Michoacán representa el mayor desafío para el Presidente de México, Enrique Peña Nieto, quien asegura que la violencia y el crimen han reducido desde que asumió el poder en diciembre de 2012, de acuerdo con un análisis publicado este fin de semana por el semanario británico The Economist.
México registró el año pasado 18 mil 143 homicidios dolosos, cifra casi un 16.5 % inferior a los 21 mil 728 casos registrados en 2012.
Cifras del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP) sostuvienen que los homicidios dolosos cayeron en la mayor parte de los 32 estados del país, excepto en los de Michoacán, Hidalgo, Oaxaca, Sonora, Tabasco y Tlaxcala.
Entre los descensos destacan los anotados en estados como Tamaulipas, Nuevo León y Veracruz, que redujeron sus registros “casi a la mitad”.
En relación con otros delitos de los llamados de alto impacto los casos de secuestros llegaron en 2013 un total de mil 695, un 20.4 % más que en los mil 407 de 2012.
Pero Michoacán es un problema que va más allá de las cifras. En el artículo llamado Lawless Land (Tierra sin ley), la publicación señala que los dicho el Presidente se contradice con lo pronunciado por el Secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, el pasado 13 de enero, cuando aceptó que la violencia de los últimos meses en Michoacán, era sin precedentes y ordenó a fuerzas federales tomar el control de la zona de Tierra Caliente, la más conflictiva.
Esto ha traído “una paz difícil” en Apatzingán, parte de la zona a donde el gobierno federal envío tropas para desarmar a los grupos de autodefensa que ahí operan y que buscan proteger a la población de los extorsiones, intimidaciones y ataques del cártel de Los Caballeros Templarios.
Los grupos de autodefensa que nacieron hace más o menos un año, “dicen estar protegiendo a sus comunidades contra los Templarios. Otros sospechan que están más bien ligados al cártel rival Jalisco Nueva Generación, que también ambiciona la Tierra Caliente sin ley de Michoacán, un estado atravesado por rutas de contrabando de drogas vinculados con el segundo mayor puerto de México, Lázaro Cárdenas”, dice el rotativo.
El artículo también hace referencia a la “posición ambigua” que el gobierno tiene hacia las autodefebsas, y ejemplifica con el caso de José Manuel Mireles, su líder ‘autoproclamado’ -en Tepalcatepec-, que el pasado 4 de enero fue trasladado a un hospital de la capital mexicana tras un accidente aéreo” en el que perdió la vida una persona.
“Cuando el señor Mireles todavía estaba en el hospital , Osorio admitió que había gozado de protección oficial , porque ha herido a los cárteles, en particular a los Templarios”. Eso implicaba que las autoridades lo estaban utilizando tácitamente. Otros líderes de las autodefensas confirman que han recibido el apoyo de las fuerzas federales”, dice The Economist.
Al final, el diario cita a uno de los jóvenes que aún patrullan armados por Nueva Italia, segundo bastión de Los Caballeros Templarios, quien recientemente fue reportado de los Estados Unidos: “Allá puedes ir al cine a ver una película…aquí la estoy viviendo”.
Fuente: Sin Embargo| La Redacción