El istmo de Tehuantepec, uno de los principales corredores migratorios
Empresas entregan manifestaciones de impacto ambiental aisladas, para relativizar y minimizar la afectación total producida por sus instalaciones.
La Venta, Oax. El istmo de Tehuantepec, donde se pretende instalar unas 5 mil torres para generar 4 mil 427.73 megavatios (MW) de electricidad hacia el 2014, según la Asociación Mexicana de Energía Eólica, es uno de los principales corredores migratorios de aves del mundo. Por ahí pasan cada año unos 12 millones de ejemplares, cuya vida peligra a causa del bosque de aspas que rápidamente van erigiendo sobre sus rutas empresas trasnacionales –principalmente españolas–, sin que se haya hecho un análisis del impacto ambiental que registre los impactos acumulativos de todo el megaproyecto eólico.
En entrevista, Bettina Cruz, zapoteca, dirigente de la Asamblea de los Pueblos Indígenas del Istmo de Tehuantepec en Defensa de la tierra y el Territorio, señaló que igual que ninguna autoridad federal ha actuado para preservar los derechos de los pueblos indígenas propietarios del territorio, tampoco se ha hecho un estudio general de los impactos socioculturales y sobre las aves y la flora y la fauna terrestre y acuática del megaproyecto en su conjunto.
“Las empresas se repartieron el territorio del istmo, y un recurso, el viento, a espaldas de los que vivimos ahí y a la usanza colonial, y eso lo hicieron coludiéndose con el gobierno federal, con el gobierno estatal y también con los gobiernos municipales.
Cada empresa hace una manifestación de impacto ambiental (MIA) del área que le toca, como si fuera aislada, como si no tuviera repercusiones al lado, como si las aves dijeran ahora vamos a pasar por acá y ahorita, como hay esa línea ahí, ya no pasamos, indicó.
Enfatizó que la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) autoriza manifestaciones de impacto a diestra y siniestra, proyecto por proyecto para que no se vea el impacto global... siendo que hacia arriba está la reserva de los Chimalapas, a un lado la reserva de La Sepultura, del otro lado está la región prioritaria de la zona mixe, y la parte de la Laguna Superior, que es una zona marítima prioritaria, explicó Cruz.
Ya desde 2004, organizaciones como Bird Life International habían advertido del peligro que para las aves migratorias representaría la instalación del Corredor Eólico del Istmo. Ahora el Banco Mundial (BM), en su estudio Greening the wind (Enverdeciendo el viento), publicado en Internet, el pasado mes de junio, corroboró que una sola central eólica (CE) –La Venta II, de la Comisión Federal de Electricidad (CFE)–, de 98 molinos de viento con capacidad total de 85 MW, ocasionó en un año la muerte de unos 6 mil murciélagos y unas 3 mil 900 aves.
Esto de acuerdo con el monitoreo realizado por un equipo del BM en 2008 a dicha CE, construida con financiamiento de la propia institución financiera internacional y que fue la primera planta eoloeléctrica de gran tamaño en entrar en operación comercial en el país, inaugurada en 2007 por el presidente Felipe Calderón.
La propia CFE, en su MIA presentada en 2004 ante la Semarnat para La Venta II, anotó: durante los muestreos realizados se registró un total de 908 mil 732 individuos de especies diferentes migrando por el predio, la mayoría de seis especies rapaces migratorias, y se contaron 690 mil individuos en un solo día, además de que no se hicieron conteos nocturnos, ya que otras especies de aves migran exclusivamente de noche.
Se registraron, apunta, un total de 453 especies de aves potenciales para el área de estudio, lo que representa 33.5 por ciento de este tipo de fauna que ocurre en todo el país. Esa riqueza de aves se puede explicar considerando que el predio donde se construirá el PE La Venta II se encuentra ubicado en la ruta migratoria más importante del mundo... donde se juntan todas las rutas migratorias de México y Norteamérica. Hay pocos espectáculos tan llamativos como observar miles de aves, muchas veces de diferentes especies, cruzando el cielo en una línea continua que abarca cientos de kilómetros de extensión, todas dirigiéndose hacia un mismo lugar, anota la MIA de CFE.
El estudio del BM reconoce a su vez que las aves migratorias son altamente vulnerables a las colisiones con las turbinas de viento, y en el caso de La Venta II el monitoreo ha revelado que la mortalidad de aves canoras, especialmente las que migran de noche, es realmente más alta que los estándares de las centrales eólicas: 20 o más aves migratorias podrían haber muerto por MW por año. No obstante –minimiza–, esta es una muy pequeña proporción de los varios millones de aves que han sido contadas –en base anual– pasando directamente encima o a través de la CE.
Aun así, el documento del BM reconoce, en lo que respecta a las especies locales de murciélagos, que La Venta II está funcionando como un sumidero de población (population sink), situación en la cual la mortalidad excede la reproducción y la población local se mantiene a través de influjos desde áreas adyacentes.
Metodología inexacta
Sobre el problema, biólogos que han trabajado en la región y solicitaron reserva de su nombre por estar obligados por cláusulas de confidencialidad en sus contratos, manifestaron que la metodología que usan (las empresas) para estudiar las colisiones en los parques eólicos en operación no es adecuada para encontrar cadáveres de aves y murciélagos, por existir un gran número de depredadores en la zona, que los devoran.
Además, “todos enfocan la migración a un puño de especies grandes: rapaces, gaviotas, pelícanos, cigüeñas... Pero falta el grueso de la migración, los chiquitos son millones. Éstos usan una zona de corredor de migración vasta, que puede abarcar decenas de kilómetros. En el istmo estas decenas de kilómetros se reducen a la planicie. No existe estudio –a nuestro conocimiento– sobre estas migraciones, que son principalmente nocturnas”.
Citaron como ejemplo que del lado de Minatitlán, Veracruz, se calcula que en una sola noche pasaron más de 24 mil pájaros de una sola especie. Son más de 100 las especies que migran de noche. Esto es en el mismo corredor migratorio que baja de Canadá, Texas, Tamaulipas y Veracruz, ahí se divide en dos: una parte se va por el Golfo de México y otra sigue por el istmo de Tehuantepec. De algunas especies, 90 por ciento pasa por el istmo, añadieron.
Indicaron que la mortandad reconocida por el estudio del BM en La Venta II, multiplicada por los miles de aerogeneradores del megaproyecto, hace prever efectos graves en el eslabón biológico de toda América, por las funciones de aves y murciélagos como dispersores de semillas, polinizadores e insectívoros.
Fuente: La Jornada