domingo, 10 de julio de 2011

DOMINGO DE COLUMNAS 10 Julio 2011

-TEMPLO MAYOR (F. Bartolomé)

ADEMÁS de la pérdida de vidas humanas, lo peor de la masacre del viernes en el bar Sabino Gordo, de Monterrey, es que parece un aviso macabro de una nueva faceta de la narcoguerra en Nuevo León... que bien podría verse en otras entidades y en el Valle de México.

A LAS TABLAS de tortura, la cacería de policías, las ejecuciones sumarias, los colgados vivos, los descuartizamientos, las narcococinas y un largo y escalofriante etcétera, ahora hay que sumar las matanzas indiscriminadas.

LA MUERTE de 20 personas en el Sabino Gordo, ubicado en pleno centro de la ciudad más importante del norte del país, y los 11 ejecutados encontrados en Chalco, también el viernes, dejan muy clara la impunidad con que se mueven las bandas.

MIENTRAS los cárteles sorprenden día a día con nuevas manifestaciones de fuerza, no se ve por ningún lado la tan llevada y traída estrategia de coordinación de los tres niveles de gobierno ni los resultados de la depuración policiaca, lo mismo al norte que al centro del país.

HABRÍA que preguntar: ¿con quiénes se van a coordinar el Ejército y la Marina? ¿Con los policías de municipios como Monterrey y Chalco? ¿Con los policías estatales de Nuevo León, el Edomex y el DF?

ANTE el pasmo oficial, las bandas del crimen organizado se sienten a sus anchas y siguen escalando nuevos niveles de violencia, mientras la ciudadanía se pregunta: "¿Qué sigue?".

UNA DE DOS: o los diputados no han visto bien el calendario o se están haciendo como el tío Lolo con el periodo extraordinario.

DICEN que hay voluntad para aprobar la reforma política en cuanto haya dictamen, pero están convocando al foro "La Reforma Política, Cambio Estructural de la Vida Social en México".

EL EJERCICIO iniciará el 14 de julio en el DF, seguirá en Mérida y Durango y se prolongará hasta el 1o. de agosto, cuando se presentarán las conclusiones en Guadalajara.

Y NI MODO que los legisladores se pongan a armar dictámenes sin conocer las conclusiones del ejercicio que están organizando.

HACIENDO cuentas, si comenzaran a redactar iniciativas el 2 de agosto, luego deberían iniciar el proceso para dictaminar y votar en comisiones y, finalmente, correr el trámite de llevarlas a la Comisión Permanente para que convoque a un extraordinario, procesos que tardan varios días cada uno.

LA DUDA: ¿qué no les saldría mejor a los legisladores esperarse al periodo ordinario de septiembre y agendarlo como el primer punto a tratar? Es pregunta que no tiene nada de extraordinario.

EL ABRAZO que se dieron ayer en Acapulco el gobernador de Guerrero, Ángel Aguirre, y el jefe de Gobierno del DF, Marcelo Ebrard, fue como el de Acatempan.

BIEN CLARITO, Aguirre dejó ver de qué lado masca la iguana guerrerense y dijo que la mejor opción para la candidatura presidencial en el 2012 es el capitalino.

NI QUÉ DECIR que Ebrard se dejó apapachar por Aguirre, quien no le declaró su adhesión así nomás de gratis.

A NADIE se le olvida lo mucho que hizo el capitalino por él en su campaña electoral allegándole operadores y dándole el "know how", la marca de sus programas sociales y su presencia en giras de fin de semana.

AMOR con amor se paga, pues.


-TRASCENDIÓ

Que para los observadores agudos, ayer comenzó la campaña de Marcelo Ebrard en busca de la candidatura del PRD a la Presidencia de la República.

El jefe de Gobierno de la capital fue a Acapulco a proponerle al gobernador de Guerrero, Ángel Aguirre, que haga en el puerto la exitosa Feria de las Culturas Amigas del DF, para compensar el revés por el Tianguis Turístico.

De pasadita, el agradecido Aguirre dijo que Ebrard es el candidato natural de los perredistas para el 2012.

¡Eso es ser buen cuate, carambas!

Que para redondear el fin de semana, Ebrard coincidirá hoy con Cuauhtémoc Cárdenas en el acto de presentación de la Fundación Amalia Solórzano en las Lomas de Chapultepec.

¿Dirá Cuauhtémoc palabras parecidas a las de Ángel Aguirre?

Que los directores editoriales de MILENIO se reunirán el martes con integrantes del Consejo Consultivo del Acuerdo de Medios Contra la Violencia.

El motivo es, obviamente, la difusión del video en que se tortura y asesina a patadas a dos soldados del Ejército mexicano, transmitido el miércoles en MILENIO Televisión.

MILENIO asiste con la idea de exponer las razones por las que transmitió dicho material, escuchar la crítica de los consejeros, sacar conclusiones y aprender del polémico episodio.

Que el SNTE se prepara para levantar su propio padrón de maestros. Comenzará en menos de un mes y, según esto, ahora sí podrá responder a bote pronto cuántos docentes hay en el país y cuántos de ellos están en activo y haciendo qué.

La idea, se dice, es localizar a todos los “maestros comisionados”. ¿Y ponerlos a trabajar ipso facto?

Que ayer, en la inauguración de Mundo Futbol y el Salón de la Fama en Pachuca, el presidente Calderón demostró a su homólogo chileno Sebastián Piñera quién pega con más potencia.

Calderón golpeó el balón a 68.9 kilómetros por hora. Piñera a sólo 63. Para compensarlo, invitó al andino a prolongar su estancia y a que lo acompañe esta tarde al Estadio Azteca para ver la final del Mundial Sub 17.

¡Vamos, muchachos!


-FRENTES POLÍTICOS

El presidente Felipe Calderón habló muy inspirado ayer de la Selección Sub-17 y de la forma en que le demostraron al país que se puede ganar un partido aunque se tenga todo en contra. Dijo que si los jóvenes pudieran jugar futbol, basquetbol o tocar el violín, el destino de México sería distinto... Sólo le faltó un detalle: El sexenio está por terminar, ¿cuánto dinero le dedicarán a esta causa los futuros Presidentes? ._

Alejandro Poiré, vocero de Seguridad Nacional, afirmó, con cierto dejo de indignación, que no habrá seguridad auténtica ni duradera en México mientras en las diversas localidades más azotadas por las bandas criminales “carezcan de corporaciones que pongan un freno efectivo a la delincuencia”. El problema es, como decía el poeta Javier Sicilia, que difícilmente se encontrarán esos cuerpos policíacos cuando “se tiene un sistema podrido”. ¿Alcanzará el sexenio para que los gobiernos de los estados entiendan que la lucha contra el crimen organizado no es responsabilidad de uno solo?._

Terminó el ciclo escolar 2010-2011. A lo largo de 40 días cerca de 34 millones de estudiantes de preescolar, primaria y secundaria estarán de vacaciones y, en ese tiempo, el secretario de Educación Pública, Alonso Lujambio, preparará su nueva estrategia de campaña de frente al año electoral. Dicen que el titular de la SEP está muy atento últimamente al número de menciones que tiene en los medios de comunicación sobre las posibilidades de su candidatura. Lo bueno es que son vacaciones._

