria gremial y, ahora, a través de lo que seguramente se llamará cooperativa SME. Es un significativo avance haber logrado la garantía del empleo para las y los semeistas que se opusieron a recibir, en una larga lucha, su liquidación.
El contrato colectivo y los estatutos del SME son muestra viva de la historia social de los trabajadores mexicanos; no obstante, se inicia una nueva etapa en 2015, que consistirá en construir una gestión laboral democrática para hacer realidad un organismo cooperativo que permita, con el esfuerzo de mano de obra calificada y profesionistas comprometidos, brindar, en el ramo de la industria eléctrica, la trasmisión, distribución área y subterránea como la comercialización de energía. Sin duda, el SME tiene ante sí un gran reto en la gestión de proyecto industrial, y una buena enseñanza está en el legado que han acumulado, ya desde hace muchos años, los trabajadores de la cooperativa de refrescos Pascual.
Mario Trujillo Bolio, historiador
Fuente: La Jornada