lunes, 4 de junio de 2012

Solvente, sólo 5% de sistemas pensionarios


Existen 105 sistemas públicos de retiro que representan pasivos superiores al PIB, lo que implica un riesgo para las finanzas públicas.


Los sistemas de pensiones públicas en México están incubando silenciosamente una crisis de graves proporciones, advierte el especialista Pedro Vásquez Colmenares.

De acuerdo con su investigación, existen más de 105 sistemas pensionarios en México y de ellos sólo cinco o seis están fondeados.

En 2010 los pasivos de estos sistemas representaron 104.2% del PIB, lo que implica que toda la economía del país no alcanzaría para pagar los compromisos con los jubilados. El hecho de que estén fragmentados, a juicio del experto, hace más difícil una solución global.

Pensiones, riesgo latente

En los últimos meses el mundo ha observado la profunda crisis económica que ha vivido Grecia, debido a que generó grandes desequilibrios presupuestales que hicieron que el país quebrara y se tuvieran que aplicar importantes recortes en el gasto, incluyendo a las pensiones de los trabajadores.

En México se ha mencionado que estamos lejos de una situación similar; no obstante, hay un problema económico que va creciendo de manera silenciosa y el cual es advertido en el libro próximo a publicarse: “Pensiones en México: la próxima crisis” de Pedro Vásquez Colmenares, especialista en temas de seguridad social.

Así, advierte que una crisis de grandes proporciones amenaza a México en caso de que no se atienda el problema de las pensiones públicas, y afirma: “Esto está creciendo y desdoblándose de una manera fundamental y otro problema es que las valuaciones actuariales, la manera de medir el problema, es que no hay un dato, o se subestima el problema y esto ya comprometió las finanzas públicas”.

El problema es que a diferencia de las reformas que se realizaron en el Instituto Mexicano del Seguros Social (IMSS) en 1997 o en el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), los sistemas de pensiones públicas no han sido reestructurados, por lo cual sus pasivos siguen creciendo.

En 2007, por ejemplo, representaban 16.5 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) y para 2010 crecieron para representar 30 por ciento del PIB.

De acuerdo a la investigación de Vásquez Colmenares, realizada a través del estudio de datos públicos y mediante solicitudes al Instituto Federal de Acceso a la Información (IFAI), existen más de 105 sistemas pensionarios en México y de ellos únicamente cinco o seis están fondeados; además, éstos tienen información parcial o inexacta, lo que hace más difícil identificar y resolver con precisión el problema.

De acuerdo a las cifras recabadas, en 2010 los pasivos de estos sistemas de pensiones representaron 104.2 por ciento del PIB lo que implica que toda la economía del país no alcanzaría para pagar estos pasivos que se encuentran fragmentados, lo que hace más complicado que se resuelva el problema globalmente y provoca que se vayan aplicando parches que en realidad no solucionan el problema estructural.

Entre los pasivos que más destacan se encuentra el de Pemex que representaba a 2010, 661 mil millones de pesos y a 120 mil trabajadores, o el de la Comisión Federal de Electricidad, que implica 287 mil 200 millones de pesos e involucra a 81 mil 269 trabajadores y en conjunto ambos sistemas de pensiones representan 6.9 por ciento como porcentaje del PIB a 2010. El conjunto de los estados tienen pasivos por un billón 791 mil millones de pesos, que representa a 13 por ciento del PIB.

Colmenares señala que parte de la complejidad del asunto es que no hay incentivos para resolver el problema, y cita el caso del Fondo de Apoyo para la Reestructura de Pensiones (FARP) que fue creado entre 2007 y 2010 por la Secretaría de Hacienda, con 102 mil millones de pesos para ayudar a los estados a implantar reformas en sus propios sistemas de pensiones.

Sin embargo, hasta hoy no ha habido reformas pensionarias estatales a cuentas individuales debido a que los gobernadores  evitan asumir el costo político que implicarían las modificaciones necesarias, y hasta el momento únicamente implantan cambios cosméticos.