Los suspirantes perredistas a la jefatura de Gobierno en el DF ya se frotan las manos y se empiezan a preocupar por saber quién será el sucesor de Marcelo Ebrard. La diputada Alejandra Barrales y el senador Carlos Navarrete se consideran, según las encuestas internas, en buenos lugares para aspirar a dicha posición, sólo que ambos tienen claro que en algunos meses más, cuando se designe al candidato de la izquierda a la Presidencia de la República su futuro político podría cambiar y a última hora ni él ni ella accedan a la candidatura perredista. ¿Quién podría ser? ¿Uno de Los Chuchos mayores?._

Corre un nuevo rumor en los pasillos de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes: que dentro de muy poco tiempo se dará a conocer el nombre del grupo inversionista que tomaría las riendas de Mexicana de Aviación. Suena con insistencia Althus Prot, que ya aseguró 290 millones de dólares para inyectar a esta empresa de aviación. El pequeño detalle es que no existe registro de este grupo en las estadísticas de la Secretaría de Economía ni tampoco en su contraparte estadunidense… ¿Será real la información o es sólo mera especulación?._

América Latina está de luto por el asesinato en Guatemala, del cantautor argentino, Facundo Cabral. El presidente guatemalteco Álvaro Colom dijo que en el desafortunado incidente en el que perdió la vida Cabral, el objetivo no era él, sino un empresario que acompañaba al artista. Los mandatarios de Venezuela, Hugo Chávez; Colombia, Juan Manuel Santos, Ecuador, Rafael Correa y de México, Felipe Calderón, lamentaron el ataque a quien fuera reconocido por la UNESCO como Mensajero Mundial de la Paz en 1996.


-LA OTRA GUERRA (Ricardo Alemán)

- Arranca la guerra entre AMLO y Marcelo Ebrard.

- En el PRI, en tanto, guerrean Beltrones y Peña Nieto.

A fuerza de la terca realidad, parece que a pocos sorprende que de nueva cuenta detonó la violencia por la guerra entre bandas del narcotráfico. Parece que tampoco asusta el recrudecimiento de las batallas que libran instituciones del Estado mexicano contra el crimen organizado.

Hasta la tarde de ayer, en Monterrey se elevó a 21 el número de víctimas de una matanza cometida en un bar del centro de la capital de Nuevo León. Al mismo tiempo, en la zona conurbada del Distrito Federal poco se sabía sobre otra, ocurrida el mismo viernes, en Valle de Chalco. Mientras tanto, en Torreón, Coahuila, también en las últimas horas aparecieron 11 cuerpos decapitados, sin que hasta la tarde de ayer se tengan pistas de los presuntos responsables.

A su vez, en el Valle de México se incrementó en forma alarmante el número de muertos con el sello de crimen organizado, al grado que en tres semanas aparecieron 50 ejecutados en la zona conurbada al Distrito Federal. Sin embargo, y a pesar de declaraciones de las autoridades capitalinas, queda claro que el crimen y la violencia estrangulan al DF.

Según voceros del gobierno federal, el repentino incremento en los niveles de violencia y las matanzas resultan “de la competencia mortal e irracional de las bandas criminales”, y debido a que las instituciones del Estado arrinconan a las propias bandas. Es tal la disputa que, incluso, en el gobierno federal se habla de la inminente captura de Servando Gómez, La Tuta —jefe de los llamados Caballeros Templarios—, cuyo grupo amenazó de muerte —mediante mantas en todo Michoacán—, al número dos de la Secretaría de Seguridad Pública, Luis Cárdenas Palomino.

Por eso, no sería extraño que en horas se pudiera anuncir la captura de La Tuta. Pero lo cierto es que esa guerra, para bien o para mal, todos la conocen.

Guerra entre AMLO y Marcelo

Lo que pocos saben, sin embargo, son los detalles de “la otra guerra”; la guerra político electoral que libran intramuros los presidenciales del PRI, PAN y PRD. Y es que, una vez concluido el más importante paquete electoral de 2011—sobre todo las elecciones del Estado de México—, se soltaron las amarras que contenían a los “suspirantes” de todas las fuerzas políticas.

El primero en abrir fuego se llama Andrés Manuel López Obrador, quien la víspera de las elecciones mexiquenses “se curó en salud” al lanzar una advertencia que —debido a la importancia de la elección mexiquense—, no alcanzó repercusión mediática, a pesar de su relevancia.

En tono preocupado, López Obrador dijo que “a la mafia en el poder”, no le desagrada la idea de que Marcelo Ebrard se convierta en candidato presidencial de una alianza PAN-PRD. ¿Qué significa esa advertencia?.

Casi nada, que luego de la aplastante derrota del PRD en el Estado de México, y de la propia derrota que sufrió el tabasqueño en esa entidad, AMLO ya no está seguro de que la izquierda lo considere como imprescindible para 2012. En el otro extremo —el de un sector del PAN vinculado al presidente Calderón—, también es cierto que pulsan la posibilidad de una alianza entre la derecha y la izquierda, que llevaría como candidato a Marcelo Ebrard.

Ante esa eventualidad, el propio AMLO regresó al tema luego del 3 de julio y —en declaración formulada en Tabasco—, dijo que él no se aferrará a la candidatura presidencial y que respetaría el resultado de una consulta para seleccionar al candidato presidencial entre él y Marcelo Ebrard. El problema está en qué tipo de consulta se llevará a cabo. ¿Por qué?. Porque si se aplica una consulta a la población abierta, el ganador será Marcelo. Pero si la consulta es sólo a los simpatizantes de la izquierda, saldrá triunfante AMLO.

Pero resulta que si la llamada izquierda se aferra en consultar sólo a simpatizantes y militantes, López Obrador iría directo a una aplastante derrota en la contienda presidencial. ¿Por qué razón? Porque en un escenario como ese, Marcelo Ebrard se negaría a esa patraña y buscaría su propia ruta. Es decir, una eventual candidatura PAN-PRD. En pocas palabras, que a AMLO no le quedan muchas alternativas, más allá del sentido común. ¿En qué dirección el sentido común? En el de hacer una consulta a población abierta; en el de respetar el resultado de una eventual consulta abierta a toda la población y, como seguramente ocurriría, la de sumarse a la candidatura presidencial de Marcelo Ebrard. ¿Será capaz López Obrador de una formidable muestra de democracia, de ese tamaño? Esa es la gran pregunta.

Guerra entre Peña y Manlio

Pero la otra guerra también apareció en la casa tricolor. Resulta que el pasado jueves, Enrique Peña Nieto convocó al primer círculo de quienes tuvieron que ver con la elección mexiquense del pasado 3 de julio. Ahí dio a conocer el nacimiento de una organización civil llamada Expresión Política Nacional, EPN —siglas que son las mismas de Enrique Peña Nieto—, que será la plataforma de apoyo a su candidatura presidencial. Se trató del primer movimiento formal del gobernador mexiquense en dirección a 2012.

Sin embargo, el evento convocado por Peña Nieto para arrancar su candidatura presidencial —que contra lo que muchos imaginan, movilizó a pocos priistas de relieve—, fue visto como un primer evento en dirección a una candidatura única, al destape del PRI y, por supuesto, a la vieja cargada. El primero en reaccionar en dirección contraria al “destape” de Peña Nieto, fue nada menos que el segundo en las encuetas de popularidad, el poderoso Manlio Fabio Beltrones, quien aprovechó una conferencia de prensa para censurar el predestape del mexiquense.

