Al igual que en 1994, cuando se firmó el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, los pequeños productores agrícolas mexicanos quedaron excluidos este 2018 de las mesas de renegociación, y en este nuevo pacto entre Estados Unidos, México y Canadá (USMCA, por su sigla en inglés) no se trataron temas pendientes como los precios de los granos básicos y la diferenciación entre maíz blanco y amarillo, así lo denunciaron campesinos.
Raúl Pérez Bedolla, secretario general de la Alianza Campesina del Noroeste, explicó que la firma del renovado acuerdo deja en la incertidumbre a pequeños agricultores mexicanos porque a diferencia de Estados Unidos y Canadá, México no cuenta con subsidios ni programas de apoyo para que compitan los productores de maíz, trigo, frijol y arroz.
Los campesinos mexicanos insistieron en que el Gobierno mexicano no los tomó en cuenta en esta renegociación y ni si quiera hubo un lugar para ellos en el llamado “cuarto de junto”, donde estaban representantes de industrias de los tres países, entre ellos el Consejo Coordinador Empresarial.
El tratado comercial pactado la noche del domingo entre Estados Unidos, México y Canadá (USMCA, por su sigla en inglés), que reemplaza el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), dejó una serie de pendientes en el tema agrícola como los precios de los granos básicos y la diferenciación entre maíz blanco y amarillo, así lo denunciaron campesinos mexicanos.
Raúl Pérez Bedolla, secretario general de la Alianza Campesina del Noroeste, dijo a SinEmbargo que la firma del renovado acuerdo deja en la incertidumbre a pequeños agricultores mexicanos porque a diferencia de Estados Unidos y Canadá, México no cuenta con subsidios ni programas de apoyo para que compitan los productores de maíz, trigo, frijol y arroz.
“Estados Unidos y Canadá otorgan apoyos vía créditos o subsidios a sus productores agrícolas mientras en México se les escatimó en todo momento hasta los precios objetivo por las cosechas”, destacó.
Para el líder de la Alianza Campesina del Noroeste, el sector de la pequeña agricultura mexicana no vislumbra una mejoría en este nuevo acuerdo y recordó que durante los 24 años que estuvo vigente el TLCAN los pequeños productores compitieron en desigualdad de condiciones.
Los campesinos mexicanos insistieron en que el Gobierno mexicano no los tomó en cuenta en esta renegociación y ni si quiera hubo un lugar para ellos en el llamado “cuarto de junto”, donde estaban representantes empresariales de los tres países.
“Nosotros insistimos en que en esta ocasión el equipo mexicano entró en una negociación con grandes empresarios y no se consultó a productores de granos básicos. Qué bien que exista acuerdo entre los tres países, pero nosotros no fuimos consultados, no hay una sola referencia a los campesinos.
“En esta negociación no se expusieron ninguno de los problemas de los pequeños productores mexicanos. Un indicador de que la mayoría de los pequeños productores no fueron tomados en cuenta es que no hubo lugar para nosotros en el ‘cuarto de junto’. Carlos Salinas de Gortari (ex Presidente de México) por lo menos tuvo la cierta lucidez de invitar a los productores, pero ahora ni siquiera eso. Saludamos el acuerdo sí, pero la mayoría de los mexicanos ni fuimos tomados en cuenta”, detalló.
DEJAN FUERA EL TEMA DEL MAÍZ
Cinco fueron los temas que retrasaban la finalización del nuevo acuerdo comercial: temporalidad agrícola, regla de origen automotriz, cláusula quinquenal o “sunset”, propiedad intelectual, empresas propiedad del Estados y manipulación monetaria.
Pero también había otros temas pendientes que nunca estuvieron sobre la mesa como la diferenciación de precios entre maíz blanco y amarillo, de acuerdo con Juan Pablo Rojas Pérez, presidente de la Confederación Nacional de Productores Agrícolas de Maíz de México.
“No se tomó en cuenta la exigencia que nosotros siempre pusimos en la mesa, de que el maíz blanco debe de estar diferenciado del maíz amarillo, ya que éste último es el que importamos. El maíz blanco debería tener un valor más alto que el amarillo”, dejó en claro el dirigente de más de 200 mil productores de maíz en el país.
