domingo, 25 de enero de 2015

Ganan guatemaltecos con gasolina mexicana

El alza constante en el precio la gasolina en México y el aumento del IVA a 16% para las zonas fronterizas no han desalentado a los guatemaltecos a adquirir el combustible que proviene de establecimientos ilegales y concesionados por Petróleos Mexicanos. (Foto: FREDY MARTÍN PÉREZ )

Ante la pasividad de las autoridades, en la frontera sur proliferan locales clandestinos de combustible, que proviene lo mismo de la ordeña de ductos que del asalto a pipas pertenecientes a concesionarios locales 

Ciudad Cuauhtémoc, Chiapas. Byron Rodríguez es propietario de un taxi Nissan Tsuru modelo 2010, de color ocre, en el sitio de La Mesilla, una boyante comunidad guatemalteca que todos los fines de semana acoge a miles de comerciantes del sureste mexicano, pero para mover su vehículo, este taxista no adquiere la gasolina en su país, sino en los establecimientos clandestinos que proliferan sobre la autopista Panamericana, en territorio mexicano. 

“Si yo compro dos galones (7.57 litros) de gasolina en un establecimiento legal, me cuestan 40 quetzales (76.38 pesos mexicanos), pero si los adquiero en los establecimientos de la carretera, sólo pago 26 o 27 quetzales (entre 49.65 y 51.56 pesos); es decir, tengo un ahorro de 14 y 15 quetzales (26.80 y 27.80 pesos)”, explica el viudo de 34 años de edad, quien tiene a su cargo dos niños desde que falleció su esposa, hace ya más de un año. 

En este contexto, Héctor Tovar de León, quien es integrante del Comité de Participación Comunitaria de La Mesilla, Guatemala, asegura que ni el aumento de 10 a 16% del IVA a la gasolina (en enero de 2014) desalentó a sus connacionales a comprar combustible. Tampoco el alza constante en el precio de la gasolina los ha inhibido para abastecerse en este lado de la frontera. 

Un factor que ha llevado a los guatemaltecos a continuar con esta práctica ha sido la fortaleza de su moneda durante 2014 y principios de este año (con 1.91 pesos por quetzal hasta el 23 de enero), lo que ha permitido el incremento de visitantes del país vecino a México, muchos de los cuales aprovechan para comprar gasolina a “precio de ganga”, porque el quetzal se cotiza en casi dos pesos, y al realizar la conversión obtienen un ahorro de entre 20% y 30%. 

A la par, miles de contrabandistas pasan por los cruces fronterizos entre ambos países con vehículos cargados con combustible que es vendido en los establecimientos sobre la carretera Panamericana, en un tramo de más de 280 kilómetros que va de La Mesilla (en la frontera) hasta Chimaltenango, departamento que delimita con la capital de aquel país. 

Por la carretera de la costa, desde Tecún Umán o El Carmen, comunidades guatemaltecas fronterizas con México hasta Sacatepequez, departamento que confluye con la capital guatemalteca, proliferan cientos de establecimientos clandestinos que venden a menor precio que las gasolineras de Pacific Oil, Shell, Unepetrol, Exxon Mobil, Puma Energy, entre otras; éstas compiten entre ellas al anunciar sus respectivos precios en las entradas de sus negocios. 

El tráfico de gasolina de México a Guatemala parece “tan normal”, que los militares del 91 Batallón de Infantería, que se ubican en el ejido El Jocote, en La Frontera Comalapa, ya no interrogan a los contrabandistas que pasan por el retén con camionetas y camiones cargados con combustible, lo mismo producto de la ordeña a cargo de grupos del crimen organizado que del asalto a pipas de concesionarios locales. 

Es tan visible el negocio que, por ejemplo, el pasado jueves 21 de enero habitantes del ejido Paso Hondo, también en el municipio de Frontera Comalapa, instalaron dos puestos clandestinos donde vendían gasolina a precios especiales, como la Premium a 12 pesos mexicanos, cuando su costo real es de 13 pesos con 57 centavos. 

Automovilistas aprovecharon para cargar combustible en esos lugares, que estuvieron instalados por lo menos unas cuatro horas la tarde de ese día, y en donde muchos de los compradores provenían del vecino país. 

Operativo fallido 

Hace años, en una de sus escasas acciones para desalentar el tráfico ilegal de combustible, la Procuraduría General de la República (PGR) realizó un operativo en la comunidad El Sabinalito, pero los contrabandistas les cambiaron la jugada a las autoridades, pues al momento de ser detenidos, cerca de la frontera, amparados en organizaciones sociales, reaccionaron con bloqueos carreteros, retención de policías y toma de oficinas. 

Incluso, hace un par de años habitantes de una comunidad del municipio de Motozintla capturaron a tres agentes del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen) para luego amarrarlos, golpearlos y despojarlos del equipo con el que documentaban el tráfico de combustible hacia Guatemala. 