Beltrones rechazó la reedición de viejas prácticas del PRI, “como la cargada, el tapadismo y el candidato único”, e insistió en su tesis de que antes de entrar al proceso electoral, el PRI debe definir y explicar a los ciudadanos “para qué quiere regresar al poder”. Es decir, que primero debe aprobar el programa y luego el hombre. Es evidente la disputa en el PRI por la candidatura presidencial, a pesar de que Peña Nieto es el puntero indiscutible en todas las encuetas. Y nadie debe olvidar que la clave del potencial éxito del PRI está —como en todo partido político—, en la unidad. ¿Serán capaces los señores del PRI de alcanzar esa unidad a la que convocó Peña Nieto. Esa es la otra gran pregunta. Al tiempo.

En el camino

Vergonzoso, por donde se vea, que la mafia magisterial de Oaxaca haya doblado al gobernador Gabino Cué quien, al final, terminó por echar a dos colaboradores que impugnaron sus adversarios. Y conste que acabaría con la mafia del PRI.


-CAMPOS ELÍSEOS (Katia D' Artigues)

En el corcho

LUNES 11: Los gobernadores regañados en Chihuahua

Qué bonito es Chihuahua, dice la canción. Hoy, ese estado, uno de los más violentos, es sede de la reunión plenaria de la Comisión de Seguridad de la Confederación Nacional de Gobernadores. Su lema: “Por la Verdad, la Justicia y la Legalidad” (ande usted).

Será interesante esperar los acuerdos que decreten los virrey... perdón, los gobernadores. Aun más después de la regañada que les puso Isabel Miranda de Wallace, presidenta de la Organización Alto al Secuestro, durante la reunión del Consejo Nacional de Seguridad, donde demostró —con base en datos del INEGI que ellos rechazaron— que la mayoría no ha puesto en marcha unidades antisecuestro a las que se habrían comprometido.

Por cierto, hablando de datos, apenas la semana pasada el INEGI reveló que el Índice de Percepción sobre la Seguridad Pública había mejorado entre la población. Se ubicó en 99.5 puntos, cuando el año pasado fue de 93.2 ¿Qué cuentas rendirán a 3 años de haber firmado el Acuerdo Nacional por la Seguridad, la Justicia y la Legalidad, que está por cumplir 3 años de firmado el 21 de agosto?

JUEVES 14: ¿Qué harán con el SME? Mufas, marchas y chispazos. Finalizaría el periodo de Martín Esparza al frente del SME oficialmente. Recuerde que la Secretaría del Trabajo, encabezada por su enemi… perdón, por el precan… ash, no, el secretario Javier Lozano, le quitó la toma de nota para luego re-otorgársela en diciembre pasado.

Momento para recordar el proceso de elección del dirigente en 2009, en medio de acusaciones de fraude por parte de su contrincante electoral, Alejandro Muñoz, tras lo cual se decidió declararlo inválido. Luego, en octubre de ese mismo año vendría el decretazo presidencial que extinguió la Compañía de Luz y Fuerza del Centro, provocando chispazos.

El SME está dividido ahora y por eso es importante ver si Lozano le re-da a Esparza la toma de nota. Hace unos días, en junio, Esparza fue reelecto para un nuevo periodo que termina en 2013 (se cruzan las elecciones) y esto, también, ante el apoyo que cierta parte del SME ha dado a… ¡Elba Esther Gordillo! (aunque usted no lo crea)

VIERNES 15: Los temas pendientes en la SCJN Finaliza el periodo de sesiones en la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) esta semana. Pero antes de irse acabarán de discutir un tema importantísimo: si se quita o no el fuero militar en casos donde soldados se involucren en casos de abuso, así como que los jueces privilegien los derechos humanos (que están en la Constitución y Tratados Internacionales) sobre otras leyes. Está en análisis el caso Rosendo Radilla, uno de los fallos de la Corte Interamericana de Derechos Humanos.

Muchos asuntos interesantes –y controvertidos— fueron analizados en la Primera Sala o en Pleno.

Estuvo la sentencia para liberar a la maestra Magdalena García Soto, quien fue acusada de ser cómplice de dos personas que abusaron sexualmente de un niño. Y cof, cof, cof, también se negaron amparos promovidos por cadenas de restaurantes y fumadores para saltarse la ley local.

Se desechó la solicitud de amparo promovida por un grupo de intelectuales y se reafirmó que los particulares no pueden contratar publicidad electoral; se dio un golpe a las televisoras al no proceder sus amparos contra las pautas de transmisión de spots promocionales de partidos políticos y al reiterar que las tarifas de interconexión las pone la Cofetel. Pendientes están por resolver el apagón analógico…


-BAJO RESERVA (Periodistas EL UNIVERSAL)

¿Y Germán Martínez?

QUIEN de plano ya no quiere saber nada del gobierno, o quizá no ha recibido alguna invitación, es el ex líder nacional del PAN, Germán Martínez. Nos dicen que como una señal clara de que no regresará a la administración pública, el próximo mes de agosto será nombrado director de la Facultad de Derecho de la Universidad La Salle, su alma máter. Don Germán no ha sido visto en público desde octubre del año pasado, cuando acompañó al entonces candidato a la dirigencia nacional, Roberto Gil Zuarth a registrarse a la contienda en la que perdió con Gustavo Madero la presidencia del partido. También ya se cumplieron dos años de que renunció a su cargo como presidente nacional tras la debacle electoral panista en las elecciones federales del 2009, y casi cuatro que dejó la titularidad de la Secretaría de la Función Pública, en la que tampoco se le recuerdan grandes logros. Suerte para los alumnos de la facultad.

POLICÍAS LADRONES, narcotraficantes o protectores de criminales son pruebas vivas de que sin importar cuánto gaste el país en procesos de control de confianza, las corporaciones no se han podido librar de esta lacra. Cinco agentes de AFI, policía ministerial a cargo de la PGR, pretendían asaltar a un par de camiones de carga. Iban acompañados de ex elementos de la Policía Federal, que hasta abril pasado estaban en activo, pero que debieron pasar por los exámenes de control de confianza que el gobierno federal presume como unos de los más completos y confiables del mundo. Ayer el vocero del gobierno federal para temas de Seguridad, Alejandro Poiré, reconoció que a pesar de todas las medidas que se han adoptado, no garantiza que no se puedan dar “algunos” casos. ¿Algunos?

El PRESIDENTE del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal, Edgar Elías Azar, se sumó a la molestia que hay en el Poder Judicial Federal por las críticas realizadas a los jueces y las acusaciones desde el Poder Ejecutivo de que hay corrupción en las filas de los juzgadores. El magistrado aprovechó la ceremonia en la que recibió la medalla al Mérito Jurídico “Vasco de Quiroga 2011” por su trayectoria, para pedir respeto al trabajo que desempeñan los jueces y respetar sus decisiones, pues existen causes legales cuando alguna de las partes no está de acuerdo en sus fallos. Sostuvo que “las resoluciones de los jueces no se discuten, ni se exhiben, ni se critican, se impugnan o se obedecen”.

UN BLINDAJE tendrá que construir el PRD para que el partido salga ileso del proceso de renovación de la dirigencia en el Distrito Federal. Aun antes de que inicie la contienda, nos aseguran de que el temor de que se genere una fractura, que podría tener un alto costo, está latente, pues hay al menos tres liderazgos del partido que buscan imponer a su gallo y ninguna tiene hasta ahora a mínima intención de ceder. Nos dicen que los afines a Marcelo Ebrard impulsan a Jesús Valencia, actual secretario general del partido en la capital; los barralistas al diputado José Luis Muñoz Soria, y los bejaranos a Alejandro Sánchez Camacho, vocero de Izquierda Democrática Nacional y ex diputado federal.

