Es bien conocido el conflicto que vive la empresa Aerovías de México, SA de CV con la Asociación Sindical de Sobrecargos de Aviación de México (ASSA) y que se tramita ante la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje, en la que la empresa promovió un conflicto colectivo de naturaleza económica, con la intención de que se disminuyan seriamente las prestaciones vigentes en el contrato colectivo de trabajo que las partes tienen celebrado.
En lo esencial, la empresa busca que se establezca un régimen laboral distinto para las trabajadoras que se desempeñan como sobrecargos respecto de las trabajadoras más antiguas, lo que significa simple y sencillamente la pretensión de que para la misma actividad laboral se establezcan condiciones diferentes violando el principio constitucional de que a trabajo igual debe corresponder salario igual.
La empresa Aerovías de México, SA de CV ha promovido un conflicto colectivo de naturaleza económica, la vía que siguen las empresas cuando pretenden modificar las condiciones pactadas en un contrato colectivo de trabajo, invocando, razón fundamental, una situación económica difícil.
Es conocido que en 2008 se produjo un conflicto semejante en virtud del cual ASSA y la empresa llegaron a una negociación en la que el sindicato hizo una serie de concesiones, entre ellas, ampliar jornadas y crear una categoría inicial para sobrecargos de nuevo ingreso que percibirían por tres años un salario de 10 mil pesos mensuales, en la inteligencia de que tres años después subirían de categoría, que está prevista en general para las sobrecargos, lo que implicaba un aumento de salario.
En el convenio celebrado entonces la empresa reconoció que los cambios y modificaciones acordados satisfacían la petición de la empresa, lo que motivó el desistimiento de la demanda y el archivo del expediente como asunto definitivamente concluido.
El sindicato aceptó diferir la revisión salarial por un año para revisar el contrato en 2013.
A pesar de que la condición económica de Aerovías no es negativa, pese a las competencias que tiene que superar con otras empresas de la misma especialidad, ha promovido un nuevo juicio colectivo de naturaleza económica que se tramita ante la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje.
Uno de sus argumentos es que no está en condiciones financieras adecuadas, lo que es una solemne falsedad, ya que acaba de adquirir cien aviones y durante el año en curso ha tenido utilidades, con la aclaración de que ha canalizado a Connect buena parte de la materia de trabajo, donde paga salarios mucho más bajos y en cambio transporta más pasajeros que el propio Aerovías.
Con ese motivo, el sindicato emplazó a huelga, razón por la cual la Secretaría del Trabajo, poco antes del estallamiento se comprometió a suspender indefinidamente el conflicto colectivo, lo que incluso manifestó por escrito, por lo cual la asamblea de ASSA aceptó el diferimento de la medida y analizar la propuesta de la empresa, particularmente en lo que se refiere al personal de nuevo ingreso.
Curiosamente, la empresa, al siguiente día hábil de firmar el convenio incrementó sus exigencias solicitando la reducción de los salarios y quitando prestaciones contractuales, en especial la que protege a la maternidad y las relativas al pequeño fondo de retiro que tienen las trabajadoras con cuentas individuales.
El mismo día en que la empresa promovió sus exigencias, la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje aceptó su presentación, acusando una notable parcialidad en su favor.
Se ha seguido el trámite del conflicto colectivo de trabajo y en este momento ha sido presentado por un grupo de peritos el dictamen sobre la situación económica de la empresa. Dicho dictamen ha sido elaborado por ocho peritos de diversas profesiones el cual, hecho con cuidado, desestima en general la afirmación de la empresa de que su situación económica es negativa.
El sindicato ha manifestado su conformidad con el dictamen, técnicamente bien hecho y que pone de manifiesto que las afirmaciones económicas de Aerovías de México no son tan negativas. Sin embargo se ha producido un problema considerable porque la empresa mostró su rechazo a las conclusiones de los peritos que, en lo sustancial, han concluido que no es admisible la modificación de las condiciones de trabajo que reclama la empresa.
He tenido la oportunidad de leer el peritaje, lo que ha constituido una tarea exigente, dado el volumen del mismo y en general me ha parecido razonable lo que finalmente concluye que efectivamente las condiciones vigentes para las sobrecargos son satisfactorias y superan ampliamente las de las principales empresas competidoras nacionales como Interjet y Volaris, que cabe recordar que tienen celebrado contratos colectivos de trabajo de protección redactados y firmados a espaldas de los trabajadores.
Con el dictamen presentado por los peritos, la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje debería resolver en favor del sindicato, pero curiosamente se ha producido un fenómeno inadmisible. La Junta Federal, violando de manera descarada las reglas de la ley y observando las peticiones de la empresa, ha acordado que se debe hacer un nuevo dictamen, lo que evidentemente es violatorio del procedimiento seguido.
El pretexto de la Junta Federal para rechazar el dictamen no puede ser más infundado. Lo ha declarado nulo a través de la Junta Especial Número Tres Bis, en virtud de que supuestamente fue solamente firmado por uno de los peritos, lo que es evidentemente falso. Obra en poder del sindicato el original del dictamen en donde aparece la firma de todos los peritos, por lo que sustentar el rechazo en que solamente uno lo firmó es una violación descarada de las reglas de la ley que ponen en manifiesto la tendencia antisindical de las autoridades laborales.
Afortunadamente, el sindicato, del que hace muchos años fui asesor, está representado actualmente por Arturo Alcalde, que hará valer todos los recursos procedentes en contra de esa barbaridad jurídica, y yo espero que la justicia federal otorgue el amparo al sindicato y resuelva que la junta debe aceptar el peritaje que ya obra en su poder debidamente firmado por todos los peritos y no anularlo como lo ha hecho, pasando por encima de todas las reglas de derecho.
Tengo una simpatía especial para el gremio de los sobrecargos. Convivimos en temas importantes. Confío en que la resolución de la demanda de amparo que se presentará a corto plazo sea favorable para ASSA. Y no se me olvida lo que muchas sobrecargos me relataban a propósito de su trabajo, en el sentido de que constituye una tarea particularmente pesada, sobre todo en el tema de la distribución de alimentos y refrescos que todos hemos recibido con el mayor agrado.
Fuente: La Jornada