sábado, 17 de diciembre de 2011

Lozano se fuga

Para Javier Lozano Alarcón, el pianista panista que hasta el pasado miércoles fungió como secretario del Trabajo en el gabinete calderónico –puesto desde el cual arrojó al desempleo a 42 mil electricistas de la compañía de Luz y Fuerza del Centro y a 8 mil empleados de Mexicana de Aviación– acaba de comenzar un periodo de gran incertidumbre en su vida.

Susceptible de ser acusado penalmente, como presunto corresponsable del aparente fraude maquinado que condujo a la ruina a la aerolínea más antigua de México, Lozano vivirá los próximos meses fingiendo que sonríe, para disimular que en realidad estará pasando aceite, pues la larga lista de actos no necesariamente lícitos en que estuvo involucrado como funcionario público –desde el caso Zhen Li Yegon, hasta la entrega de la fibra óptica de Luz y Fuerza a Televisa– podrían frustrar sus aspiraciones de “servir a sus paisanos” desde el Senado.

Ahora que ha renunciado al fuero constitucional, los abogados de los sindicatos y las empresas que contribuyó a destruir podrían indiciarlo (o sea, señalarlo con el índice para que lo investiguen los tribunales) y ponerlo en serios aprietos. Por eso, mientras no recobre el fuero, si es que logra ser electo el domingo primero de julio, estos meses le parecerán eternos.

Por otra parte no menos tenebrosa, para cerrar su amargo año represivo con un broche de venganza, la rectora de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México, Esther Orozco, despidió al titular de la editorial de esa institución, el poeta Eduardo Mosches. La directora de Difusión Cultural, Nora Huerta Guajardo, fue hasta su despacho, le exigió que lo desocupara y abandonara el edificio. Mosches, dirigente sindical de la UACM, ha denunciado en reiteradas ocasiones que Huerta Guajardo carece de título universitario y por ello no debería ejercer el cargo que ilegalmente ocupa… Dado el clima de emergencia nacional que vivimos, Desfiladero no tomará vacaciones. El próximo sábado no se pierdan “Twitter para principiantes”, un bonito regalo navideño.




Fuente: La Jornada