ABUELO por segunda ocasión. Un feliz Manlio Fabio Beltrones comunicó ayer por Twitter que su hija Sylvana Beltrones será madre por segunda vez. La hija del senador es parte del Comité Ejecutivo Nacional del PRI y está casada con el diputado federal Pablo Escudero, vicecoordinador de la bancada del Partido Verde en San Lázaro. Felicidades a los tres.


-PLAZA PÚBLICA (Miguel Ángel Granados Chapa)

El ISSSTE como botín

Si bien Fox designó director del ISSSTE al propio González Roaro, el ingreso directo de Gordillo a la SEP carecía de antecedentes. Fue una franca cesión del Presidente Calderón a su aliada

A los protagonistas del escándalo en torno al ISSSTE les pasa lo que al soldado andaluz Fermín Trigueros, que según una coplilla popular española tenía tal fama de embustero que cuando fue decretada su muerte, y ya colocado en la fosa, saludó a los sepultureros que de todas maneras lo enterraron imaginando que también mentía al afirmar que estaba vivo. Y es que el descrédito de los mendaces consuetudinarios es tal, concluía el verso callejero, que afirmarán "que hay Dios y les dirán que mienten".

Pero sólo a manera de hipótesis, demos por cierto que Elba Esther Gordillo pidió a Miguel Ángel Yunes, en enero o febrero de 2007 -él ha mencionado las dos fechas- en un hotel de San Diego, al que acudió devoto, una cuota de 20 millones de pesos cada mes. De la boca de Yunes sabemos que se negó a hacerlo. No sabemos, sin embargo, y es importante dilucidarlo, sea en la vía de los hechos o de la lógica política, qué pasó después.

Es de suponer que un colaborador del Presidente, designado apenas unas semanas atrás, estaba obligado a informar de la desmesurada pretensión de Gordillo, que había entablado relación con Calderón por lo menos desde septiembre de 2005 por mediación de Yunes, y que éste lo hizo. Debemos, en consecuencia, conjeturar que el Presidente quedó al tanto de la solicitud de la profesora. Una segunda alternativa es que, movido por la discreción, que ha de ser una de sus virtudes, Yunes guardó el atrevimiento de Gordillo en lo íntimo de su conciencia y únicamente lo dio a conocer el martes pasado, en una conferencia de prensa convocada a modo de respuesta de la que Gordillo había mantenido el miércoles anterior.

Si Calderón estuvo enterado, hemos de preguntarnos cuál fue su reacción. Tal vez felicitó a Yunes por la escrupulosa defensa que con su sola negativa hizo del patrimonio del ISSSTE. Quizá le pidió que, no en la medida planteada pero sí en otras dimensiones, accediera a lo pedido por la amiga de ambos, a fin de conservar vigente su voluntad de colaborar con el naciente gobierno. O, plenamente solidario con su colaborador, acaso buscó a Gordillo y le aclaró que el pacto político que establecieron antes de la elección de julio de 2006 no incluía la disposición de recursos públicos en provecho de un partido que, por más simpático que resultara a Calderón, por el papel que había desempeñado en la trama para hacerlo sentarse en la silla presidencial, no era ni siquiera su propio partido.

Cualquier cosa que sucediera, lo ocurrido no alteró en nada el vínculo entre Gordillo y el Presidente. Tal como lo requería la situación, el Ejecutivo contó con la profesora y con Joel Ayala, dirigente de la federación burocrática tradicional, puesta en apuros por maniobras de Gordillo, para lograr la reforma al régimen de pensiones del personal público. En marzo del primer año completo de gobierno, uno o dos meses después del encuentro de Gordillo y Yunes en San Diego, la dirigente magisterial aparecía como plena aliada de Calderón. Quizá era demasiado pronto en el ejercicio de su relación para dejarse manejar por el despecho, si ocurrió la negativa del director del ISSSTE, cuya posición política mejoró notablemente porque se le contó entre los hacedores de una reforma crucial para las finanzas públicas, según la versión del secretario de Hacienda, Agustín Carstens.

La consecuencia política de aquella negativa, si la hubo, tampoco estorbó el trazo hacia el arreglo educativo que, según Calderón, explica la influencia de Gordillo en los nombramientos ejecutivos en áreas delicadas de su gobierno. Si bien demoró hasta mayo de 2008, se firmó la Alianza para la calidad de la educación. No era el primer pacto que suscribían la Secretaría de Educación Pública y el SNTE. En 1992, el acuerdo para la modernización de la educación fue convenido por el gobierno federal con los gobiernos estatales y la participación del SNTE. Crecida la influencia de la lideresa, con Fox se suscribió también un pacto bilateral. Pero el de 2008, que está vigente, cuenta con una peculiaridad. El poder gordillista está de uno y otro lado de la mesa. Frente a la dirección magisterial se sienta, al lado del titular de la SEP, el subsecretario de Educación Básica, Fernando Gonzá- lez Sánchez, yerno de la profesora.

En su descargo, Calderón alegó que no hizo más que re- frendar acuerdos to- mados entre Fox y Gordillo. Podía haber invocado también a Zedillo, que nombró en honor de su buen entendimiento con Elba Esther al profesor Benjamín González Roaro como subsecretario para la atención de los asuntos educativos en el Distrito Federal. Y si bien Fox designó director del ISSSTE al propio González Roaro, el ingreso directo de Gordillo a la SEP carecía de antecedentes. Fue una franca cesión del Presidente a su aliada.

En ese avance de Gordillo es preciso reconocer la mirada estratégica que ha guiado los pasos de la lideresa magisterial. Ha tenido la habilidad de combinar sus logros tácticos con una visión de largo alcance. No fue casual, aunque todavía ignoramos cuál era su meta en ese terreno, que desde el tiempo de Fox demandara contar con un delegado suyo en el ámbito de la seguridad pública. Lo fue primero Yunes, a quien sustituyó Campa. Calderón se ufanó ante León Krauze de no haber nombrado a un gordillista en reemplazo de Campa, cuando a éste lo despidió Genaro García Luna. Dejó de lado el hecho de que en la Lotería Nacional el compromiso con la profesora ha permanecido a través de tres directores, todos ellos leales a la profesora. Por su parte, Campa quedó atrapado entre dos factores que influyen poderosamente en el ánimo presidencial, el vínculo con su aliada (que aparentaba seguir siéndolo por lo menos hasta hace una semana y media) y el secretario de Seguridad Pública, que cada vez más claramente se perfila como el Vladimiro Montesinos (el funesto consejero de Alberto Fujimori) de Calderón. Campa salió de la Secretaría Ejecutiva del Sistema Nacional de Seguridad Pública y no lo reemplazo otro gordillista en bien de la relación del Presidente con su colaborador.

