Estocolmo.- El uzbeko Rakmat Akilov admitió hoy haber cometido un acto terrorista y aceptó quedar en custodia mientras enfrenta el juicio por haber atropellado con un camión de carga a varias personas en esta capital.
El trabajador de la construcción de 39 años de edad admitió el acto terrorista a través de su abogado Johan Eriksson, junto a quien compareció la mañana de este martes en la corte de Distrito de Estocolmo.
La admisión del acto terrorista, que costó la vida a cuatro personas y dejó heridas a otras 15 el pasado viernes, fue hecha con la presencia de la prensa, que luego desalojó la sala para que la audiencia judicial siguiera a puertas cerradas.
Akilov, a quien le había sido negada la residencia permanente en Suecia, fue arrestado el mismo viernes en Märsta, un suburbio a 40 kilómetros al norte de Estocolmo, recordó la edición electrónica de The Local.
El uzbeko es representado por un abogado del Estado, aunque había solicitado que su defensa estuviera en manos de un musulmán sunita, lo que fue rechazado por la corte.
La audiencia de este martes estaba programada en principio solo para determinar si Akilov permanecerá en custodia mientras sigue el proceso, lo que el propio encausado aceptó.
Sigue pendiente la suerte del segundo sospechoso del ataque. La policía sueca afirma que hay claros nexos entre ambos, y mantiene la investigación de sus vínculos a través de sus conversaciones telefónicas, comunicaciones digitales y operaciones financieras.
De acuerdo a reportes de la prensa británica, Akilov seguía en su página de Facebook al grupo llamado “Amigos de Libia y Siria”, que mostraba el “terrorismo de los capitales financieros imperialistas” de Estados Unidos, Reino Unido y de las “dictaduras árabes”.
También gustaba de la revista Playboy y de la tenista rusa Maria Sharapova, de acuerdo a su perfil de Facebook que pudo ser consultado antes de que fuera cerrado.
En 2014 le fue negado un permiso de trabajo, y se le trató de deportar, pero logró evadir a las autoridades, que intentaron el pasado febrero ejecutar su expulsión pero no pudieron localizarlo.
Se sabía de sus tendencias extremistas, pero no se había tomado acción en su contra por este motivo porque no se le consideró de “alto riesgo”.
La información disponible lo dibuja como un uzbeko más de los que viven en Suecia, aficionado a fiestas y al alcohol, no particularmenmte religioso.
En Estocolmo se encontraba sin familiares, aunque tiene cuatro hijos y esposa en Uzbekistán.
Fuente: Notimex