Debido a que los ingresos de los trabajadores son el principal motor del mercado interno en los países desarrollados y en las economías emergentes, una aumento en los salarios es “indispensable” para apostar por un crecimiento sostenido.
El Consejo Técnico de la Comisión Nacional de Salarios Mínimos (Conasami) expone que ante la importancia del consumo para estimular la demanda mundial, la aplicación de políticas de ingresos en las economías más grandes podría contribuir significativamente a una expansión equilibrada, en especial si se tiene en cuenta que la recuperación mundial sigue siendo frágil.
Su informe para septiembre de 2011 Rasgos generales de la evolución económica indica que en muchos países en desarrollo y economías de mercado emergentes, especialmente en China, la recuperación ha estado impulsada por el aumento de los salarios, las transferencias sociales y una expansión concomitante de la demanda interna.
Aunque sin referirse de manera explícita a México, el Consejo Técnico señala que la aplicación simultánea en muchos países de estrategias de crecimiento con base en las exportaciones se traduce en una carrera de igualación de los salarios a la baja y tiene un sesgo deflacionario.
“El lento crecimiento de los salarios compromete la recuperación económica. En ese sentido, los ingresos salariales son el principal motor de la demanda interna en los países desarrollados y en las economías de mercado emergentes. Por consiguiente, un aumento de los salarios es indispensable para que haya recuperación y crecimiento sostenible.”
Un elemento esencial de una política de ese tipo sería el ajuste de los salarios en función de la productividad, lo que a su vez contribuiría a evitar un alza de los costos laborales unitarios y a mantener bajo control la principal fuente interna de inflación.
“El mejor anclaje de las expectativas de inflación consiste en aumentar los salarios a un ritmos que corresponda aproximadamente a la tasa de crecimiento de la productividad, ajustada en función del objetivo de inflación.”
Fuente: El Financiero p.6