Tampoco influyó Gordillo en la designación de Jesús Villalobos López como director del ISSSTE cuando, en febrero del año pasado, Yunes renunció al cargo. Aunque la sagacidad de Gordillo le habrá permitido percatarse de que Yunes procuraba sentar su propio poder en ese instituto, esperó a que llegara el momento de que un nuevo director general fuera nombrado por el Presidente y Villalobos, mero sustituto provisional por disposición interna en la institución, se marchara a su casa. Pero ese momento no llegó. Ignoramos, porque la franqueza con que habló la presidenta delante de la prensa el 29 de junio no abarcó todos los campos de su relación con Calderón ni entró en pormenores, si ha estado en negociaciones (de esas que según ella y Calderón no deben asombrar a nadie) con el Presidente para recuperar el dominio sobre el organismo de la seguridad social de los empleados público y si, habiéndolas, no han tenido un resultado favorable a ella.

Sea de ello como fuere, el hecho es que ella pretende recuperar su control sobre el ISSSTE o adquirirlo si es que no contaba con él gracias a la reciedumbre moral de Yunes. Como no es una luchadora atropellada, sino que le concede tiempo al tiempo, Gordillo ha ido emplazando sus piezas para actuar en firme. La federación de sindicatos burocráticos por ella creada a partir de 2004 -construcción política que da nueva cuenta de sus estrategias de largo plazo- ha ido consolidando sus posiciones en la representación del personal público. Le hacía falta estar a la par que la FSTSE en los órganos de gobierno del ISSSTE y sus filiales (principalmente Pensionissste). Lo consiguió jurídicamente pero Villalobos, que seguramente actúa de consuno con Yunes y con Calderón, estorba la consumación política del ascenso gordillista hacia el control del ISSSTE.

Por eso han crecido las presiones públicas de la federación burocrática de Gordillo y del propio SNTE, dizque para aclarar las cuentas en la gestión de Yunes y su dependiente. No es que la transparencia sea preocupación vital para los líderes sindicales que dicen buscar rendición de cuentas. Lo que buscan es el despido del actual director y la toma de control del Instituto por Gordillo. En suma, lo que hoy ha separado a Gordillo y a Calderón, con la presencia de Yunes como un patiño en los libretos cómicos, es el ISSSTE como botín.


-Violencia: mensajes inadmisibles

En días recientes, diversos organismos defensores de derechos humanos han denunciado el atentado sufrido por Oralia Villaseñor Vázquez, esposa de uno de los 15 ciudadanos desaparecidos por presuntos elementos de la Secretaría de Marina en Nuevo Laredo, Tamaulipas, entre el primero y el 23 de junio, y cuya casa fue baleada con armas de alto poder la madrugada del pasado domingo. El episodio empata con un panorama en que se multiplican las denuncias por acciones de intimidación o de represalia cometidas por elementos de las fuerzas armadas o por funcionarios públicos contra las víctimas de la violencia que se desarrolla en el país: por citar algunos, recientemente el sacerdote Alejandro Solalinde señaló que miembros de la Procuraduría General de la República han intimidado a testigos del secuestro de migrantes ocurrido en Medias Aguas, Veracruz, a finales de junio pasado, y a ello han de sumarse las acusaciones de diversos activistas de derechos humanos en Ciudad Juárez, quienes han afirmado ser objeto de hostigamiento por parte del Ejército.

El hecho es que hay indicios claros y preocupantes, en este y en otros episodios, de un designio por silenciar las voces que se atreven a denunciar los abusos que involucran a servidores públicos supuestamente encargados de salvaguardar el estado de derecho en el territorio. Tales indicios agravan un panorama particularmente devastador, marcado por la falta de esclarecimiento de crímenes como el cometido por supuestos integrantes de la Marina en Nuevo Laredo, y por la consecuente ausencia de castigo para los responsables. Si resulta grave y alarmante el involucramiento de soldados o marinos en episodios de desapariciones forzadas o ejecuciones extrajudiciales, ahora, con la situación de riesgo en que se encuentran quienes denuncian esos crímenes, se pone en perspectiva la colocación de la población en general, empezando por los deudos de las víctimas, ante un doble agravio: el que sufren con la pérdida de sus familiares y conocidos, y el que padecen cuando se atreven a exponer ante la opinión pública esos atropellos.
La circunstancia descrita configura, en el entorno cercano de las víctimas de la violencia, pero también en la población en general, un mensaje terrible: que los asesinatos, las desapariciones forzadas y en general las violaciones graves a los derechos humanos que involucran a funcionarios públicos son sucesos soslayables e incluso aceptables en aras del fin supremo de combatir al crimen organizado, y que los afectados por estos sucesos pueden enfrentar la disyuntiva de persistir en sus demandas de justicia y esclarecimiento o salvaguardar su propia integridad física.

Desde hace más de cuatro años, cuando se pusieron en marcha los espectaculares operativos policiaco-militares en contra del crimen organizado, el gobierno federal ha demandado el respaldo irrestricto y acrítico de la población y la participación de ésta en la tarea de denunciar actos ilícitos. Al parecer, el discurso oficial omite que un factor principal de agresión y violencia en contra de la población es la propia fuerza pública y que el Estado debe garantizar ante todo los derechos de las víctimas de los delitos, principalmente de aquellos cometidos por los propios servidores públicos. Sin embargo, episodios como el comentado no hacen sino alimentar el sentir generalizado de zozobra, temor e incertidumbre que enfrenta la población en general, y la desconfianza de ésta en los cauces institucionales de procuración de justicia, y tales condiciones son las menos propicias para conseguir el respaldo y consenso social que el gobierno tanto demanda.


-Díaz Ordaz: disparos en la oscuridad (Fabrizio Mejía Madrid)

Así que, desde la toma de posesión, Díaz Ordaz se sintió inseguro. Un movimiento en falso y se destaparían las ambiciones, los juegos dobles y triples, las conjuras, las burlas. Visualizaba un mundo de dolor para él. Sus primeras palabras con su gabinete fueron:

–Aunque no lo crean, desde hoy van a empezar a candidatearlos para ser los próximos presidentes de México. Les pido que no se me adelanten.

–Como le digo, licenciado –respondió Echeverría a solas en la oficina de Palacio Nacional–, hay que atacar lo que se apoya y apoyar a lo que se ataca.

–O como digo yo –terció Díaz Ordaz–: primero, chíngate a quien quiera quitarte la silla, luego, a quien te la dio.

Baja la escalera esa mañana de domingo en que decide que no quiere morir solo. Tiene que decírselo a alguien. A sus hijos, no a sus muertos. Mira el sol pegando en el comedor. Fue en esta misma casa de Ajijic donde se relajaba para tomar decisiones como Presidente. Ahí decidió, por ejemplo, cómo eliminar al regente de la ciudad de México, una vez que le hubiera entregado las obras de los estadios y la Villa Olímpica para los XIX Juegos de 1968. Ernesto Peralta Uruchurtu se había encargado de la ciudad de México durante 14 años. El 29 de mayo de 1966 iban a inaugurar juntos el Estadio Azteca, pero el Presidente llegó hora y media tarde, a propósito. Cuando quiso hablar, los asistentes sentados desde las ocho de la mañana le chiflaron.

–Usted es el responsable de esta rechifla, don Ernesto –le dijo el Presidente a Uruchurtu.

–¿Yo por qué? Yo no les dije que lo abuchearan.

–Usted es el responsable del chingado tráfico en la ciudad.

