El grupo Al Consumidor organiza a muchos de los descontentos
Ante las “arbitrariedades” y cobros injustificados de la Comisión Federal de la Electricidad (CFE), los usuarios están desprotegidos. A quienes inician un trámite de reclamo en las oficinas que ha creado la empresa únicamente les dicen que “primero paguen”, que “tenían saldos acumulados”; son juez y parte y siempre fallan en contra de los ciudadanos, planteó Daniel Gershenson, integrante de la agrupación Al Consumidor, organismo civil que encabeza la defensoría de una queja colectiva de más de cientos de usuarios del servicio eléctrico.
Empresas con el tamaño de esta paraestatal regularmente abusan de los consumidores y no mejoran sus prácticas pese a las protestas, “pues la impunidad las protege”, señala, luego de sostener que la CFE aplica los cobros de manera discrecional y, cuando se le llega a sancionar con una multa, ésta es irrisoria por su monto y regularmente las impugna.
Para dar una idea del daño económico en el que se traducen los abusos contra los usuarios del servicio eléctrico, Al Consumidor realizó un ejercicio matemático para calcular la afectación al bolsillo de los clientes de la paraestatal.
De acuerdo con el censo más reciente del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en el Distrito Federal y los estados de México, Morelos e Hidalgo se cuenta con contabilizados más de 7 millones 340 mil viviendas que tienen contrato de luz. “Tan sólo con que a cada una la CFE le cobre 100 pesos más, representaría ingresos adicionales por más de 734 millones cada bimestre, lo que haría una cuenta superior a los 5 mil 800 millones de pesos por aumentos indebidos en los ocho bimestres transcurridos desde octubre de 2009, cuando comenzó a operar la zona centro del país.”
Esos ingresos adicionales, plantea Al Consumidor, representan un incentivo para continuar el abuso, pero también elevan la viabilidad de que pueda organizarse una acción colectiva de parte de los consumidores para resolver el problema, pues “no se combate la práctica abusiva con procedimientos individuales”.
La agrupación ha recabado un sinnúmero de “historias de terror” en la que los clientes de la CFE narran sus casos particulares de problemas presentados con el servicio. Hay quienes relatan que los aumentos les han llegado a pesar de que los inmuebles están deshabitados, cortes del servicio a pesar de tener recibos pagados, retiro de medidores y cobro de 22 mil pesos por los nuevos y más.
Vía electrónica, esta organización recaba verdaderas historias de horror de los consumidores. La mayoría pide el anonimato. Refieren, por ejemplo, que cuadrillas de trabajadores de la CFE, en el número 13 de la calle Manuel E. Izaguirre, en el circuito comercial Satélite, cortaron el suministro del área general sin mostrar documentos que apoyaran esta acción, cuando es ilegal, porque los usuarios tienen los recibos que comprueban que sí realizaron el pago correspondiente. La mayoría de las historias refieren incrementos al servicio en proporciones “escalofriantes”.
Hay quienes hablan de un incremento de 800 a 24 mil pesos; de 500 a 2 mil 500 o 3 mil pesos para una casa habitación, cuando “ni las tiendas pequeñas pagan esos precios”. Otros más refieren el retiro de medidores y su remplazo por el “digital”; sin embargo, denuncian que en algunos casos les cobran hasta 22 mil pesos al realizar este cambio de aparatos por “lecturas que tomaron de los medidores retirados”.
Uno de los casos indica que además de los 20 mil pesos pagados por el cambio de dos equipo, le cobran 10 mil más por adeudos atrasados: “¿32 mil pesos para el pago de luz de mi negocio? Es imposible cubrirlo. Tendré que cerrar la pequeña empresa y salir huyendo”, indicó José Juárez en esta galería electrónica del horror.
Fuente: La Jornada
Ante las “arbitrariedades” y cobros injustificados de la Comisión Federal de la Electricidad (CFE), los usuarios están desprotegidos. A quienes inician un trámite de reclamo en las oficinas que ha creado la empresa únicamente les dicen que “primero paguen”, que “tenían saldos acumulados”; son juez y parte y siempre fallan en contra de los ciudadanos, planteó Daniel Gershenson, integrante de la agrupación Al Consumidor, organismo civil que encabeza la defensoría de una queja colectiva de más de cientos de usuarios del servicio eléctrico.
Empresas con el tamaño de esta paraestatal regularmente abusan de los consumidores y no mejoran sus prácticas pese a las protestas, “pues la impunidad las protege”, señala, luego de sostener que la CFE aplica los cobros de manera discrecional y, cuando se le llega a sancionar con una multa, ésta es irrisoria por su monto y regularmente las impugna.
Para dar una idea del daño económico en el que se traducen los abusos contra los usuarios del servicio eléctrico, Al Consumidor realizó un ejercicio matemático para calcular la afectación al bolsillo de los clientes de la paraestatal.
De acuerdo con el censo más reciente del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en el Distrito Federal y los estados de México, Morelos e Hidalgo se cuenta con contabilizados más de 7 millones 340 mil viviendas que tienen contrato de luz. “Tan sólo con que a cada una la CFE le cobre 100 pesos más, representaría ingresos adicionales por más de 734 millones cada bimestre, lo que haría una cuenta superior a los 5 mil 800 millones de pesos por aumentos indebidos en los ocho bimestres transcurridos desde octubre de 2009, cuando comenzó a operar la zona centro del país.”
Esos ingresos adicionales, plantea Al Consumidor, representan un incentivo para continuar el abuso, pero también elevan la viabilidad de que pueda organizarse una acción colectiva de parte de los consumidores para resolver el problema, pues “no se combate la práctica abusiva con procedimientos individuales”.
La agrupación ha recabado un sinnúmero de “historias de terror” en la que los clientes de la CFE narran sus casos particulares de problemas presentados con el servicio. Hay quienes relatan que los aumentos les han llegado a pesar de que los inmuebles están deshabitados, cortes del servicio a pesar de tener recibos pagados, retiro de medidores y cobro de 22 mil pesos por los nuevos y más.
Vía electrónica, esta organización recaba verdaderas historias de horror de los consumidores. La mayoría pide el anonimato. Refieren, por ejemplo, que cuadrillas de trabajadores de la CFE, en el número 13 de la calle Manuel E. Izaguirre, en el circuito comercial Satélite, cortaron el suministro del área general sin mostrar documentos que apoyaran esta acción, cuando es ilegal, porque los usuarios tienen los recibos que comprueban que sí realizaron el pago correspondiente. La mayoría de las historias refieren incrementos al servicio en proporciones “escalofriantes”.
Hay quienes hablan de un incremento de 800 a 24 mil pesos; de 500 a 2 mil 500 o 3 mil pesos para una casa habitación, cuando “ni las tiendas pequeñas pagan esos precios”. Otros más refieren el retiro de medidores y su remplazo por el “digital”; sin embargo, denuncian que en algunos casos les cobran hasta 22 mil pesos al realizar este cambio de aparatos por “lecturas que tomaron de los medidores retirados”.
Uno de los casos indica que además de los 20 mil pesos pagados por el cambio de dos equipo, le cobran 10 mil más por adeudos atrasados: “¿32 mil pesos para el pago de luz de mi negocio? Es imposible cubrirlo. Tendré que cerrar la pequeña empresa y salir huyendo”, indicó José Juárez en esta galería electrónica del horror.
Fuente: La Jornada