La sociedad civil reforzó las movilizaciones contra la imposición de proyectos ecocidas, letales y tóxicos en Veracruz, como la mina Caballo Blanco, y exige al gobierno federal que rechace la fase de explotación por la violación al resolutivo condicionado para la fase de exploración.
Este viernes, en Jalapa, se manifestaron por la cancelación del proceso impositivo del otorgamiento de concesiones mineras por el que se está ofertando el territorio veracruzano a la industria minera tóxica. Exigieron también la realización de un foro incluyente y de cara a los ciudadanos, sobre alternativas productivas, turísticas, pesqueras y de conservación del patrimonio biocultural en la costa de los municipios de Alto Lucero y Actopan, así como la revocación del convenio de colaboración suscrito entre la Sedeco y el Sistema Geológico Mexicano por el que se da entrada a la industria minera tóxica en nuestro estado.
Se trata, demandaron, de que se impulsen mecanismos reales de consulta pública y participación ciudadana que sean eficientes y democráticos, previos al otorgamiento de concesiones mineras tóxicas y a la imposición de proyectos que comprometan la soberanía, la seguridad, la vida y el bienestar de todos los mexicanos; además de una reforma a fondo de la Ley Minera vigente, que vulnera los derechos humanos y los derechos de los pueblos y privilegia el interés privado sobre el interés público.
El proyecto minero Caballo Blanco, han reiterado en diferentes foros y movilizaciones, afecta el medio ambiente, el agua, el territorio, la salud y el bienestar de todos los veracruzanos; además de que transgrede la soberanía estatal y pone en riesgo la seguridad nacional al concurrir en un pequeño espacio la central nuclear Laguna Verde, los cables de alta tensión de Comisión Federal de Electricidad, los ductos de Pemex y ahora la posible instalación de la mina.
“A pesar de ser un estado sin vocación minera –señalan los reporteros del blog Zapateando–, cuyas actividades son agropecuarias, pesqueras, turísticas, relacionadas con la tierra, el agua y con su patrimonio natural e histórico –por los vestigios de las civilizaciones olmeca, totonaca y de algunas que no se conocen suficientemente, como El Tajín–, hoy es un territorio explorado por los buscadores de oro”.
La lucha contra la mina Caballo Blanco ha despertado en Veracruz un movimiento de resistencia ciudadana alegre y creativo y no se ha dicho la última palabra, como quedó claro en el Pacto por un Veracruz Libre de Minería Tóxica.
Fuente: La Jornada