Díaz Ordaz nunca lo perdonó. Y, cuatro meses después, el regente Uruchurtu fue al Palacio Nacional a pedirle permiso para desalojar a los pobres que vivían en casas de cartón, lodosos, con gallinas, puercos y perros callejeros, en las inmediaciones del Estadio Azteca: Santa Úrsula, se llamaba el asentamiento. Díaz Ordaz supo que lo tenía en un puño. No le aprobó el uso de la fuerza, sólo le dijo:

–¿Pero desde cuando el señor regente ha tenido un problema?

El 13 de septiembre de 1966 entraron los bulldozers a tirar las casas de los miserables del Estadio Azteca. Díaz Ordaz telefoneó al líder de la Cámara de Diputados, Alfonso Martínez Domínguez:

–Le llegó la hora al regente Uruchurtu. Mándelo muy lejos.

Y la sesión de esa mañana fue para criticar la falta de sensibilidad del “Canciller de Cemento”. La CTM lo acusó de hacer obras de adorno que no mejoraban en nada la vida de los trabajadores. En las gradas de la Cámara, pululaban los pobladores de Santa Úrsula, con sus cajas de cartón, sus cobijas, sus gritos. El 14 de septiembre, Uruchurtu presentó su renuncia. Y el día 15, durante la ceremonia del Grito de Independencia en el Zócalo, Díaz Ordaz fue recibido, de nuevo, con una rechifla.

–Ésta es la venganza de Uruchurtu –le dijo al oído a su esposa Lupita que hacía esfuerzos por no caerse por el balcón presidencial: también padecía vértigo.

Pero no. La ciudad de México estaba harta del Partido y de sus Presidentes. Eso nunca lo supo ver Díaz Ordaz, metido en sus intrigas de corte barroca. Solía repetir un dicho de la mafia italiana: “si algo se mueve, tiene un líder”. Fuera de la mafia, no era necesariamente cierto.

Pero había sido ahí, en el estudio de la casa de Ajijic, que Díaz Ordaz había valorado a quién poner en la ciudad de México. Se tardó una semana. Corona del Rosal estaba resentido porque, sintiéndose dueño de la Presidencia, lo habían nombrado en otro puesto distinto a la Secretaría de Gobernación. Carlos Madrazo había dejado la presidencia del Partido porque propuso que los candidatos a puestos de elección los eligieran asambleas. Díaz Ordaz le dijo:

–Hemos funcionado bien desde Ruiz Cortines así: a la base del Partido le dejas la elección de los presidentes municipales; al gobernador, la de los diputados de su Estado; y a mí, al Presidente: los gobernadores, los diputados y senadores federales. ¿Tú qué haces metiendo a la indiada en decisiones tan complejas?

Se pelearon. Carlos Madrazo había renunciado al liderazgo del Partido el 7 de noviembre de 1965 y, desde entonces, andaba hablando de la democratización del Partido en cuanto auditorio lo aceptara. Hasta con Elena Garro, la ex esposa de Octavio Paz. Una forma de tenerlo controlado era nombrarlo regente de la ciudad de México. A los amigos cerca, a los enemigos más cerca. Pero Díaz Ordaz decidió que el nuevo regente de la ciudad de México fuera el general Alfonso Corona del Rosal. Sólo un militar podría controlar los Juegos Olímpicos de 1968 que se le presentaban a Díaz Ordaz como la ocasión para avergonzar al país, tal como se lo decía Sabina, su madre: no invites a tus amigos a la casa de nuestras pobrezas. Los invitas cuando nos mudemos a la casa de nuestra abundancia.

De eso se acuerda Díaz Ordaz mirando el sol por la ventana en su casa. De cómo Uruchurtu se presentó sin invitación a la boda de su hijo Gustavo en Los Pinos en 1969. El misterio de la sumisión. De cómo el 4 de junio de ese mismo año, el avión en que viajaba Carlos Madrazo se estrelló cerca de Monterrey y se mató.

–Nos van a echar la culpa, Señor Presidente –le dijo Echeverría cuando se confirmó que no quedaban sobrevivientes de un avión que, se decía, había explotado en el aire.

—Sí, claro. Es cuestión de Díaz –bromeó y le cerró la puerta del despacho en la cara porque estaba con La Tigresa.

***

Había escuchado balazos por la tarde. No podía llamar al presidente López Portillo porque le debía una explicación por haberle aventado una embajada. Decidió llamar al regente de la ciudad, Carlos Hank González. Línea ocupada. Los telefonistas lo acosaban. Llamó al jefe de la policía en la ciudad, Arturo Durazo. Éste se presentó con una escolta de no menos de 30 personas que recorrieron el callejón de Risco, tocaron en las puertas de los vecinos, trataron de abrir un automóvil estacionado en la esquina y, como no pudieron, le rompieron el parabrisas:

–Sin novedad, licenciado –Durazo se cuadró ante él.

Díaz Ordaz lo conocía desde que era comandante de la policía política en 1958. Era uno de los interrogadores de los ferrocarrileros, junto con Nazar Haro y Sahagún Baca. Les gustaba intimidar a sus presos presentándose a los interrogatorios en ropa interior. Durazo había estado con Fernando Gutiérrez Barrios en los desvelones entre agosto y octubre de 1968, cuando sólo esperaban el momento adecuado para acabar con el movimiento estudiantil.

Ahora se saludaron marcialmente, con la mano a la altura de la sien.
–¿No tiene algo para la garganta? –le preguntó Durazo desabrochándose el saco de general. No era general, pero se disfrazaba de uno, con galones y condecoraciones. Llegaría a ser doctor honoris causa por el Tribunal de Justicia del Distrito Federal, aunque no había terminado ni la secundaria.

–¿Como un jarabe para la tos? –preguntó Díaz Ordaz viendo cómo se sentaba, sudoroso, el jefe de la policía en el sillón de su sala.

–No, más bien como un ron con Coca-Cola y un hielo –le respondió Durazo.

(…)

–¿Sabe, no, mi Lic? –comenzó Durazo después de darle un trago a su cuba libre–. Hace dos meses, cuando usted andaba hasta la Madre Patria, yo entré a Ciudad Universitaria a romperles toda su madre a los universitarios.

–¿Y a mí qué? –le respondió Díaz Ordaz sorbiendo su jaibol.

–Pues que hice lo que usted: entré a disolver una huelga, nomás que ésta era de sindicaleros.

–¿Y se entretuvo, general?

–Bastante. Aunque es más divertido cuando están armados… las balaceras, los sometimientos, los interrogatorios… –a lo que se refería era a que Durazo había tomado parte en los exterminios de guerrilleros que sucedieron después del 68. La guerra sucia de Luis Echeverría.

Díaz Ordaz le da otro trago al jaibol, hasta casi la mitad, el hielo taladrándole los dientes le llega, como una descarga eléctrica, al ojo. Deja que Durazo se regodee en los detalles de las golpizas, las violaciones, las humillaciones a los trabajadores universitarios que quieren sindicalizarse fuera del Partido. Díaz Ordaz piensa en otra cosa. En 1968: “En política no hay principios. Hay sólo acontecimientos”.

(…) Durazo es espantoso, da miedo, con su nariz aplastada como un pedazo de bolillo chamuscado, los cachetes que le cuelgan como a un bulldog, los ojos rojos. Habla y habla de cómo rompió la huelga de los trabajadores de la universidad.

–Pero fíjese usted, general Durazo –le dice Díaz Ordaz desde la mesita donde están las botellas y el hielo–. No sólo es entrar a romper madres. Se debe contar con una estrategia de conjunto.

