domingo, 27 de octubre de 2013

Comentarios a la Ley Federal del Trabajo: Néstor de Buen

El jueves pasado se presentó en el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Nacional Autónoma de México la obra más reciente de Carlos de Buen Unna, que denominó Análisis de la Ley Federal del Trabajo, promulgada por el entonces presidente Felipe Calderón el 30 de noviembre de 2012 y que entró en vigor de inmediato.

Los presentadores fueron el núcleo de laboralistas más destacado en este momento: Porfirio Marquet Guerrero, comentarista de las últimas ediciones del Derecho del Trabajo de Mario de la Cueva; Carlos Reynoso Castillo; Patricia Kurczyn Villalobos, titular de la jefatura de la División de Estudios de Posgrado de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional Autónoma de México e investigadora del Instituto de Investigaciones Jurídicas, como lo son también Alfredo Sánchez Castañeda, quien fue moderador del acto.

Por supuesto, en la presentación hubo una intervención final de Carlos de Buen Unna.

El libro ha sido publicado por Themis en su colección de Leyes comentadas, con mil páginas y una presentación excepcional.

De hecho, esta es la séptima edición. Claro está, considerando las versiones anteriores de la ley por lo que cada edición presenta una norma diferente.

Ciertamente, es una edición fundamental, gracias a los comentarios de Carlos, quien es especialista académico, y litigante, por lo que conoce el mundo del trabajo de manera absoluta. Lo reflejan los comentarios que son excelentes.

Debo decir que Patricia, Carlos Reynoso y Alfredo forman parte del grupo selecto de los especialistas mexicanos, sin olvidar, por supuesto, a Arturo Alcalde y Alfonso Bouzas, entre otros, cuya participación en la materia es notable.

Por supuesto, no olvidamos a Mario de la Cueva, J. Jesús Castorena y Alberto Trueba Urbina, realmente fundadores de la obra jurídica laboral y presentes siempre en cualquier encuentro sobre la materia.

Los comentarios sobre el libro fueron elogiosos, con toda razón, aunque no tanto la Ley Federal del Trabajo. Es más que evidente que ha sido el producto del dominio del Partido Acción Nacional en el Congreso de la Unión, con la participación fundamental de sus dos secretarios del trabajo, Carlos Abascal y Javier Lozano, más que conservadores y al servicio evidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex).

Me emocionó presenciar la presentación. No sólo, por lo que es evidente, la participación principal de mi hijo Carlos, autor de la obra.

Me habría gustado participar en el acto académico. En primer término por las obvias razones derivadas del parentesco con Carlos, pero también por que se haya celebrado en el Instituto de Investigaciones Jurídicas, heredero directo del Instituto de Derecho Comparado, fundado –si no me equivoco–, nada menos que por don Felipe Sánchez Román, destacadísimo civilista español e íntimo amigo de mi padre, con quien compitió en una oposición a la cátedra en la Universidad de Madrid, que no era aún La Complutense, en la que le fue otorgada la cátedra, al parecer por voto mayoritario.

Su secretario en el instituto fue Javier Elola, quien tenía a su cargo distribuir el trabajo de hacer reseñas de revistas y libros para el Boletín de derecho comparado en el que, entre otros, participamos Margarita de la Villa, Enrique Helguera, Miguel de la Madrid y yo mismo en una maravillosa etapa de formación jurídica.

Ahora sigo vinculado con el instituto, de quien soy permanentemente deudor de artículos y comentarios.

Me emocionó presenciar el acto en el que por razón natural fue protagonista Carlos de Buen, hoy maestro en sociología, y de quien espero se anime algún día por llegar al doctorado. Tiene méritos de sobra.

Mi esposa Nona presenció también el acto y así conoció el instituto. Y por supuesto que la emocionó ver a su hijo en la presentación de su Ley. Al final del acto me di cuenta de que había otros De Buen y cónyuges en el auditorio, así como miembros del Bufete De Buen que hoy dirige Carlos.

Aunque Alfredo Sánchez Castañeda invitó al público a participar, no me animé a hacerlo. Lo que pasa es que en esos actos no se pueden decir malas palabras y a mí me sobraban para calificar la intolerable Ley Federal del Trabajo, que la derecha panista, con la complicidad del Partido Revolucionario Institucional, ha puesto en vigor.




Fuente: La Jornada