Año tras año crece la importación de alimentos, y el estómago de los mexicanos depende, cada día en mayor medida, de lo que suceda fuera de sus fronteras, porque alrededor de la mitad de lo que en él termina (mucho o poco) proviene del extranjero. El abandono del campo es más que notorio, mientras el gran capital agroindustrial (doméstico y foráneo) hace y deshace a su gusto, y cuenta con todo el apoyo del erario. La dependencia alimentaria es creciente, pero, también en este renglón, la situación es vista por Los Pinos con bastante tranquilidad”. Sólo así puede justificar la propuesta que en este sentido envió al Congreso.
¿Cuál es esa propuesta? Sencilla: recortar más de 12 mil millones de pesos (un tijeretazo de 19.4 por ciento en términos reales) el presupuesto público que destinaría en 2012 a esta prioritaria actividad, con respecto al monto autorizado por los diputados en el presente año. Así, en lugar de fortalecerlo e impulsar la producción, a los ojos de los genios de Los Pinos el sector de agricultura, ganadería, desarrollo rural, pesca y alimentación debe recibir un monto sensiblemente menor de recursos públicos, en el supuesto de que todo está “bastante tranquilo”.
Como parte de su análisis presupuestal 2012, el Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados reseña que el inquilino de Los Pinos envió una propuesta de gasto con reducciones en todos los programas sujetos a reglas de operación de la Sagarpa, a excepción de “Procampo para Vivir Mejor”, el cual se incrementa 20.3 por ciento. En relación a este programa, el Coneval (Informe de la evaluación específica del desempeño 2010-2011) reportó que si bien el subsidio directo operado por Aserca cumple con el objetivo de aumentar el ingreso de los productores, también muestra una distribución inequitativa en el territorio nacional. “En general, el subsidio beneficia a quien posee una mayor extensión de tierra y se concentra en siete entidades federativas que no reúnen a la mayoría de la población atendida”. Al término del primer semestre de 2011, Procampo fue un programa que se caracterizó por el rezago en su avance financiero. De acuerdo con el segundo informe trimestral de las finanzas públicas, registró un subejercicio de mil 432.1 millones de pesos, monto equivalente a 11.4 por ciento de los recursos autorizados para ese periodo.
Por lo que toca al programa de apoyo a la inversión en equipamiento e Infraestructura (apoyos subsidiarios para la adquisición de la maquinaria y equipo con el fin de capitalizar y modernizar las unidades productivas agrícolas, ganaderas y pesqueras del país) su presupuesto se reduce 63.6 por ciento en términos reales en la propuesta calderonista. Este programa inició formalmente en 2011; sin embargo, el Coneval evaluó en 2010 el desempeño de su antecedente inmediato, el programa para la adquisición de activos productivos, y encontró que el programa constituye uno de los principales instrumentos de política agropecuaria con los que cuenta el país; asimismo, entre sus fortalezas, destaca su contribución para elevar la competitividad del sector agropecuario.
El programa de prevención y manejo de riesgos busca sostener los ingresos de los productores frente a las posibles contingencias de mercado, crediticias, sanitarias, o las causadas por desastres naturales. En 2012, de acuerdo con la propuesta del inquilino de Los Pinos, decrece 47.3 por ciento en términos reales. Esta medida contrasta con la situación reciente de la actividad agropecuaria en 11 estados afectados por heladas, sequías y lluvias torrenciales, que evidenció la fragilidad del campo mexicano en materia de seguro agropecuario, así como la necesidad de fortalecer otras acciones del Estado en materia de manejo de riesgos.
También el programa de desarrollo de capacidades, innovación tecnológica y extensionismo rural (que busca incorporar innovaciones tecnológicas a los procesos productivos en el campo) se ve afectado: en 2012 la pretensión es reducir la asignación de recursos en 39 por ciento, en relación con el presupuesto de 2011. Esta baja discrepa con las prioridades en la aplicación de los recursos destinados al campo, que han sido expuestas en el propio paquete económico enviado por el inquilino de Los Pinos. Este programa, al atender productores de zonas marginadas, también busca contribuir a mejorar la seguridad alimentaria del país.
Pero hay más. El programa de sustentabilidad de los recursos naturales, cuya importancia radica en la promoción del manejo adecuado de la tierra y el agua en los procesos productivos, así como en los apoyos que brinda para proyectos de reconversión productiva, producción de insumos de bioenergéticos y uso de energías renovables, decrece 13.1 por ciento en términos reales en la propuesta calderonista para 2012. En la evaluación del desempeño 2010 del programa de uso sustentable de recursos naturales para la producción primaria, su antecedente inmediato, se concluyó que era un programa con indicadores bien diseñados, con cobertura nacional, aunque con cierta concentración geográfica de los beneficiarios de su componente programa ganadero.
Por su parte, el programa de tecnificación de riego disminuye 13.6 por ciento en términos reales en el proyecto de presupuesto 2012. Tiene por finalidad la mejoría de la eficiencia en el uso del agua para riego agrícola, para lo cual promueve la instalación de riego tecnificado. A pesar de ser un programa prioritario, dentro del presupuesto modificado por la Secretaría de Hacienda para 2011, también se detecta un decrecimiento de 400 millones de pesos; es decir, 21.1 por ciento menos en relación con el monto aprobado por los diputados en el ejercicio fiscal 2011. Tal disminución equivale a 42 por ciento de la ampliación presupuestaria determinada por los legisladores el año pasado.
La propuesta presupuestal para 2012 incorpora por primera vez un programa de acciones en concurrencia con las entidades federativas en materia de inversión, sustentabilidad y desarrollo de capacidades con mil 20 millones, que se complementarían con las aportaciones realizadas por las entidades federativas en el marco de las reglas de operación que publique la Sagarpa. También desaparecen dos programas que contaron con recursos en 2011: planeación y prospectiva y el programa de apoyo a la productividad de empresas azucareras expropiadas.
Las rebanadas del pastel
¿Qué raro? El inquilino de Los Pinos asegura que el suyo es el “sexenio de la infraestructura”, pero en su propuesta 2012 para el sector agropecuario “desaparece” los recursos (100 por ciento menos) para proyectos de infraestructura gubernamental, infraestructura social e infraestructura social de educación. Ni un peso.
Fuente: La Jornada