Rosario Robles.
Foto: Miguel Dimayuga
Rosario Robles no ha cumplido las encomiendas que ha tenido este sexenio. No frenó el hambre como responsable de la cruzada contra este flagelo y los pobres aumentaron cuando dirigió la Sedesol. En cambio, se convirtió en una extraordinaria impulsora de la industria de la comunicación: como titular de la Sedesol y la Sedatu ha gastado casi 900 millones de pesos en publicidad y propaganda, muchísimo más que lo acostumbrado en anteriores administraciones.
MÉXICO, DF (Proceso).- Los tres años que Rosario Robles Berlanga lleva en el gabinete de Enrique Peña Nieto han representado un negocio redondo para la industria de la comunicación. Con el afán de promocionar su labor en onerosas campañas de difusión, la funcionaria disparó los presupuestos de propaganda oficial de las secretarías que encabezó: más de 870 millones de pesos del erario desde 2013.
En noviembre pasado, apenas dos meses después de asumir la titularidad de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu), Robles difundió una campaña publicitaria que elogiaba la Política Nacional de Vivienda 2015. La dependencia pagó 77 millones 404 mil pesos por ella, de acuerdo con los 28 contratos celebrados entre el 17 de septiembre y el 30 de noviembre de 2015 que Proceso consultó en Compranet, el registro federal de contrataciones.
Esta suma palidece en comparación con los 793 millones de pesos que Robles erogó en publicidad oficial durante sus dos años y medio al frente de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol); sin embargo, representa un gasto 25 veces superior a los 2 millones 879 mil pesos que desembolsó la Sedatu en comunicación social durante 2014.
Es más: ese dinero bastaría a la Sedatu para construir mil casas nuevas o renovar 6 mil 278 mediante el Programa Vivienda Digna, según el precio promedio que pagó la dependencia en cada una de estas operaciones entre septiembre de 2014 y junio de 2015.
Si bien sus antecesores en la Sedatu ya compraban espacios publicitarios en páginas de internet –banners–, Robles dio una nueva dimensión a la propaganda oficial, que difundió a través de spots televisivos, anuncios de radio e inserciones en medios impresos.
Uno de los videos de la campaña mostraba familias felices porque la Sedatu construyó viviendas nuevas. Sus integrantes aportaban testimonios conmovedores sobre lo bonita que había quedado su “casita”.
“Ahora las casas se construyen con dos habitaciones y cerca de fuentes de empleo, y se otorgan más subsidios a mujeres, jóvenes e indígenas”, decía una voz en off mientras se sucedían imágenes de fraccionamientos recién erigidos. Al terminar la grabación aparecían los logotipos de la campaña, de la Sedatu y de “Mover a México”.
Imagen Soluciones Integrales S.A. de C.V., obtuvo el contrato más importante de la campaña: Su monto se elevó a 19 millones 695 mil pesos. Esta empresa pertenece a Grupo Imagen Multimedia, la rama de medios del Grupo Empresarial Ángeles que opera el periódico Excélsior –el cual recibió otro contrato, por 1 millón 857 mil pesos– y su versión televisiva, Excélsior TV, así como una amplia red de radiodifusoras esparcidas en el país.
La Sedatu atribuyó el segundo contrato más oneroso, de 8 millones 635 mil pesos, a Grupo de Radiodifusoras S.A. de C.V., propiedad de Grupo Fórmula –cuyo director es Rogerio Azcárraga Madero, primo de Emilio Azcárraga Milmo, el fundador de Televisa–. Este monto supera los 8 millones 620 mil pesos que recibió TV Azteca.
Siguieron el periódico El Universal –6 millones 57 mil pesos en dos contratos– y en cuarta posición, Televisa y GRC Comunicaciones (el acrónimo de Grupo Radio Centro), por 4 millones 310 mil pesos cada uno.
Bajo el concepto “Servicio de difusión para la campaña política de vivienda”, la Sedatu otorgó 2 millones 586 mil pesos a la empresa Premium Digital Group SAPI de C.V., la cual desarrolla la página en internet y las aplicaciones móviles de Joaquín López Dóriga.
Camino hacia la Sedatu
En enero de 2013, una semana después de asumir el poder, Peña Nieto sustituyó la Secretaría de la Reforma Agraria por la Sedatu. Encargó a la nueva dependencia fomentar la política en materia rural (mantener el registro agrario y resolver los conflictos ejidales, entre otros), urbana (incluyendo el apoyo a las zonas marginadas) y de vivienda social del país.
