domingo, 29 de abril de 2012

Cinco de cada seis niños son pobres o vulnerables por ingresos: Inegi

Se transgreden garantías de menores que trabajan; no van a la escuela 40% de éstos

Los niños representan 30 por ciento de la población total en México (son 32.5 millones), y aunque la protección de sus derechos está plasmada en la Constitución y acuerdos internacionales de los que el país forma parte, para más de la mitad no se cumplen, pues viven en pobreza multidimensional, es decir, carecen de alguno de los satisfactores sociales indispensables para su desarrollo: salud, educación, vivienda o alimentación. De esos menores marginados, más de 4 millones se encuentran en la miseria, señaló el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

En un reporte con motivo del Día del Niño, el organismo también dio cuenta de que 10.7 por ciento de los menores que tienen entre cinco y 17 años de edad trabajan, y de éstos 40 por ciento no asiste a la escuela, con lo que también se violan sus derechos fundamentales.

Con relación a la pobreza multidimensional, detalló que los 21.4 millones de menores de 18 años en esta circunstancia carecen de al menos uno de sus derechos para el desarrollo social y sus ingresos son insuficientes para adquirir los bienes y servicios indispensables. Además de los mencionados, estos pequeños pueden carecer de acceso a los servicios de salud o seguridad social, y otros que aun cuando tienen un lugar para vivir, no disponen de espacio físico, calidad y servicios básicos.

Sobre los niños en condiciones de miseria, el Inegi puntualizó que son aquellos que aunque su familia hace uso de todo su ingreso para la compra de alimentos, no pueden adquirir lo indispensable para tener una nutrición adecuada y presentan al menos tres carencias sociales de las señaladas.

En el mismo desglose, el instituto mencionó que sólo uno de cada seis menores (16.5 por ciento) son considerados no pobres multidimensionales ni vulnerables por ingresos o por carencias.

Sobre los menores que trabajan, el informe menciona que de los que perciben remuneración económica, la mitad recibe hasta un salario mínimo; 34 por ciento más de uno y hasta dos, y sólo 14.8 más de dos.


Casi un tercio de los niños trabajadores tiene jornadas de más de 34 horas a la semana, lo que también transgrede sus garantías, pues la Ley Federal del Trabajo determina que los individuos de 14 a 17 años que pueden desempeñar alguna actividad con el permiso de sus padres no deben tener jornadas mayores a ese tiempo.

Casi 29 por ciento de estos pequeños dijeron que en su hogar se necesita de su aportación económica; 23.3 requiere el dinero para pagar su escuela y/o sus propios gastos y 20 trabaja para aprender un oficio.

En el aspecto de la salud, la información del Inegi comenta que si bien la mortalidad infantil se redujo sustancialmente en las pasadas cuatro décadas, al pasar de 69 defunciones por cada mil en 1970 a 14.2 por mil en 2010, las 41 mil muertes de niños menores de 15 años reportadas en 2010 representan un reto para el sector, sobre todo en las entidades que superan el promedio nacional.

Los estados de Guerrero, Chiapas y Oaxaca reportan tasas de mortalidad infantil por encima de 17 por cada mil. En el otro extremo está Nuevo León, donde el indicador es de 10 por mil.

También destaca que siete de cada 10 decesos fueron de niños menores de un año de edad por afecciones en el periodo perinatal (49.8 por ciento), malformaciones congénitas, deformidades y anomalías cromosómicas (22.4) y neumonía (4.3 por ciento).

Otras carencias importantes son las materiales en las viviendas, que afectan a 33.6 por ciento de los menores de 15 años. La más frecuente es la falta de espacio, pues 31 por ciento vive en hacinamiento; 7 por ciento tiene piso de tierra en su casa y 3 por ciento techos de lámina de cartón o desechos.

Además 35.2 por ciento de los hogares donde hay niños carece de uno o más servicios básicos, como gas para cocinar (utilizan leña, carbón o petróleo), drenaje y agua potable.




Fuente: La Jornada