Evolución del tsunami

El problema de falta de reestructura en los sistema de pensiones detonará conforme se van modificando las tendencias en la estructura de la población, ya que si bien actualmente se vive un bono demográfico éste irá modificándose y generando un problema creciente para 2020, de acuerdo a las proyecciones del Consejo Nacional de Población (Conapo), que prevé que para 2020 la población de más de 60 años representará 12.5 por ciento del total de la población, mientras que para 2040 será 23 por ciento, en comparación a 58.9 por ciento de población económicamente activa de entre 15 y 59 años y 18.1 por ciento de niños menores a 15 años.

 Algunas de las entidades tiene problemas más profundos debido a que su estructura las hace aún más inviables. De acuerdo al Informe: Auditoría al Sistema Nacional de Pensiones 2012, realizado por la Auditoría Superior de la Federación, Pemex tiene 120 mil trabajadores en activo por 88 mil pensionados. Hay casos más dramáticos, aunque más controlables por su magnitud, como el del Banco Nacional de Comercio Exterior, que tiene 873 pensionados por 405 trabajadores en activo o Nafin, que tiene mil 485 pensionados por 627 trabajadores en activo.

Otro foco de riesgo son las universidades estatales, de las cuales se estima que sólo cinco de ellas tiene capacidad para enfrentar sus compromisos de pensiones en los próximos 10 años.

 Sistemas fallidos

A principios de mayo el secretario de Finanzas de Tlaxcala, Ricardo García Portilla, anunció que el sistema estatal de pensiones tiene un déficit de 100 millones de pesos que se incrementan a una tasa de 30 por ciento por año. El funcionario mencionó que no hay con qué pagarles a dos mil 147 jubilados, por lo que se realizan negociaciones con los sindicatos para resolver el problema.

Otras entidades que tienen severos conflictos y que ejemplifican el tamaño del reto de la reestructura son: el Sistema de Pensiones de Veracruz, con un déficit de 900 millones de pesos anuales y también está la Universidad de Colima, a la cual le faltan 200 millones de pesos para hacer frente a sus pasivos de pensiones y que implican 100% de su  presupuesto anual.

En el caso de la Universidad de Colima, el déficit ha sido más escandaloso debido a que los descuentos de cinco por ciento para el retiro que se hicieron a los trabajadores más 10 por ciento que aporta la Universidad para el Fondo Social de Apoyo al Pensionado (Fosap) no fueron depositiados desde 2005.

Gasto

Vásquez Colmenares afirma que los pasivos por los sistemas de pensiones públicos ya desplazaron la capacidad de ejecución del gobierno, debido a que se está tomando dinero de otros rubros para poder hacer frente a los compromisos.

Ello se puede apreciar en el Ramo 19 del Presupuesto, que se refiere al gasto federal 2012 en seguridad social y déficit pensionario, que tuvo una asignación original de 367 mil millones de pesos, que se ajustó a 430 mil millones de pesos para 2012, lo que implica 10 veces más que lo que se asignó a la Secretaría de Seguridad Pública que tiene un presupuesto de 40 mil 536 millones de pesos o casi catorce veces más que el presupuesto asignado a la UNAM.

Vásquez Colmenares considera que la insolvencia no se da cuando se deja de pagar, sino cuando se toma de otros rubros para hacer frente a un compromiso diferente al objetivo.

Agenda pendiente

El especialista vislumbra entre las soluciones la necesidad de impulsar un diálogo en el Congreso para un nuevo modelo, que implicaría universalizar la seguridad social debido a que hasta ahora únicamente 35.8% de la Población Económicamente Activa tiene cobertura, mientras que 57 por ciento no la tiene, lo que generará una fuerte presión conforme se cambie en las próximas décadas la estructura demográfica.

Lo más importante es que la discusión ocupe un lugar central en la esfera pública, dado que será uno de los retos a resolver en el próximo sexenio. Vásquez concluye que “lo que hay que hacer es hablar del asunto y no mirar al pasado, y es que no hay un solo responsable, pero no se puede diluir el problema hasta que alcance una proporción que ponga en riesgo las finanzas del país”.





Fuente: Excélsior