La Cámara de Diputados mantiene prácticas que hacen del ejercicio de su presupuesto una caja negra.
El estudio ¿Cómo y cuánto gasta la Cámara de Diputados?, elaborado por la investigadora del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), María Amparo Casar, indica que a pesar de que el Congreso ha emitido leyes para evitar el abuso en el ejercicio del gasto y sancionar desviaciones, está lejos de ser un ejemplo de transparencia.
El documento que forma parte de la colección “El uso y abuso de los recursos públicos”, señala que entre las prácticas discrecionales de la Cámara de Diputados se encuentra la emisión de tabuladores que proporcionan información sólo del 60 por ciento de las percepciones de los legisladores.
Explica que los tabuladores publicados en el Diario Oficial de la Federación (DOF), establecen una dieta “oficial” de más de 12 mil dólares por diputado, pero en los hechos, cada legislador tiene una percepción mensual 5 mil dólares superior.
Esto es posible, agrega, porque dichos beneficios se encuentran dispersos en diversas partidas y capítulos de gasto, lo cual dificulta su cuantificación.
El reporte alerta sobre la enorme flexibilidad con la que la Cámara de Diputados puede modificar el presupuesto aprobado al inicio del ejercicio fiscal, práctica que imposibilita el seguimiento de los recursos.
“La normatividad establece que las prestaciones (de los diputados) podrán ser modificadas de conformidad con el marco jurídico aplicable y se sujetarán en todo momento a los presupuestos y a las disposiciones normativas aplicables y/o acuerdos y lineamientos emitidos por los Órganos de Gobierno de la Cámara de Diputados”, indica.
La réplica
La opacidad también es el común denominador de las percepciones que reciben los más de 5 mil empleados de San Lázaro. Según el documento de la investigadora del CIDE, este año esos trabajadores tendrán un costo de más de 2 mil millones de pesos, pero la información disponible no permite calcular la manera en la que se reparten los recursos.
A la falta de transparencia en la nómina se suman los recursos que cada año se transfieren a los grupos parlamentarios a través de la partida 3827 “Asignaciones a Grupos Parlamentarios” y que los coordinadores reparten de manera discrecional entre los integrantes de su bancada.
En 2010, informa el documento, los grupos parlamentarios recibieron por ese concepto más de mil 179 millones de pesos y a pesar de que representa el 24 por ciento del presupuesto de la Cámara, los coordinadores no están obligados a informar cómo los utilizan y los criterios para distribuirlos.
Los coordinadores de las bancadas tampoco hacen público el destino de los recursos que no son ejercidos. El estudio señala como ejemplo que entre octubre de 2010 y abril de 2011, el Partido Verde Ecologista de México (PVEM) recibió 37 millones de pesos, de los cuales reportó haber gastado únicamente el 36 por ciento.
El estudio de Casar subraya la necesidad de promover una reforma que acote la discrecionalidad en el ejercicio del presupuesto de la Cámara, pues hasta ahora, la mayoría de los recursos están concentrados en manos de los coordinadores parlamentarios.
Fuente: Reforma