Guadalajara, Jal. La decisión de las autoridades federales y estatales para elevar a 105 metros de altura la cortina de la presa El Zapotillo, es un “genocidio disfrazado de una crisis hídrica en Jalisco y Guadalajara”, difundió el Comité Salvemos Temacapulín, Acasico y Palmarejo.
A través de un pronunciamiento, la organización llamó a todos los movimientos sociales a sumarse a su causa para evitar la inundación de los tres poblados.
“Reprobamos todas las formas de privatización del agua y llamamos a todos los movimientos a unirse para poder evitar un genocidio, disfrazado de una crisis Hídrica en Jalisco y Guadalajara”, señala en un documento emitido este lunes.
El 10 de abril pasado, la Comisión Nacional del Agua (Conagua) informó al gobierno de Jalisco de su decisión de elevar la cortina de la presa El Zapotillo, a 105 metros, aun cuando la Suprema Corte de Justicia de la Nación ordenó a la entidad que tal obra no debe rebasar los 80 metros de altura.
El argumento de la Conagua fue que los 80 metros no garantizan la seguridad para los tres poblados. Al día siguiente, el 11 de abril de 2014, el gobernador de Jalisco, el priista Aristóteles Sandoval Díaz, responsabilizó a la autoridad federal en la materia de tal decisión y anunció que a través de la Procuraduría Social del estado, iniciaría un proceso de indemnización para los afectados.
Sin embargo, la dependencia a cargo de Felícitas Velázquez comenzó con el pie izquierdo. El 16 de este mes sostuvo una reunión a puerta cerrada con las autoridades municipales de Cañadas de Obregón, la cual tiene que dar el permiso de uso de suelo para la construcción de la presa.
El Comité Salvemos Temacapulín, Acasico y Palmarejo reprochó el “secretismo” con que actúa la Procuraduría Social y que no se le haya convocado al diálogo. Después, advirtió que no entablará ninguna negociación si no es con el gobernador Aristóteles Sandoval.
El Comité recordó hoy que desde que inició la defensa de su territorio, en 2005, ha buscado que su voz sea escuchada por los gobernantes en turno, independientemente del partido al que pertenezcan.
“Los gobernantes que van y vienen no han aceptado nuestras razones, ni nuestras propuesta. Por ello, hoy, ante las amenazas de un desalojo forzoso, invocamos la protección del Señor de la Peñita y de la Virgen de los Remedios. Nuestra lucha está sustentada en nuestra fe y en la doctrina social de la iglesia católica basada en la protección de los derechos humanos de todas y todos sus feligreses. Incluso, con el apoyo o sin éste por parte de las autoridades eclesiásticas, seguiremos en la resistencia y en la lucha de nuestra comunidad”, expresaron los afectados.
Los pobladores de Temacapulín expresaron que la fe es el motor que les hace seguir de pie, y “para defender lo que todas las autoridades de diferentes niveles han condenado a desaparecer por diferentes intereses particulares”.
De ahí que rechazaron que las autoridades de cualquier nivel tengan las facultades para determinar el futuro de la comunidad.
“Nosotros, pueblo de Temaca, seguiremos resistiendo. El Señor de la Peñita no nos dará la espalda y aquí, hoy, frente a él ratificamos nuestra fe, la defensa de nuestra comunidad y de nuestro patrimonio religioso. Así como en otras épocas, es momento de sacar la casta alteña para defender lo que por derecho nos corresponde, nuestra religiosidad y sitios sagrados”, concluye el Comité en su comunicado.
Fuente: La Jornada| Mauricio Ferrer