–La estrategia es llegar bien servidos, casi inconscientes con coca y golpear a todos –le responde Durazo.

Díaz Ordaz no está de acuerdo. En la violencia del Estado hay una estética. Para él es, todavía, un tipo de barroco, contiene un enigma que, al descifrarse, es un mensaje. La intimidación es sólo una forma de restaurar la sumisión.

***

El 27 de agosto los intentos porque los estudiantes tomen Palacio Nacional se ven recompensados: después de que una señora subida en el camión del Politécnico llama a parir más hijos para que los mate el Presidente, un dirigente del Consejo Nacional de Huelga, Sócrates Amado Campus Lemus –contactado por Gutiérrez Barrios días antes para que tratara de venderle armas y dinamita a los demás dirigentes–, secuestra el micrófono, fuera del programa –los oradores debían entregar por escrito y con antelación sus discursos para que el Consejo Nacional de Huelga los aprobara– para decir:

–Queremos el diálogo público con Díaz Ordaz el primero de septiembre, día de su informe de gobierno. ¿Dónde quieren que sea el diálogo?

–Aquí –responde el medio millón–. Zócalo. Zócalo.

–Aprobado –dice Campos Lemus confundiendo el mitin con la asamblea de universitarios–. Aquí nos quedamos a esperarlo. Hasta el primero de septiembre a las 10 de la mañana.

Algunos estudiantes han arriado en el asta bandera un trapo –como decía Maximino Ávila Camacho– rojinegro. Es otro incidente fuera del programa aprobado por el consejo de los estudiantes: unos jóvenes de provincia se pasan sobre el hombro de Luis Tomás Cervantes Cabeza de Vaca y suben la bandera de huelga en el Zócalo de la capital. Saben cómo amarrarla, cómo jalar el cordón.

Es justo lo que necesita Díaz Ordaz: los agitadores quieren el poder y lo quieren para cambiar la bandera nacional por una de huelga. Tras leer los reportes, Díaz Ordaz se desata en llamadas telefónicas y por radio.

–Van a tomar el Palacio Nacional –le dice al jefe de su Estado Mayor, Gutiérrez Oropeza–, desalójalos.

Del Palacio Nacional salen los tanques apostados por Hernández Toledo desde el 30 de julio en el patio de Palacio Nacional. Arrasan con las fogatas improvisadas de 40 mil estudiantes (…)

–Han insultado a la bandera nacional poniendo un trapo de huelga en el asta central –le dice por la red Díaz Ordaz a Luis Echeverría y a Alfonso Corona del Rosal–. Mañana quiero a todo el gobierno en las calles. Nosotros también podemos llenar el Zócalo. Que cada burócrata venga a desagraviar la bandera nacional, a riesgo de su trabajo. Quiero a los nuestros apoyando.

A la mañana siguiente sucede algo que nadie imaginó: los burócratas de la Secretaría de Hacienda marchan, obligados, como todos los que pertenecen al Partido, pero salen de sus oficinas gritando:

–Somos borregos. Nos llevan. Beeeee. A dóóóónde nos lleeeeevan.

Díaz Ordaz, que está recién bañado y cafeteado para salir al balcón de Palacio Nacional a saludar a los “auténticos” mexicanos, a los que sí responden a su “mano tendida”, baja al patio, sin lentes, los ojos refulgentes, y le ordena a su Estado Mayor que vuelva a salir, ahora a desalojar a los empleados de su propio gobierno. No le cabe la ira. Los tanques arrasan con los propios trabajadores de su sexenio, al que le faltan dos años, una Olimpiada y un Mundial de Futbol, pero que parece desvanecerse en el aire. Él ya no lo ve, pero los burócratas comienzan a jugar a torear a los tanques. Los estudiantes, que no se han ido del todo, se sacan los suéteres y se unen a la corrida. El jefe del Estado Mayor Presidencial, José Luis Gutiérrez Oropeza, parado en la puerta del Palacio Nacional mira eso y le dice a Francisco Quiroz Hermosillo, otro general:

–Esto ya valió madres. No sólo no nos tienen miedo, sino que ahora, hasta somos su burla.

Cuando Díaz Ordaz recibe los informes del fracaso del desagravio a la bandera, no da manotazos, ni insulta a nadie. Le da cuerda a su reloj. Ha llegado el tiempo de renovar el miedo.

La editorial SUMA de letras ha puesto en circulación Díaz Ordaz: disparos en la oscuridad, biografía novelada del responsable de la matanza de Tlatelolco en 1968, escrita entre la crónica y la ficción por Fabrizio Mejía Madrid. Su punto de partida es una amplia investigación bibliohemerográfica. Presentamos un fragmento del libro, con autorización de la casa editora


-Las elecciones y el sindicalismo (Néstor de Buen)

Las perspectivas a partir del resultado de las elecciones no parece que sean favorables al sindicalismo. Basta repasar los años transcurridos desde la Revolución para advertir que, salvo en la aprobación del artículo 123 constitucional, de notable influencia de Salvador Alvarado y de su representante en el Constituyente: Héctor Victoria, lo que siguió, fundamentalmente a partir del presidente Plutarco Elías Calles, fue el nacimiento y desarrollo del sindicalismo corporativo representado principalmente por la Confederación Regional Obrera Mexicana (CROM), que convirtió a Luis N. Morones en personaje principal.

No cambiaron mucho las cosas con el nacimiento, en 1936, de la Confederación de Trabajadores de México (CTM), dirigida originalmente por Vicente Lombardo Toledano, pero que manifestó desde un principio su lealtad absoluta con el gobierno dirigido entonces nada menos que por Lázaro Cárdenas.

La presencia, años después, de Manuel Ávila Camacho y, sobre todo, de Miguel Alemán, no sólo no cambió las cosas, sino que las complicó de manera evidente cuando Lombardo Toledano fue expulsado de la CTM y su puesto lo asumió después de un breve periodo nada menos que el inmortal Fidel Velázquez. Desde entonces el sindicalismo se convirtió en un apéndice del Estado, como sigue siendo en este momento.

Los diversos gobiernos del PRI, nombre que asumió el partido en el poder, en una notable contradicción terminológica, desde entonces han hecho todo lo posible por destruir al sindicalismo. Con López Mateos fue evidente la agresión inmunda contra el sindicato ferrocarrilero, y a lo largo de los años, las perpetuadas contra los sindicatos democráticos, bien mediante la represión directa, en los hechos; contra el reconocimiento de sus derechos mediante maniobras de la Secretaría del Trabajo, al desconocer los resultados de sus asambleas democráticas; mediante actos de su instrumento habitual: la Secretaría del Trabajo y de la Previsión Social, con la negativa de sus registros o de la toma de nota de sus dirigentes.
El PRI demostró fehacientemente ser enemigo rotundo de la clase obrera, poniendo en duda permanentemente el sentido revolucionario invocado en su nombre, que más que nombre parece apodo.

Ahora el PRI vuelve al poder y todo hace pensar que repetirá la hazaña en las ya cercanas elecciones presidenciales. Hay que reconocer que el PAN se ha lucido con sus hazañas en el mismo terreno. El sindicato minero ha sufrido el más feroz combate a manos del Estado, que no ha logrado ni logrará destruirlo, y la misma suerte le ha tocado al Sindicato Mexicano de Electricistas, en pie de guerra en su combate permanente contra el Estado.

