Managua. Al menos cuatro manifestantes murieron este jueves por ataques de grupos armados, presuntamente pro gubernamentales, al comenzar un paro general de 24 horas en Nicaragua, convocado por la opositora Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia, lo que agudizó la crisis que ha dejado más de 160 fallecidos en dos meses de protestas.
Los decesos ocurrieron después de que hombres con el rostro cubierto dispararon con fusiles y morteros de fabricación casera contra manifestantes antigubernamentales atrincherados en barricadas de las ciudades de Nagarote, Tipitapa y Masatepe, reportó Marlin Sierra, directora del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh).
El paro comenzó el primer minuto de este jueves en las principales ciudades de Nicaragua con cacerolazos y bocinazos, mientras los operativos de fuerzas de seguridad y presuntos grupos paramilitares siguieron en zonas aledañas a esta capital.
Por más de 10 minutos habitantes de los barrios más populares de Managua salieron de sus casas para hacer sonar sus instrumentos de resistencia ciudadana, como silbatos, sartenes y trompetas.
Al amanecer mercados, comercios, bancos y gasolineras estaban cerrados. Los organizadores del paro apremiaron a los funcionarios a ausentarse del trabajo de manera masiva, pero maestros, comunicadores gubernamentales y agentes acudieron a sus trabajos por temor a represalias, dijeron opositores.
Durante el día no se vio el clásico ajetreo en calles o parques de esta urbe, sólo había grupos de policías y algunos camiones del transporte público semivacíos.
En casi todos los colegios públicos se suspendieron las clases porque los alumnos no llegaron.
El popular mercado oriental de Managua, con más de 20 mil negocios y 2 mil vendedores ambulantes, lució abandonado, custodiado a su alrededor por barricadas que la gente levantó para defenderse de eventuales saqueos.
Estas escenas se repitieron en las ciudades de Masaya, Estelí, Matagalpa, León, Chinandega, Diriamba, Rivas, Granada y Nueva Segovia, donde también se reportaron ataques de uniformados y presuntos grupos paramilitares contra los opositores. La mayoría de las carreteras que dan a estas zonas también lucían semivacías.
En Jinotega se difundió un video en el que se ve a varios encapuchados exigir la renuncia de alcalde Leónidas Centeno, después de que la ciudad quedó inhabilitada y la población levantó más de 50 barricadas por los ataques de la policía y supuestos grupos vinculados al gobierno.
El obispo Silvio Báez confirmó en Twitter la muerte de un monaguillo de 15 años tras ser baleado por un presunto paramilitar en la ciudad de León. Además, pidió al presidente Daniel Ortega renunciar y así colaborar para solucionar la crisis.
El diario La Prensa, opositor al gobierno, informó que su sitio web quedó inhabilitado durante el día tras una serie de ataques cibernéticos, por lo que pidió seguir sus coberturas en redes sociales.
Álvaro Leiva, director de la Asociación Nicaragüense Pro Derechos Humanos (ANPDH), dijo que el pasado miércoles recibieron denuncias sobre el supuesto uso de sustancias tóxicas contra un grupo de opositores que marchaban en las ciudades de Diriamba y Jinotepe, al sur de la capital.
Según pobladores, dos avionetas sobrevolaron ambas urbes, ubicadas a unos 45 kilómetros de Managua, y desde el aire lanzaron un producto de olor muy fuerte, similar al de los insecticidas, que provocó mareos y vómitos a varias personas.
Tras las muertes de este jueves, el Cenidh reportó el deceso de 161 personas desde el 17 de abril, cuando iniciaron las protestas contra el gobierno del presidente Daniel Ortega, tras la implementación de una reforma al sistema del Seguro Social que afectaba a trabajadores y pensionados, pero que después fue derogada.
La ANPDH, que lanzó un SOS a escala internacional por la grave situación que vive el país, contabilizó en su más reciente informe 168 decesos y más de mil 400 heridos durante las manifestaciones. El gobierno reconoce solamente 46 fallecidos.
El paro convocado por la opositora Alianza Nacional por la Justicia y la Democracia, que agrupa a empresarios, estudiantes y sectores de la sociedad civil, es para exigir al presidente Daniel Ortega el cese de la represión y que vuelva a la mesa del diálogo para discutir, entre otros puntos, su salida del gobierno y la convocatoria a elecciones.
La Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN), mediadora de las conversaciones, reveló el miércoles que Ortega aceptó reanudar el proceso para este viernes, tiempo en que dará a conocer sus propuestas para una posible solución a la crisis.
En tanto, expertos en derechos humanos de la Organización de las Naciones Unidas exhortaron al cese inmediato de la violencia y la represión en Nicaragua, para poner fin a la crisis que afecta al país desde hace casi dos meses, según una declaración difundida en Ginebra.
Los expertos, entre ellos varios relatores de derechos humanos de la organización internacional, se declararon preocupados por esta crisis y pidieron al gobierno de Ortega encontrar un camino inmediato y coherente a través de un diálogo político genuino para resolver la crisis.
En Washington, el vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, acusó a Ortega de haber llevado al país a una ola de violencia, y lo apremió a poner fin a los crímenes de su gobierno. En un comunicado, agregó: Ha llegado el momento de poner fin a los ataques a manifestantes pacíficos.
Fuente: La Jornada