Juan Pablo Rojas Pérez insistió en que el problema es que no se ve una política agrícola de apoyo al sector primario en momentos en que el Presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, ha hablado de la autosuficiencia alimentaria y por tanto debería trabajar en esas áreas con los productores.
En Estados Unidos, indicó, el Presidente Donald Trump ofreció 12 mil millones de dólares en subsidios a sus productores, “pero no vemos, en el caso de México, cuál será la política agrícola para los mexicanos”.
“Nosotros los productores damos la bienvenida a este formato del TLCAN, pero con reservas correspondientes porque seguimos con la incertidumbre porque en el país los mexicanos no le hemos atinado en generar las estrategias para que la política pública agrícola beneficie a los productores con inversiones que generen infraestructura, la aplicación del desarrollo de tecnologías y la productividad para disminuir la dependencia porque nosotros tenemos potencial, pero no tenemos las herramientas adecuadas para sacar adelante esto”, explicó Rojas Pérez.
PIDEN APOYOS PARA COMPETIR CON EU Y CANADÁ
Los campesinos mexicanos reiteraron que necesitan más apoyos por parte del Gobierno mexicano para igualar a sus pares en Estados Unidos y Canadá.
“Lo que nosotros decimos de Estados Unidos es que ellos están en lo correcto con sus productores porque ellos sí le están dando seguridad alimentaria a la producción del sector primario, quien no está haciendo lo correcto es México. Los subsidios que hoy se aplican al campo son pocos y las estrategias no son las adecuadas.
“Hay un importante asignación de recursos al campo, el problema es que las estrategias que se utilizan no permiten que todos los recursos asignados lleguen a generar los beneficios para los que van dirigidos”, indicó Juan Pablo Rojas, de la Confederación Nacional de Productores Agrícolas de Maíz de México.
La Alianza Campesina del Noroeste precisó que es necesario un ajuste en las políticas públicas para el campo, ya que este sector fue ignorado en el sexenio de Felipe Calderón Hinojosa y en el de Enrique Peña Nieto.
Incluso recordó que Peña Nieto ofreció y una reforma profunda al campo y no cumplió.
“En todo este sexenio y en el pasado, el discurso fue el campo ganador, pero no fue cierto porque la gran mayoría de los productores del campo han ido sobreviviendo. Año con año tienen que estar peleando para que los subsidios les lleguen”, expuso Raúl Pérez Bedolla, de la Alianza Campesina del Noroeste.
Sobre las expectativas con el nuevo Gobierno de Andrés Manuel López Obrador, recordó que Víctor Villalobos, futuro Secretario de Economía, prometió dar prioridad a la producción de granos básicos y que los apoyos se dirigirán a los pequeños productores.
“Todavía no sabemos cómo va a ser ese programa (de apoyo al campo), pero el simple hecho de mencionarlo ya es importante”, señaló.
De acuerdo con la Central Independiente de Obreros Agrícolas y Campesinos, en el actual sexenio subieron en 6 puntos porcentuales las importaciones de alimentos: México importa frijol y maíz en casi un 40 por ciento de las necesidades de consumo nacional; soya más de un 90 por ciento; trigo y arroz en cerca de un 80 por ciento.
CAMPO EN EL ABANDONO
Una revisión realizada por la Unidad de Datos de SinEmbargo a los compromisos firmados por el Presidente durante su campaña, en materia de campo sólo cumplió 12 de los 17.
En este fin de sexenio, el campo mexicano sigue con sus viejos problemas, sin programa revolucionario y la paradoja del hambre.
El Consejo Nacional de Evaluación de la Política Social (Coneval) calcula que el número de personas en pobreza alimentaria pasó de 27 millones 400 mil a 28 millones en 2014 en un país que produce por toneladas todos los granos básicos. El programa anunciado por el Presidente jamás fue presentado pese a varios foros de discusión cuyos resultados han ido a parar al archivo.
En los campos agrícolas de Sonora, Baja California, Sinaloa, Jalisco y Chihuahua prevalece la desigualdad, mientras que un pequeño grupo de corporaciones agroalimentarias como Bimbo, Bachoco, Lala, Maseca, Monsanto, SuKarne y Nestlé concentran la tierra y su producción.
Fuente: Sin Embargo