Las negociaciones de Gocoz (Grupo Gasolinero de Ocozocoautla) con 27 expendios en Chiapas —tres de éstos en Frontera Comalapa y Motozintla— vende cientos de litros diariamente a los contrabandistas que ingresan a Guatemala por Niquivil, en Motozintla, El Sabinalito, en Frontera Comalapa e infinidad de puntos, como se observó en un recorrido realizado por este diario. 

En el cruce de El Sabinalito, los contrabandistas pagan 50 pesos a los pobladores mexicanos para traspasar dos cadenas y, después de esto, ya están en territorio guatemalteco, donde pese a los múltiples retenes de la Policía Nacional Civil (PNC), la gasolina llega hasta los límites de la capital de ese país. 

La Procuraduría de Justicia del Estado ha instrumentado operativos para detectar pipas de combustible robado en Veracruz y Oaxaca, que llevan hasta Guatemala, pero las bandas que cometen este ilícito extendieron su dominios hasta Chiapas, como quedó demostrado con el arresto de tres presuntos delincuentes en noviembre pasado, que se dedicaban al robo de combustible propiedad de empresarios con establecimientos cercanos a la frontera. 

Los detenidos habían “robado pipas cargadas de gasolina para luego trasladarlas de forma ilegal a territorio guatemalteco”, informó la Procuraduría de Justicia. 

Un mes antes, los presuntos delincuentes habían robado una pipa con 32 mil litros de combustible propiedad de Gasolinera Margaritas SA de CV, que descargaron en 140 tambos de plástico “los cuales introdujeron a Huehuetenango, Guatemala”. 

Días antes de su arresto, habían robado dos pipas de 32 mil litros de gasolina y 34 mil litros de diésel, de la Gasolinera Morales, propiedad de Rafael Morales, sobrino de Elba Esther Gordillo Morales; el combustible que fue llevado a Guatemala. 

La venta masiva de combustible de contrabando ha provocado el cierre de gasolineras en el país centroamericano de 2013 a la fecha, 25 de éstas en el departamento de Huehuetenango; 20 en San Marcos; y dos en Quetzaltenango; este lugar es el segundo departamento en importancia en Guatemala. 

Empresarios gasolineros aseguran que la proliferación de los puestos clandestinos de combustible ha provocado la caída de ventas diarias y para ejemplificar, dicen, en Quetzaltenango un expendio vendía hasta 2013 unos 60 mil quetzales al día, cerca de 12 mil galones (48 mil litros), pero ahora las ventas ascienden a 7 mil quetzales. 

Julio Rodas, propietario de un expendio cercano a la frontera con México, sabe que a diario llegan pipas cargadas con más de 32 mil litros de combustible para distribuirlos en expendios de contrabando, regularmente por asalto a mano armada, aunque también han detectado gasolina proveniente de la ordeña de ductos de Pemex, en especial de Oaxaca y Veracruz. Además, dice que llegan camiones cargados hasta con 80 toneles, con 58 galones (232 litros) cada uno —unos 4 mil 640 galones (2 mil 560 litros) de gasolina o diésel—. Un galón tiene cuatro litros. 

El líder de la Gremial de Gasolineros de Occidente (en Huehuetenango), Felipe Fuentes, dice que ante el masivo contrabando de combustible, los empresarios “estamos de rodillas”. Dice que la venta de gasolina que proviene de México cada día “gana más terreno”, no sólo en Huehuetenango, sino en poblados del alteño departamento de Quetzaltenango y más allá de este lugar. 

Los empresarios guatemaltecos están entre la espada y la pared, ya que por un lado han bajado sus ventas, pero aun así, deben pagar impuestos al SAT, lo que no hacen los dueños de los negocios de contrabando. 

Guatemala, donde la iniciativa privada fija el precio del combustible, es el tercer país de Centroamérica con el más alto precio por litro de gasolina tipo estándar, con un promedio de 5.66 quetzales por litro (10.80 pesos), le siguen Costa Rica y Panamá, respectivamente. 

Exponen a niños 

Los expendios ilegales de combustible han sido criticados por organismos no gubernamentales que trabajan en pro de la defensa de los derechos de los niños, ya que aseguran que estos lugares son atendidos por menores, lo que constituye una violación a sus garantías. 

En los establecimientos, niños han sufrido accidentes, como ocurrió el 14 de noviembre, cuando cuatro pequeños de Tajumulco, en San Marcos, murieron quemados y dos más sobrevivieron al incendiarse unos recipientes que guardaba su madre, una viuda con un puesto de venta de combustible de contrabando. 

Casos como éstos o denuncias de las asociaciones sociales han evitado que los niños estén a cargo de negocios clandestinos de venta de combustible, en territorio guatemalteco. 

Así, con la caída del peso frente al quetzal, el contrabando de gasolina de México hacia Guatemala, lejos de que disminuya a corto plazo, puede ir al alza, aseguran gasolineros establecidos en los límites de la frontera y representantes de organizaciones civiles. 


Fuente: Fredy Martín Pérez| El Universal