Comunicado de Amigos de la Tierra
Una misión internacional organizada por la organización ambientalista Amigos de la Tierra Internacional en Guatemala y El Salvador identificó violaciones sistemáticas de derechos humanos y criminalización de defensores ambientales y comunidades en resistencia contra proyectos mineros y represas.
En un comunicado la organización informó que los delegados de la misión internacional declararon que los crímenes económicos y ecológicos cometidos por las corporaciones trasnacionales en los casos de las minas Marlin y Barillas, en Guatemala, y Pacific Rim, en El Salvador, son emblemáticos de problemas sistemicos globales.
Advirtieron que estos hechos son cometidos con la complicidad de los gobiernos, los cuales adaptan legislaciones en favor de corporaciones incluso por encima de los derechos de las comunidades y mediante tratados internacionales de comercio e inversiones.
Los delegados de la misión internacional exhortaron a los parlamentarios europeos a rechazar el Acuerdo de Asociación Unión Europea (UE)-Centroamérica, para evitar que Europa sea cómplice de crímenes cometidos por corporaciones transnacionales en Centroamérica.
Recordó, asimimismo, que el Parlamento Europeo se apresta a ratificar el Acuerdo de Asociación UE-Centroamérica entre el 11 y 13 de diciembre próximos.
Agregó que para los delegados de la misión fue claro que corporaciones trasnacionales enfrentan a poblaciones y dividen familias, por medio de transferencias de recursos y publicidad engañosa en el contexto de la responsabilidad social empresarial.
La misión expresó la necesidad de poner fin a la impunidad de esas transnacionales en Centroamérica y consideró necesario que éstas abandonen los territorios afectados y reparen a las comunidades a las cuales han afectado de diversas maneras.
También pidió la liberación de presos políticos criminalizados por ejercer el principio de resistencia civil.
En el caso de El Salvador pidió en especial el esclarecimiento con todas las garantías legales y éticas de los asesinatos y persecuciones contra defensores de la naturaleza.
Fuente: La Jornada