Es evidente que las razones del problema están, además, en la misma Ley Federal del Trabajo y en esa combinación dramática entre el Poder Ejecutivo y el poder jurisdiccional en materia laboral. Naturalmente que la última palabra la tendrán los mismos trabajadores, y hoy en día es cada vez más notable la solidaridad internacional.


-Los feudos del caciquismo (Arnaldo Córdova)

Las elecciones locales que hemos presenciado el pasado domingo 3 de julio, sin exageración, pueden llamarse paradigmáticas y no tanto por lo que mostraron en sí mismas, vale decir, unas comunes y corrientes elecciones en las que es tradicional el abuso del poder por aquellos que desde el gobierno dominan y manipulan los procesos electorales. Se trata de otros factores que ahora se han revelado y que han comenzado a definir lo que en adelante será la lucha electoral, en una ausencia total de reglas a las que todos puedan atenerse por igual y en ausencia de una autoridad arbitral que organice de verdad y conduzca eficazmente los procesos electorales.

El primer elemento que resalta, aunque ya estaba presente desde hacía más de diez años, desde la primera derrota presidencial de PRI, es la consolidación de ese poder que se ha llamado feudal, de los gobernadores priístas de los estados en los que conservaron el poder y en donde organizaron sus fortalezas inexpugnables. A primera vista eso no tendría nada de extraño, pues se trataba de entidades dominadas desde antaño por el PRI. Ello no obstante, lo notable ha sido que esos estados no se han desarrollado constitucional y democráticamente, de manera que en ellos fuera efectivo el imperio de la legalidad. Desde tiempos de Fox, el gobierno panista descubrió que podría encontrar en los gobernadores priístas a magníficos aliados ligados por intereses ciertos y seguros.

Fox aprovechó las participaciones federales de las entidades federativas y, poco después, los dineros de los gasolinazos y, en particular, de los excedentes petroleros, para alimentar y cebar las finanzas de los gobernadores, convirtiéndolos en mandatarios tan opulentos que jamás en el pasado habían dispuesto de tantos recursos que pudieran utilizar, además, del modo más discrecional. Se trataba, de hecho, de una alianza de facto que miraba, desde el punto de vista del gobierno foxista, a una estabilidad interior que le pareció esencial. Para los gobernadores se trató, evidentemente, de la oportunidad de consolidar su poder local y hacerlo autónomo y por entero dependiente de su propia voluntad. En esto todos ellos hicieron un silencioso consenso y se mantuvieron unidos.

La creación de la Conago fue obra de ellos y les ayudó, aunque no estaban solos, pues les acompañaban los de los otros partidos, a mantenerse unidos y hacer un frente común. El peligro de que su poder se desperdigara y, así, se perdiera, se conjuró. Los priístas, al parecer, han logrado superar el trauma que les provocó la pérdida de la Presidencia de la República y, en consecuencia, del poder que los mantenía disciplinados a la política nacional y a sus intereses generales. Ahora encontraron en sus gobernadores esa ancla de poder que los mantiene como una gran fuerza nacional capaz en todo momento de contender por el poder de la nación. Cabe preguntar, ¿qué pasó con la reforma política en esos estados? ¿Es que siempre estuvieron al margen de ella?

Los estados y sus gobiernos priístas, por supuesto, siempre estuvieron en el proceso reformista. Un hecho, eso sí, que los analistas de todas las tendencias pusieron de relieve, fue que el poder presidencial obstaculizó en todo momento el desarrollo democrático de las entidades. Pero no lo pudo evitar. A final de cuentas también en esos estados la gente aprendió a votar y a elegir, también a debatir políticamente y a hacer sus elecciones. La antigua política monolítica del priísmo fue demolida desde sus principios. Además, el mismo poder presidencial coadyuvó, en honor de sus alianzas secretas, a entregar poco a poco el poder en los estados a las fuerzas de oposición y, en especial a una, el PAN (Baja California, 1989). Todo ello fue fruto de la fuerza que cobró la reforma política.
Ésta siguió incontenible hasta que el PRI perdió la Presidencia en el 2000. En 1997, la izquierda perredista conquista el Distrito Federal, la entidad más rica y la segunda por su población. Era de esperarse y muchos lo hicieron que con la expulsión del PRI de la Presidencia la reforma marcharía todavía a un ritmo mucho más intenso. Pero no fue así. Los priístas nunca entendieron la reforma política (de ella sólo pensaban que su gobierno la había concedido graciosamente) y, una vez en la oposición, jamás pudieron hacer nada por ella, porque siguieron sin entenderla y, lo que es peor, sin compartirla. Para ellos todos los problemas de la política se reducen a saber quién tiene el poder y cuánto suma éste.

La decisión que fue tomada desde el Estado y desde el poder real del país de oponerse a como diera lugar a López Obrador en 2005, representó un golpe mortal a nuestra todavía endeble democracia, haciéndola naufragar en medio de prácticas fraudulentas y conspirativas, y anulando la participación de la ciudadanía en la elección de sus gobernantes. Los gobernadores priístas tuvieron un activo papel en la conjura, llegando a traicionar a su propio candidato, para dar su apoyo al prospecto de la misma conjura, Felipe Calderón. Eso creó nuevas redes de complicidades entre el gobierno panista y los priístas que gobernaban la mayoría de las entidades. Fue entonces, precisamente, que las vacas gordas llegaron a los solares de los gobernadores y éstos supieron aprovecharlo fortaleciendo su propio poder.

El hecho resultante es que esas entidades se están volviendo a pasos acelerados unos sepultureros de la democracia. No todos los mandatarios marchan al parejo, incluso hay más de un perdedor que no supo comportarse a la altura. Pero todos ellos son más amigos de la lucha sucia y antidemocrática que del juego legal de los procesos electorales. El abuso del poder y del erario público para crear lealtades entre los diferentes grupos sociales y compromisos que se satisfacen con auténticas migajas, sobre todo entre los pobres y marginados, hacen inútil la contienda electoral. Allí puede saberse de antemano qué resultados van a dar las elecciones, las cuales se dirimen por el poder del dinero y del aparato público.

Ese poder caciquil de los gobernadores priístas ha llegado a corromper de tal manera las instituciones electorales locales, que éstas ya no pueden funcionar como órganos confiables a los que todos puedan recurrir en busca de justicia ante los abusos de los gobiernos locales y de su partido. La misma ciudadanía no confía en ellas. Se dice que la mayoría de los mexiquenses no son originarios de la entidad, pero no son ellos los únicos que no votan; pues el Edomex tiene índices de abstencionismo superiores a la mitad del padrón electoral y así ha sido a lo largo de la historia. Cuando ese poder caciquil no aleja a los electores, entonces los corrompe comprándolos con despensas, materiales de construcción y otros bienes.

Los estados gobernados por los priístas son una auténtica tumba de la democracia y no hay mucho que se pueda esperar de ellos en el futuro. A veces es su propio abuso del poder el que los arruina, como ocurrió en Puebla y Oaxaca. Pero en el resto lo que ocurre es que su poder omnímodo y atrabiliario se fortalece cada vez más. Por supuesto que esto tiene un remedio, pero es largo, tedioso y peligroso: es el remedio que imponen las masas conscientes y organizadas cuando deciden, en un supremo esfuerzo de voluntad colectiva, derribar a sus caciques y opresores. La historia es testigo de ello.

Para Adolfo Sánchez Vázquez, maestro y amigo entrañable, in memoriam