A su cabeza, Peña Nieto colocó a un cercano, el priista yucateco Jorge Carlos Ramírez Marín, en recompensa por su desempeño como vicecoordinador general de la campaña que llevó al exgobernador del Estado de México a Los Pinos.
El 27 de febrero de 2015, después de dos años al frente de la institución, Ramírez abandonó el cargo para buscar –y posteriormente conseguir– una diputación plurinominal por el PRI, partido del que es actualmente vicecoordinador en San Lázaro.
Peña Nieto aprovechó la salida de Ramírez para poner en su lugar a Jesús Murillo Karam. Habían pasado cuatro meses de la desaparición forzada de los 43 normalistas de Ayotzinapa, durante los cuales el actuar de Murillo Karam, entonces procurador, fue severamente criticado, por lo que su permanencia en la PGR resultaba insostenible.
Una semana antes, la Sedatu había recibido la orden de operar el Fondo Minero, cuyos ingresos provienen de los impuestos a las empresas extractivas y se destinan –según sus reglas de operación– a financiar obras de beneficio social.
El 27 de agosto siguiente Peña Nieto remodeló su gabinete. Quitó a José Antonio Meade Kuribreña de la cancillería y lo instaló en la Sedesol. Con ello, desplazó a Robles hacia la Sedatu, dejando a Murillo Karam fuera de la administración priista.
Robles enfrentaba entonces una lluvia de críticas, desatada por el incremento desatado de la pobreza, revelado por el Consejo Nacional para la Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) el 23 de julio pasado.
Los datos del Coneval mostraban que 2 millones de mexicanos cayeron en la pobreza durante los primeros dos años de mandato de Peña Nieto, hasta alcanzar 55.3 millones a finales de 2014, y advertía que 80% de los mexicanos se encontraba en pobreza o al borde de caer en ella.
Peor aún: marcaban el fracaso del eje central de la política social de Peña Nieto –erradicar el hambre–, pues el reporte del Coneval planteó que 28 millones de mexicanos no tenían acceso a una alimentación adecuada a finales de 2014, es decir, 600 mil más que en 2012.
El informe tuvo el efecto de un bombazo, pues el gobierno insistía en el éxito de su política social “de nueva generación”. La reprobación se cristalizó en la figura de Robles, quien multiplicó las intervenciones en los medios de comunicación para mitigar los daños.
La servidora pública defendió al gobierno, particularmente la dependencia a su cargo, y, acorralada, terminó por declarar en entrevistas y conferencias de prensa que la Sedesol no era la única institución responsable de la política social del país.
Los demás integrantes del gabinete no expresaron su apoyo a Robles. Con su silencio la dejaron asumir sola el fracaso del gobierno de Peña Nieto en el combate a la pobreza y el rezago social.
A raíz del reacomodo del gabinete, Robles pasó de dirigir la Sedesol, una de las dependencias más importantes de la administración –cuenta con un presupuesto superior a 120 mil millones de pesos–, a la Sedatu, de menor exposición y dotada de un presupuesto seis veces inferior: dispondrá de 25 mil millones de pesos en 2016.
Durante una entrevista realizada por periodistas de Milenio se le preguntó si su remoción de la Sedesol la “sorprendió”. Robles dijo que Peña Nieto le “avisó con anticipación” que saldría y le “pidió algo muy importante, que la secretaría que él había creado, la Sedatu, debía impulsar una gran reforma política urbana”.
Durante esa conversación, publicada el pasado 22 de diciembre, Robles afirmó que no se afiliaría al PRI, pues lleva “la izquierda en el corazón”.
Apenas tres semanas antes, el 4 de diciembre, su hija Mariana Moguel Robles rindió protesta ante Manlio Fabio Beltrones como presidenta del PRI en el Distrito Federal, con 32 años de edad y una militancia en el tricolor de escasos tres años.
Fuentes internas del PRI comentaron a José Gil Olmos, reportero de este semanario, que la llegada de Moguel fue producto de “una concesión presidencial” a cambio de la remoción de su madre. Lo anterior quedó consignado en un reportaje que publicó la agencia de noticias de Proceso (Apro) el pasado 26 de noviembre.
Desde su creación, la Sedatu acostumbraba gastar alrededor de 3 millones de pesos en publicidad oficial cada año. A finales de agosto, cuando Robles sustituyó a Murillo Karam, la dependencia había erogado 2 millones 914 mil pesos en este rubro.
