lunes, 17 de diciembre de 2012

El verdadero teleprompter. CSG, con estudiantes. Caretas y el 132. Mancera aún no sabe

A Carlos Salinas de Gortari no parece preocuparle que se extienda la versión de que él es el verdadero teleprompter de Enrique Peña Nieto. Por el contrario, pareciera que disfruta de esta suerte de revancha política, moviendo hilos, colocando funcionarios, apadrinando candidatos, convocando empresarios y realizando reuniones de inocultable sentido político aunque todavía no en lugares públicos y abiertos (pues persiste el temor de que haya reacciones adversas, incluso de corte violento), pero sí en sesiones privadas, con audiencias bajo control.

La más reciente de sus aventuras en busca de restauración política se produjo este sábado recién pasado, en su residencia del Distrito Federal, donde recibió a unos 50 estudiantes y egresados de distintas universidades (incluso de la UNAM) a los que invitó a escuchar en una primera parte las referencias complacientes a su propio sexenio y sus propuestas políticas para el presente, teniendo como punto de partida el libro que en 2011 le publicó la editorial Debate, ¿Qué hacer? La alternativa ciudadana, de casi 200 páginas, que en esencia es un resumen de lo que en mil páginas ya había escrito en 2010 bajo el título de Democracia republicana. Ni estado ni mercado: una alternativa ciudadana.

En el muy conocido estilo de la cultivada ausencia de autocrítica y la emocionada promoción de su sexenio como una maravilla mundial que fue echada a perder por el malvado Zedillo y los torpes panistas que le siguieron en el ejercicio del poder, Salinas de Gortari pasó a una sesión de preguntas y respuestas en el curso de la cual se mostró de muy buen humor e incluso sostuvo en sus manos una careta de si mismo, como las que los jóvenes de la Universidad Iberoamericana exhibían ante Enrique Peña Nieto el viernes negro para él que luego dio pie al nacimiento del #YoSoy132. Al respecto, dijo que había considerado positivo que surgiera este movimiento, hasta que éste se desvirtuó y se convirtió en un instrumento contra un partido y un candidato.

La reunión se realizó en la biblioteca de la residencia de Salinas de Gortari. Tuvo como promotores originales a estudiantes de Guadalajara que deseaban conocerlo y a partir de ese primer acercamiento se decidió hacerlo más amplio. El contacto fue Aramis Kinciño, quien trabaja en la oficina de CSG. Los asistentes provinieron de diversos estados y casas de estudio, y no sólo fueron jóvenes estudiantes, pues hubo personas hasta de 35 años. Los asistentes pudieron admirar la gran biblioteca, la exhibición de fotografías importantes e incluso las seis bandas presidenciales de Salinas de Gortari.

Como lo ha hecho en otras ocasiones, quien ocupó Los Pinos de 1988 a 1994 elogió el trabajo político de Peña Nieto y expresó su confianza de que con el PRI de regreso al poder se corregirán errores y se alcanzarán logros importantes. Obviamente, destacó el Pacto por México y la cadena de reformas que de él se podrán desprender. Habló de la necesidad de movimientos ciudadanos y de nuevas formas de participación política, aunque nada dijo respecto a crear un nuevo partido con base en el actual PRI y la clientela de la Solidaridad que está por reorganizarse, ni de movimientos sin partido como el que encabeza su primogénito, Carlos Emiliano, denominado Inlak’ech (Tú eres mi otro yo), al que, por cierto, pertenece quien fungió como contacto para la plática sabatina del ex presidente, el mencionado Aramis Kinciño.

En otra pista del espectáculo político, el jefe del gobierno capitalino prefirió a un diario español, El País, para hacer cierto abordaje mínimo de lo que sucedió el pasado 1°. Ese día las cosas se desbordaron. Se mezclaron personas pacíficas, que con todo derecho protestaban, con grupos que buscaban hacer daño a la ciudad. Los violentos eran escasos, no eran el grueso de los manifestantes.

Significativamente silencioso sobre el tema, apostando hacia la memoria y complicitario con Marcelo Ebrard al que varias voces señalan como responsable de dar la orden de hacer detenciones a granel, Mancera aseguró que no vamos a cerrar el expediente, continuaremos con las investigaciones. Y hay que recordar que los policías antimotines del DF no usan armas, pero vamos a analizar la conducta de los agentes y a saber quién ordenó esas detenciones.

En estas pocas palabras, Mancera deja constancia de dos hechos graves: en primer lugar, que el sábado negro las cosas se desbordaron (ha de entenderse que al hablar así, el ex procurador capitalino incluye la estructura gubernamental en ese desorden, descontrol o desbordamiento); en segundo lugar, reconoce que aún no sabe quién ordenó esas detenciones, pero anuncia que va a analizarel asunto.

Mientras tanto, sigue activa la protesta contra el proceso que mantiene en prisión a 14 personas a raíz de los hechos del pasado 1°. En las redes sociales hay un continuo flujo de información respecto a irregularidades relacionadas con esos detenidos y ayer hubo una marcha de la negativamente emblemática Estela de Luz a la Plaza de la Constitución, para exigir que sean liberados. Trece varones están instalados en el Reclusorio Norte de la ciudad de México y la única mujer presa está en Santa Martha Acatitla, a donde irá una marcha el próximo martes para insistir en la demanda de que haya justicia y, se otorgue libertad a quienes fueron apresados arbitrariamente y sin pruebas, sólo para cubrir cuotas de castigo y acusación en aquel sábado negro.

Astillas

¡Uf! Por fortuna, el obispo de San Cristóbal de las Casas, Felipe Arizmendi, ha salido a mitad del foro para anunciar que este 21 no se acabará el mundo: No hay eso. Nadie sabe cuándo será el fin del mundo, dijo, al mismo tiempo que exculpaba a los mayas de las interpretaciones apocalípticas de moda. Grandes conocedores de los fenómenos naturales, ellos nunca predijeron catástrofes, mucho menos el fin del mundo, así que llamó a pasar los días decembrinos en paz, con la seguridad de que el orbe seguirá rodando hasta quién sabe cuándo... Así que, por lo pronto: ¡hasta mañana!




Fuente: La Jornada