Los Pidiregas, asociación público-privada sin precedentes en el mundo, señala
Las garantías que ofrece el Estado constituye riesgo de inversión, considera la organización
El endeudamiento acumulado por el gobierno federal para financiar al sector eléctrico con los Proyectos de Impacto Diferido en el Gasto (Pidiregas), aprobados desde 1995, puede no ser soportable para la Comisión Federal de Electricidad (CFE) en los próximos años, advirtió la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
Durante la construcción de los proyectos eléctricos los gastos no afectan las finanzas públicas, pues las empresas ganadoras de las licitaciones los cubren con recursos propios o de terceros, pero cuando se concluyen las obras, indicó, “se inicia el pago de obligaciones vía recursos presupuestales. Mediante un contrato firme de compra sin derecho de rescisión (take or pay) los concesionarios aseguran la venta a la CFE de toda la energía eléctrica que se produzca durante el periodo de concesión”.
El organismo consideró que esa es la crítica fundamental a los Pidiregas, a los que cataloga de asociación público-privada sin precedentes en el mundo, y en las que participan las principales empresas internacionales productoras de electricidad, como Unión Fenosa e Iberdrola, de España; Intergen y AES, de Estados Unidos; Mitsubishi, de Japón; Electricidad, de Francia, y Transalta, de Canadá.
Los contratos han sido instrumentos capaces de concretar las exigencias de inversión, pues se han estructurado con incentivos adecuados al sector privado. Han tenido una evolución favorable y los pagos se han ido desembolsando sin mayores inconvenientes, señaló la Cepal en una investigación sobre financiamiento a la infraestructura en América Latina, difundido recientemente.
Sin embargo, refirió que según la Comisión Reguladora de Energía (CRE) existen varias críticas a los Pidiregas. En primer lugar, como el Estado ofrece garantías mediante las cuales los privados pueden levantar fondos del mercado de capitales, el riesgo de inversión sería asumido por el Estado. En segundo término, dados los altos montos involucrados en operaciones, disminuyen las partidas del gasto que el gobierno presupuesta en otros sectores. En tercer lugar, aunque la deuda del Estado se trata como contingente, esto reduce su capacidad de endeudamiento.
Sólo en 2006, el Estado mexicano desembolsó para Pidiregas un presupuesto cercano a 1.4 por ciento del producto interno bruto de (PIB) del país. Se pueden preveer las necesidades de flujo presupuestal para los próximos años y, de cumplirse las metas programadas, existirán más presiones de fondos fiscales por un monto medio anual de 224 mil millones de pesos de 2006 (tomado como año base), equivalente a 2.6 por ciento del PIB de ese año, precisó.
La inversión directa y condicionada de los Pidiregas de la CFE ascenderá a 210 mil millones de pesos en el periodo de 1996 a 2040, asentó Cepal a partir de cifras de la Secretaría de Hacienda. Sólo en 2010, indicó, los compromisos por este esquema rondaron los 38 mil millones de pesos pero se estima que la presión de pagos puede reducirse a 26 mil millones de pesos para 2015.
Si bien consideró que los Pidiregas han implicado grandes beneficios al sector en el país, como la introducción de tecnología de punta y la recuperación del margen de reserva estratégica, insistió que mantenerlo como instrumento para financiar proyectos energéticos estratégicos supondrá grandes desembolsos del Estado, que deben ser controlados.
Fuente: La Jornada