En los dos meses siguientes, Robles disparó el gasto en 2 mil 467%.
Ya en la Sedesol…
El 21 de enero de 2013, Peña Nieto encargó a Robles la coordinación de la Cruzada Nacional Contra el Hambre (CNCH), la cual articula 90 programas de 19 secretarías –incluso la Sedatu– bajo la supervisión de la Sedesol.
A finales de mayo pasado, Proceso documentó que la Sedesol de Robles derrochó al menos 485 millones de pesos en tres campañas masivas que promocionaron los logros de la CNCH, celebradas cada año desde 2013 durante el llamado “Mes de la Cruzada Nacional Contra el Hambre”.
El reportaje, titulado La Cruzada Contra el Hambre engorda… a Televisa, señaló que la televisora de Emilio Azcárraga Jean se embolsó 155 millones 163 mil pesos en esas tres campañas.
Pero lo anterior sólo representó una fracción de la cantidad que la Sedesol gastó en comunicación social, ya que al mes de la CNCH se sumó la publicidad para los demás programas sociales propagada en medios locales y nacionales.
Así, según un cálculo que realizó este semanario con base en datos oficiales, la Sedesol gastó más de 793 millones de pesos en mil 310 contratos celebrados entre el 5 de marzo de 2013 y el 25 de agosto de 2015, periodo en el que Robles encabezó la institución.
De esta suma, las empresas recibieron 685 millones 229 mil pesos, mientras que 108 millones 292 mil pesos se erogaron en IVA.
Con 268 millones 812 mil pesos, Televisa obtuvo más de la cuarta parte del monto que la Sedesol sufragó a la industria de la comunicación durante el periodo mencionado.
La sigue TV Azteca, con 58 millones 602 mil pesos; mientras que Grupo Imagen recibió 21 millones 160 mil pesos a través de sus distintas empresas y Grupo Fórmula cobró 20 millones 728 mil pesos.
Además de las inclusiones pagadas en medios de comunicación tradicionales, la Sedesol de Robles despilfarró millones en aplaudirse en espacios y transportes públicos, así como pantallas LCD urbanas, espectaculares, cines, vallas, vitrales, casetas telefónicas y tortillerías.
Otros convenios contemplaban la inserción de publicidad en recibos de agua y de gas –dos acuerdos por 387 mil pesos cada uno–, la contratación de dos personas para distribuir folletos o dípticos –por 1 millón 849 mil pesos– o el pago de un “servicio de 30 boleadoras digitales” en el Distrito Federal –por 344 mil pesos.
No obstante lo anterior, el presupuesto original destinado a la propaganda oficial de la Sedesol se mantuvo estable entre 2012 y 2015: cada inicio de año, la dependencia auguraba un gasto de entre 29 y 30 millones de pesos en este rubro, según los registros que guarda la Secretaría de la Función Pública (SFP) sobre los gastos de comunicación social de las dependencias federales.
En 2012, durante el último año del sexenio calderonista, Jesús Heriberto Félix Guerra, el antecesor de Robles en la Sedesol, erogó 63 millones 34 mil pesos en comunicación social, partiendo con un presupuesto original de 29 millones de pesos, de acuerdo con la SFP.
En 2013 Rosario Robles también partió con un presupuesto original de 29 millones de pesos, pero al cierre del año, la dependencia había gastado 212 millones 77 mil pesos en comunicación social.
Este monto supera más de siete veces el presupuesto original y rebasó en 237% lo que desembolsó la Sedesol en el último año de la administración panista.
Los datos definitivos de la SFP para 2014 muestran que Robles erogó 252 millones de pesos en campañas de difusión, ocho veces lo programado y 40 millones más que durante su primer año a cargo.
Y las cifras preliminares de los contratos de comunicación social que la Sedesol firmó entre el 9 de enero y el 25 de agosto de 2015 –tres días antes que Robles saliera de la dependencia– exhiben una cifra todavía mayor: en tan sólo ocho meses otorgó 329 millones 395 pesos en este rubro.
Así, entre 2012 y los primeros nueve meses de 2015, la Sedesol de Robles se izó del lugar 22 al segundo sitio en la lista de las secretarías que más gastan en publicidad, según los datos de la SFP. En los tres meses que siguieron el desplazamiento de Robles, la Sedatu subió del puesto 69 al 18 en esta lista.
Fuente: Proceso| MATHIEU TOURLIERE