martes, 10 de mayo de 2011

Los gobiernos no sólo matan con armas, sino con pobreza y hambre: indígenas

Ya no es tiempo de ser cobardes, subrayan en un comunicado dirigido a las mujeres

Exhortan a no vender las tierras y organizarse para enfrentar juntas a quienes las agreden

“Ya no es tiempo de ser cobardes. Cuando hay violencia en nuestro país sentimos tristeza por la gente, nuestra familia y nuestra comunidad, y a veces hasta lloramos cuando sabemos de esas malas noticias. Sentimos coraje porque nos violan y nos matan, y los gobiernos no hacen nada, pero eso sí meten en la cárcel a inocentes y no a los culpables”.

En un comunicado dirigido a las mujeres de México y al Ejército Zapatista de Liberación Nacional, diversos colectivos de mujeres de las comunidades Aguacatenango, La Grandeza, Napité, Corostik, Coquiteel, Sulupwitz, Frontera Comalapa, Santa Rosa de Cobán, Yaluma, Chihuahua, y Bella Vista del Norte, en las regiones norte, Altos y sierra fronteriza, todos en el estado de Chiapas, sostienen: “La tierra está con nosotras”.

Y añaden: “Los gobiernos no sólo matan con sus armas, también con la pobreza, el hambre que usan para engañarnos con proyectos que nos quitan nuestro tiempo y decisión, nos meten sus ideas, hacen que nos dividamos y no nos organicemos. Somos indígenas, campesinas, luchadoras y trabajadoras, cultivamos la madre tierra, la sembramos y la cuidamos, es de nosotras y la respetamos. Los gobiernos y los grandes países vienen a quitárnosla, pero les queremos decir que la tierra no se vende, es nuestra madre, de ella vivimos y nos alimentamos y vamos a luchar por ella”.

Enumeran sus demandas, que incluyen de manera significativa el derecho de las mujeres a poseer y cultivar la tierra: “No queremos que se privatice nuestra tierra, ni el agua por grandes empresas como Coca Cola. No queremos más químicos ni transgénicos porque traen enfermedades. Tampoco proyectos para cultivar palma africana y piñón, porque acaban la fuerza de la tierra, dañan nuestra salud y ya no producimos para que comamos sino que producimos comida para los carros y entonces nos vamos a morir de hambre”.
Rechazan las minas, el Programa de Certificación de Derechos Ejidales y Titulación de Solares Urbanos (Procede), el Programa de Certificación de Bienes Comunales (Procecom) y el Fondo de Apoyo para los Núcleos Agrarios sin Regularizar (Fanar) “porque quitan la madre tierra y dividen nuestras comunidades”. En su amplio repudio, las mujeres indígenas organizadas incluyen el alcohol y las drogas en sus comunidades, “porque provoca violencia”.

“Queremos decir a los gobiernos que es mentira que ya no hay pobreza. No queremos militares, policías ni retenes, nos registran a cada rato y hacen violencia. Están cerca de nuestras comunidades, nos dan miedo, es mentira que los ejércitos ayudan al pueblo, nos violan y matan”.

Campesinos y campesinas “no tenemos tierra, porque los malos gobiernos la privatizan, gastada por químicos y monocultivos, nos compran muy barato nuestros productos, sufre nuestro corazón, buscamos otros trabajos y dejamos nuestra tierra porque nuestros hijos tienen hambre”.

Exigen justicia, no más violencia, que se reconozca el derecho de las mujeres a la propiedad, la siembra y la toma de decisiones. “Que respeten nuestras lenguas y cultura y no nos discriminen”.

Dice a los hombres y las mujeres de México: “No se dejen vencer, luchen por la tierra y su territorio. Es nuestra, cultívenla, no la vendan, defiéndanla”. Llaman a organizarse “porque sólo juntos hacemos fuerza contra la violencia y los malos gobiernos”. Por último, “a los compañeros zapatistas les decimos que gracias a su lucha hemos podido ver la realidad en que vivimos y por eso también les decimos que tomen en cuenta a las mujeres porque estamos con ellos, luchando por lo mismo y vamos a unir fuerzas”.



http://www.jornada.unam.mx/2011/05/10/index.php?section=politica&article=013n1pol