El sábado anterior –10 de marzo– el precio de las gasolinas y el diesel llegó a su máximo histórico. La de mayor consumo, Magna, cuesta ahora 10 pesos el litro; la Premium, 10.74, y el diesel, 10.36. En función del poder de compra de los mexicanos, quizá son los combustibles más caros del mundo. Un ejemplo. En San Francisco, California, el salario mínimo es de 10 dólares por hora. Es el sueldo más bajo, el de las personas que lavan platos o limpian los pisos. Con 56 dólares llenan el tanque de un automóvil compacto con capacidad de 14 galones, que en estos días cuesta un promedio de 4 dólares el galón. En México, en cambio, una persona de salario mínimo necesita trabajar nueve días para llenar el tanque de un automóvil con la misma capacidad. La diferencia es abismal. Por otro lado, el elevado precio de los combustibles sólo es una parte del complejo problema de los energéticos. La mitad de la gasolina que consumimos es importada, porque no se ha construido una sola refinería desde hace muchos años. (La que está proyectada en Tula va a paso de tortuga.) Curiosamente, ha habido dinero de sobra para levantar no una, sino cuatro o cinco plantas. Sin embargo, hay poderosos intereses que se oponen. La razón –o sinrazón– es que comprarla en el extranjero es un magnífico negocio, en primer lugar para las refinerías, pero también para funcionarios e intermediarios que participan. Adicionalmente son excelentes negocios la transportación y la distribución.
Acuerdo pripánico
Pero hay otros anexos. Una parte de lo que pagamos por cada litro que consumimos va a dar a manos de los gobernadores y los presidentes municipales de todos los partidos políticos. Los gasolinazos iban a concluir la Navidad pasada, sin embargo el presidente Calderón propuso que continuaran por tres años más y la Comisión de Hacienda de la Cámara de Diputados, en vez de defender a los consumidores que pagamos sus altísimos sueldos, aprobó la iniciativa, con el voto de los priístas y panistas. Y también aprobaron que cada gasolinazo, en vez de 4 centavos cada mes como fue hasta el año pasado, subiera a 9 centavos. En esta página aparecen los nombres de los diputados que cometieron el atraco.
No informan del moreirazo
Se perfila un enfrentamiento entre el Ifai y las autoridades financieras, ahora en terrenos del moreirazo. Un ciudadano recurrió a la Comisión Nacional Bancaria y de Valores solicitando información sobre la deuda pública de Coahuila y sus municipios con la banca de desarrollo, contraída entre 2007 y 2011. La Comisión la negó argumentando que es confidencial y clasificada. El ciudadano recurrió al Ifai. Hasta ahora sabíamos que Moreira había metido sendos goles a Banobras y a la banca privada, ahora nos enteramos de que también se llevó al baile a Nacional Financiera. El Ifai considera que Banobras y Nafin son entidades de la administración pública federal sujetas a un régimen de rendición de cuentas y debe abrir la información. Ahí está el jaloneo.
Refrescos cancerígenos
Coca-Cola y Pepsi anunciaron el viernes que disminuyeron la proporción de una sustancia química colorante, considerada cancerígena en California. Ambas marcas hicieron cambios en su fórmula para evitar que las obliguen a imprimir en sus etiquetas un mensaje de advertencia sobre la presencia de 4-metilimidazol (4-MEI), colorante de caramelo derivado del amoniaco y del sulfito. Eso sucede en el país del norte, ¿y en México? Nada, hasta el momento no ha habido declaración de las autoridades competentes. México y Estados Unidos son los países donde más refrescos de cola se consumen en el mundo. Y también donde hay los índices más altos de cáncer
e@Vox Populi
Asunto: los genes determinan el voto
Sobre lo que comentaste de las inclinaciones políticas determinadas por los genes, es algo que se sabe desde hace algún tiempo. Pero una corrección: sólo hay de dos sopas, o se es liberal o se es conservador. Para trasladarlo a la geometría política: derecha (PRI-PAN-PVEM-Panal) o izquierda (PRD-PT). Pero más importante es que la diferencia entre las personas no sólo es sobre política, sino que se extiende a varios aspectos de la vida. Eso está tan arraigado que podría decirse que se nace de una u otra manera porque la actividad cerebral muestra patrones diferentes de acuerdo con el tipo de personalidad. Esto puede heredarse y finalmente depende de los niveles de neurotransmisores.
Acá te envío un enlace de una nota de 2008 con resultados de investigaciones.
www.newscientist.com/article/mg19726411.800-are-political-leanings-all-in-the-genes.html
Humberto Peralta/Distrito Federal
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Ya entendí: AMLO quiere a Bartlett de su lado para evitar una caída del sistema en su contra.
Fuente: La Jornada