El cartel del Festival Mundial de las Resistencias y las Rebeldías.
El acto, convocado por el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) y el Congreso Nacional Indígena (CNI), se celebra del domingo 21 de diciembre al 3 de enero en cinco sedes, en las que participan “hombres y mujeres abajo y a la izquierda”.
En la Península de Yucatán la subsede designada es el ejido Monclova, en el sureño municipio de Candelaria, limítrofe con Guatemala, donde se darán cita a partir del domingo 28 los integrantes del CNI y adherentes de la Sexta Declaración de la Selva Lacandona.
En esa comunidad campechana surgió en 2006 el movimiento de Resistencia Civil del No Pago a la Luz Eléctrica.
Los organizadores sostuvieron en un comunicado que “el modelo económico de producción capitalista atraviesa por una crisis sistémica que se expresa todos los días de manera descarnada en las finanzas, la política, la cultura, la sociedad y la naturaleza”.
Pese a ello, dijeron, “el Estado mexicano ha apostado por llevar a cabo una serie de reformas neoliberales que benefician a las empresas privadas nacionales y extranjeras y a sus socios en los distintos niveles y colores de gobierno por encima de las necesidades y derechos fundamentales de los pueblos: justo aquí se inscribe la digna lucha de la Resistencia Civil en Candelaria”.
“Lejos de lo que se nos quiere hacer creer, en el capitalismo pervive una lucha de clases entre quienes, para decirlo en términos llanos, están arriba y quienes estamos abajo”, destacaron.
“Para los de arriba, los grandes industriales y empresarios, incluyendo los del crimen organizado y los medios de comunicación, los partidos políticos que son desgobierno, los jueces y sus fuerzas que ellos llaman ‘del orden’, ha sido la riqueza económica y natural, el gobierno que vela por sus derechos e intereses, la alta cultura, los espacios de convivencia con todos los cuidados y servicios, la educación, la salud, la seguridad, la impunidad; para las y los de abajo, la pobreza y la miseria, la represión y la criminalización gubernamentales, la burla y el desprecio por cómo se viste, se come, se habla y se piensa, el despojo del espacio público y el territorio, la enajenación, la muerte, la violencia”, señalaron.
Por ello, advirtieron, desde que se anunció el Festival, y a Candelaria como subsede, aumentaron las amenazas y el hostigamiento contra los integrantes de la resistencia civil, “sobre todo ahora que los distintos niveles de gobierno y sus tres poderes buscan por todas las vías retomar los hilos que sostenían la careta con que cubrían una criminalidad que a raíz del asesinato y la desaparición forzada de estudiantes de la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos el pasado 26 de septiembre quedó al desnudo”.
Enseguida, exigieron a los gobiernos estatales de Yucatán, Campeche y Quintana Roo y municipales de la península de Yucatán, así como al federal, “las más amplias garantías y el total respeto a las actividades que celebraremos en el marco del Primer Festival Mundial de las Resistencias y las Rebeldías contra el Capitalismo”.
“Lo hacemos invocando los derechos y las garantías que las leyes mexicanas nos confieren como ciudadanos mexicanos: no les pedimos su permiso, les exigimos su cumplimiento de la ley”.
También demandaron “el cese de las amenazas y del hostigamiento a nuestr@s compañer@s del movimiento de Resistencia Civil del No Pago a la Luz Eléctrica, integrantes de la Red Nacional de Resistencia Civil en contra de las Altas Tarifas de la Energía Eléctrica y anfitriones de la Tercera Compartición del Primer Festival Mundial de las Resistencias y las Rebeldías contra el Capitalismo”.
Fuente. Proceso| ROSA SANTANA