CHIHUAHUA, Chih.- Varios heridos, 15 detenidos, personas afectadas por gas lacrimógeno y pánico dejó un enfrentamiento entre unos 300 elementos de diferentes corporaciones e integrantes de dos manifestaciones en el centro de la ciudad.
A las 18:00 horas de este viernes decenas de ciudadanos llegaron a clausurar de manera simbólica la construcción de una réplica del mausoleo de Francisco Villa que tuvo un costo de 8.2 millones de pesos.
A la manifestación, realizada en la Plaza de la Grandeza, frente a Palacio de Gobierno, acudieron madres de familia, jóvenes, intelectuales, líderes sociales y directivos de los comités municipales del PAN y del PRD.
Horas antes, alrededor de 600 choferes de transporte público del Sindicato de Permisionarios de la CTM y otras agrupaciones también realizaban un plantón alrededor del Palacio de Gobierno.
El servicio se paralizó en toda la ciudad. Los trabajadores exigían sus liquidaciones porque se puso en marcha un nuevo transporte, el ViveBús, que dejará a varios de ellos sin empleo.
A pesar de que el nuevo servicio se planea desde hace aproximadamente dos años, apenas el jueves 22 se notificó a los transportistas que el sistema empezaría a operar, por lo que decidieron manifestarse para exigir liquidaciones justas, explicó Víctor López, líder sindical de Permisionarios de la CTM.
La desinformación sobre rutas y costos del ViveBús generó inconformidad entre la ciudadanía, que ayer se quedó sin transporte. Alrededor de 20 mil usuarios tuvieron que ser trasladados a sus casas por vehículos particulares y unidades oficiales.
Después de las 19:00 horas comenzaron a llegar agentes de la Policía Estatal Única y de Vialidad. El rumor corrió y se supo que la orden venía de Palacio de Gobierno: desalojarían con grúas las calles para llevarse los camiones y detener a los choferes que se resistieran.
Los uniformados se colocaron a un costado de donde se encontraba la manifestación contra el mausoleo.
Al llegar la primera grúa, un grupo de inconformes contra el mausoleo se acercó para impedir que se llevaran un camión.
Los agentes detuvieron primero a cuatro choferes; a dos los sometieron y patearon a uno. Esto causó el enojo de varios jóvenes que arrojaron pedazos de block de la construcción del mausoleo.
La agresión fue respondida por agentes de Vialidad y policías, quienes dieron una muestra de su falta de capacidad para enfrentar este tipo de situaciones.
Uno de los choferes fue descalabrado. Los agentes ya lo habían golpeado en la nariz y lo esposaron para llevarlo a una de las unidades, donde permaneció hasta que la gente presionó para que lo soltaran. Se lo llevaron para darle atención médica y más tarde se supo que continuaba detenido.
Las piedras volaron encima de niños, adultos mayores y familias completas, que temían ser agredidas cuando sólo habían ido a manifestarse contra la réplica del mausoleo.
Transportistas y ciudadanos de la otra manifestación se encaminaron al Palacio de Gobierno mientras un grupo de policías estatales resguardaba el mausoleo ya clausurado por los inconformes.
Los grupos antimotines de la Policía Estatal Única resguardaron el Palacio de Gobierno. Con sus armas largas hicieron disparos al aire y directos contra los ciudadanos, aunque sus balas eran de salva.
El pánico se hizo presente entre los manifestantes, “¡hay niños, no hagan eso!”, gritaban.
Llegaron más jóvenes, arrojaron piedras contra los antimotines y les exigieron que los dejaran entrar al Palacio de Gobierno, ya que las puertas estaban cerradas desde que iniciaron las protestas.
Luego, con una piedra rompieron una de las ventanas del Palacio.
Los cuerpos policiacos estatales y el Equipo de Proyectos Especiales de la Policía Municipal y agentes de Vialidad, rodearon varias cuadras “para mantener el orden”, justificaron.
Los choferes y concesionarios se reunieron en otro edificio gubernamental, a una cuadra de Palacio de Gobierno, mientras que los agentes recibieron la orden de arrestar a quien se resistiera a desalojar las calles.
Los agentes dispararon de nuevo en varias ocasiones; sólo se escuchaban gritos y la gente se replegó. Lanzaron gases lacrimógenos también contra la prensa.
Los choferes de camión y jóvenes del movimiento #YoSoy132 fueron perseguidos y varios de ellos, detenidos.
Entre los camiones, un grupo de agentes detuvo a tres choferes de urbanos, golpeó a uno en la cara y le reventó el labio. Con groserías los amenazaban que les dijeran cuáles eran sus camiones para que los retiraran o si no los arrestaban.
Una persona de Gobernación alertó que había prensa cerca y se intentó disimular: “¿se quieren ir a su casa? Llévense sus camiones y ya, todo está tranquilo”, dijo uno de los jefes de la Policía Estatal Única.
Alrededor de las 22:30 horas, autoridades estatales y concesionarios acordaron establecer mesas de diálogo para abordar cada caso y llegar a un acuerdo.
El acuerdo lo tomaron el secretario general de Gobierno, Raymundo Romero Maldonado; los titulares de las secretarías de Desarrollo Urbano y Ecología; y del Trabajo y Previsión Social, Guillermo Márquez y Pérez Romero, así como el director de Transporte, Jaime Enríquez.
A medianoche, desde el Gobierno del Estado se anunció la demolición de la construcción de la réplica y a las 01:00 horas se comenzó a demolerla.
El ViveBús fue inaugurado esta mañana con la promesa de respetar los derechos laborales de los trabajadores de autobuses urbanos.
Entre los detenidos se encuentra Guillermo Villarreal Pérez, un joven que acudió a la manifestación del mausoleo con su novia y cuando inició el enfrentamiento permaneció en la esquina de uno de los edificios oficiales, cuando supuestamente fue detenido por su apariencia física. Durante la noche permaneció incomunicado en las oficinas policiacas.
Un chofer, identificado como José Ángel Torres Torres, descalabró a un agente de Vialidad por lo que fue detenido.
Los comunicados emitidos por el Gobierno del Estado culparon de provocadores a Miguel Latorre, presidente del Comité Municipal del PAN y al líder social y experredista, Jaime García Chávez.
Fuente: Proceso | PATRICIA MAYORGA