miércoles, 21 de noviembre de 2012

Insípido, el último desfile encabezado por Calderón

La nota la dieron un accidente de jinetes y el gran caos vehicular

La celebración, en día hábil, no concitó el entusiasmo de la ciudadanía

El último desfile conmemorativo encabezado por el presidente Felipe Calderón Hinojosa en el Zócalo de la ciudad de México, no cumplió con las expectativas y su duración fue reducida en casi 30 minutos por los organizadores, quienes no previeron el caos vehicular que generó una celebración de esta magnitud en un día laboral.

A pesar de que el comandante de la columna del desfile cívico-militar-deportivo, general de división Noé Sandoval Alcázar, informó que el parte era sin novedad, dos jinetes militares resultaron lesionados al caerse de un caballo cuando hacían una acrobacia frente al balcón central de Palacio Nacional, y después de unos momentos de angustia de los presentes fueron retirados en ambulancia.

Esta vez, ni el vistoso desfile aéreo –en el que los aviones supersónicos F-5 tuvieron una participación muy limitada–, ni la participación de paracaidistas y elementos de fuerzas especiales lograron entusiasmar al público, que ocupó ayer menos de la mitad de la plancha del Zócalo para seguir el desfile; tampoco hubo gran presencia de ciudadanos en las calles del primer cuadro de la capital para acompañar el paso de los 8 mil 71 soldados, 2 mil 16 civiles, mil 36 caballos y diversos vehículos militares que recorrieron las calles del Centro Histórico hasta el Monumento a la Revolución.

El cierre de arterias como avenida Juárez y Eje Central generó desde temprano un caos vial que afectó Paseo de la Reforma, Bucareli y avenida de los Insurgentes. Los elementos de tránsito no se daban abasto para agilizar la vialidad y para abrir paso a los convoyes de invitados que iban del Campo Marte hacia el primer cuadro.

El que hasta hace unos años era un desfile deportivo, en esta ocasión sólo dejó espacio para tres carros alegóricos de la Comisión Nacional del Deporte, en uno de los cuales iban los medallistas olímpicos y paralímpicos.

El acto se inició con una representación de la gesta revolucionaria de 1910, con cientos de soldados ataviados con ropa de aquella época.

En su última aparición oficial en el balcón presidencial, Calderón estuvo acompañado por su esposa, Margarita Zavala, por sus hijos, así como los secretarios de Marina y de Defensa Nacional, almirante Mariano Francisco Saynez Mendoza y general Guillermo Galván Galván, respectivamente; el presidente de la Suprema Corte, ministro Juan N. Silva Meza, y el presidente del Senado, Ernesto Cordero (PAN).

Apenas empezaba el desfile cuando dos jinetes del escuadrón de acrobacias de la Defensa Nacional perdieron el equilibrio y cayeron. El desfile continuó con una treintena de carros alegóricos que representaban a los estados del país; el único ausente fue el Distrito Federal.

Después desfilaron militares y policías del estado de México y de la ciudad capital montados a caballo, además de representantes de las diferentes armas del Ejército, cadetes del Heroico Colegio Militar, burócratas de dependencias oficiales enfundados en ropa deportiva y asociaciones de charros.

La celebración se inició antes de las 11 de la mañana y terminó a las 12:40, aunque la Secretaría de la Defensa Nacional había previsto que culminara a las 13:06 horas.

Conforme se retiraban los invitados especiales, escoltados por agentes de tránsito, la circulación en el primer cuadro se fue regularizando, aunque a algunos capitalinos aún les tocó el caos que generó en Reforma un grupo de jinetes que decidió regresar en sus corceles al Campo Militar




Fuente: La Jornada